«Pensaba que era un poco sensiblero y llorón pero en el fondo soy resistente»
El artista barcelonés lleva a escena la lucha de personas que defendían «su identidad en la España del 77» mientras dirige una serie para HBO
Secun de la Rosa toca todos los palos. Lo mismo protagoniza un monólogo escrito por él mismo que dirige una serie para HBO producida por ... Álex de la Iglesia. En 'Las piscinas de la Barceloneta', que trae a Bilbao, habla de seres anónimos que defendieron su identidad en la España del 77 y de la primera manifestación del colectivo LGTBI.
- ¿Sebastián Alonso Roca es su 'alter ego'?
- No es una historia biográfica, pero tiene mucho de real. Es gente de barrio y clase obrera que debía buscarse la vida. Aún quedan reductos por los que luchar, pero afortunadamente no te meten en la cárcel por homosexual.
- ¿Qué pasó en aquellas piscinas donde coincidían «travestis, putas y maricones»?
- Eran, entre comillas, un poco más permisivas. Las mujeres podían ir tranquilas sin que nadie se metiese con ellas. Acudían las putas del barrio chino, los artistas del Paralelo, todos los maricones... Estas palabras suenan muy fuertes ahora.
- Bastante.
- Pero en los 70 era así. Iba todo el lumpen y quienes vivían del estraperlo. Sebastián podía ser cualquiera persona o yo mismo.
- ¿Descubrió en esas piscinas que la vida no sería nada fácil?
- Hace 40 años no pasaba nadie por su barrio. Los taxistas te dejaban en la otra esquina antes de subir la cuesta para no meterse en aquella zona.
- ¿Secun fue también un chico del extrarradio de Barcelona que quería vivir en un mejor barrio?
- Fui un chaval de barrio, pero sin las penurias de otras generaciones. No fue un lugar de pasar hambre o no poder estudiar.
- ¿Siempre se ha mojado?
- Sí. Llevo 25 años en el teatro y no sé si la palabra es ideología. Pero intento comprometerme en lo que lo que haga falta.
- ¿Piensa más en lo que fue que en lo que es?
- No, no. A lo mejor a otros no les ocurre, pero cuando escribo teatro tiendo a contar cosas que me preocupan. Tiro de mis entrañas, de mi biografía y de lo que siento, pienso y he vivido.
- ¿Mide mucho lo que dice?
- No, no. Aunque tengo muchas inseguridades.
- ¿Tiene la piel dura?
- Pensaba que no porque soy un poco sensiblero y llorón, pero en el fondo soy resistente.
«No me he quitado el miedo»
- Sacó a duras penas su primera película y luego superó una neumonía bilateral en los peores momentos del covid. ¿Se siente un superviviente?
- Yo qué sé. Esto del covid fue tan raro... Yo no soy un actor estrella, sino un currito del escenario. Pasamos muchos sustos. Pillé un covid tremendo. Pero, bueno, aquí seguimos. Todavía no se me ha quitado el miedo del todo y a veces voy con mascarilla.
- ¿Tuvo miedo a morir?
- Claro. En el hospital tienes mucho miedo. Primero, por lo extraño que es todo, y luego, cuando te empiezas a mirar el oxígeno, y constatas que está bajando y que te inflamas... Perdí toda la energía. Cuando me intubaron...
- ¿Tiene miedo a defraudar?
- No. Podría temer a que de repente los esfuerzos no se valorasen.
- ¿Por qué?
- No sé en otras profesiones, pero en la de actor de cine y teatro hay un componente de suerte. ¡Y de mucha tontería!
- ¿Qué quiere decir?
- Puedes hacer el mejor trabajo del mundo y que te ignoren, y otros que hacen papeles normales estar nominados todos los años a los Goya. También cuenta lo de caer en gracia.
- Muy curioso lo que cuenta.
- Tengo la suerte de tener trabajo. Tampoco tengo ganas de hacer solo lo que, entre comillas, da éxito o prestigio. Si hubiera querido eso, me habría puesto a hacer monólogos con los personajes de 'Aída' (la serie televisiva).
- Actor, director, dramaturgo. ¿Todo le parece poco?
- Ja, ja. Todo va unido. Al principio trabajé en lo que pude y con los ahorros me apunté a una escuela de teatro. Ahí aprendí a hacer teatro. Lo que me apetece es contar historias.
- ¿Ya no necesita inventarse, como hacía de joven, que sus padres eran abogados?
- Ja, ja. Todo este fantaseo me duró hasta los 18 años. Me imaginaba lo que fuera. Hasta que mis padres habían resuelto el 'caso O. J. Simpson'. O que cantaba en Parchís. Me inventaba tonterías para llamar la atención en escena y compartir casa con alguien.
- ¿Vive sin dudar?
- ¿Quién vive sin dudar? Yo dudo todo el rato. Soy muy preguntón. Una vez que tengo la certeza, ya me lanzo y me da igual.
- ¿Corrige a quienes se lo merecen?
- Tampoco soy muy profesorcillo. Si me preguntan, doy mi opinión, y si algo no me gusta, me voy al bar de enfrente.
- ¿Toca el cielo al dirigir capítulos para una serie para HBO producida por Álex de la Iglesia?
- No, no. Lo he encarado con mucha humildad. Después de hacer una primera película que ha funcionado tan bien y fue el contenido más visto de Amazon, debo seguir aprendiendo.
Con éxito
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En Pabellón 6. Secun de la Rosa (Barcelona, 1969) representa hoy y mañana un monólogo que triunfa en todos los lugares donde se representa. «Mi finalidad es contar historias. Al final siempre hablas de la familia, la ideología, el compromiso, el amor, el desamor, los miedos y la culpa».
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