«Mi reto es dejar de ser un adicto al trabajo»
El presentador guipuzcoano regresa a la tarde con la dirección y presentación de 'Euskadi quédate'
Antes incluso de presentar el trabajo de fin de grado, Odei Esnaola (Amasa-Villabona, 1992) ya había comenzado su trayectoria profesional en televisión. El bautismo ... llegó con el programa 'Euskadi zuzenean' y a lo largo de los últimos once años la actividad de este guipuzcoano ha basculado entre los informativos y los magazines vespertinos del canal público vasco. Ha presentado el informativo matinal en el que ha permanecido durante los últimos cuatro años y ahora ha vuelto a la tarde con 'Euskadi quédate', que acaba de estrenar temporada en ETB2.
- ¿Cómo se vive esa situación de no saber lo que ocurrirá laboralmente a medio plazo?
- Me fastidia decir que me gusta. A veces, cuando voy por la AP-8, me cuestiono si debería trabajar en esta profesión. Aparte de que no sé hacer otra cosa, pienso que eso es lo bueno que tiene la tele, que en ningún sitio te sientes seguro y que en cualquier momento puede llegar un cambio. Eso ha pasado, que yo ya me veía de forma bastante estable en el informativo matinal y con opciones de hacer diferentes cosas. Me compré una casa en Bilbao y a la semana de recoger las escrituras me ofrecen volver a Donostia.
- ¿No implica un plus de estrés ser director y presentador en esta nueva etapa?
- De estrés sí, pero creo que defiendo mucho mejor las cosas como presentador cuando se trata de temas y estructuras que yo defino. A día de hoy me costaría verme en un proyecto en el que no tenga la posibilidad de dirigir o no estar en la dirección.
- ¿Resulta difícil dar la cara cuando uno sigue los criterios de otra persona?
- En los programas de informativos en general, no, porque, además de la línea editorial de la cadena, las decisiones no las toma una sola persona, se discute mucho y se llega al consenso.
- En un programa con Joseba Argiñano defendía el trabajo del reportero de calle. ¿Se trata de un banco de pruebas?
- Es mucho más. Si no hubiera sido reportero no habría llegado a ser ni el 20% de profesional que creo ser. No se valora suficientemente lo que se hace en la calle. Desde la calle siempre tenemos la sensación de que no se nos escucha y eso es duro a la hora de trabajar tantas horas e involucrarte tanto. La verdad es que no lo echo de menos.
- ¿Y qué opina de esa polémica en torno al riesgo que corren los enviados para dar espectáculo?
- Reconozco que he estado en algunas de esas situaciones, pero que nunca nadie me lo ha pedido. Creo que cuando estás en el lugar de los hechos tratas de hacer el relato de la mejor manera. No calculas los riesgos y no te paras a pensar en lo que supone aparecer en imagen con katiuskas hasta las rodillas. Nunca le pediría que un reportero que hiciera eso.
- ¿La competencia interna es feroz?
- En su día, cuando me quitaron de presentar, pensé que podría tener enemigos dentro de la cadena, pero luego, con el paso de los años, me he dado cuenta que es absurdo pensar eso porque te suele relevar alguien que no ha tenido nada que ver en la decisión. La tele es una jungla, pero también es cierto que cuando tenemos encuentros profesionales, como en el Festval, me encanta encontrarme con los compañeros y contar nuestras batallitas y las penas de que me va mejor o peor.
Opinar de todo
- ¿Cómo se viven los índices de audiencia?
- Esta es la tercera semana desde el estreno y me despierto automáticamente antes de que salgan las audiencias debido a la presión personal. Yo entiendo que a quien me contrata le tengo que dar resultados. Directivos de ETB me han reconocido que el arranque de este año ha sido el mejor de los últimos años y eso me asusta. Padezco cierta hipocondría de las audiencias.
- ¿No le parecen clones todos estos programas de actualidad llenos de expertos?
- Nosotros hemos quitado la mesa de opinadores. Tenemos crisis no en el sentido de pluralidad, sino en el de variedad. Se hace difícil encontrar perfiles adecuados porque es muy difícil opinar de todo y hacerlo bien, de forma que sea agradable para el espectador y que tenga un poco de ese espectáculo que es la tele, aunque sin llevarlo al extremo que lo llevan otro tipo de programas.
- Un partido de extrema derecha ha dicho que, cuando alcance el gobierno, se cargará a varios señores de la TVE. ¿Hasta ustedes llega esa tensión política?
- Vivimos ajenos a lo que puede comportar un cambio de gobierno, pero admito que me preocupa. También me alegro que se cuenten este tipo de cosas porque hace unos años, si se hubiera producido semejante acusación, se habría ocultado y no habríamos escuchado la respuesta de RTVE ni la cadena habría difundido lo que está sucediendo.
- ¿Es un adicto al trabajo?
- Sí, y superarlo es mi reto personal por una cuestión de salud personal. Vivo por y para trabajar, y, además, con un periodista y no hablamos de otra cosa. También es cierto que no me supone un esfuerzo especial estar informado, me gusta y me sorprende lo poco informada que está la gente.
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