La media
Sara Montiel colocaba un panty ante el objetivo de una cámara para así difuminar su imagen
No se trata de estadísticas ni de un problema matemático. La media del título es la prenda femenina, la que usaban las mujeres sujetas con una liga antes de que se impusieran los pantys. A ella se refirió el domingo el telediario de Televisión Española. En concreto a la que utilizaba Sara Montiel para colocar ante el objetivo de una cámara y difuminar su imagen. Es una media famosa: cualquiera que tuviese la ocasión de entrevistar a Saritísima en televisión sabía que no se la podía filmar directamente, sino a través de una media ante el objetivo óptico de la cámara. Y no valía cualquier media. Era la propia Sara Montiel la que la aportaba y se la daba al operador. Todo el mundo lo sabía y no había discusión posible. TVE nos desveló el domingo que la famosa media se encuentra en el Museo de la Televisión que el ente público posee en el Centro de Producción de Sant Cugat, en Barcelona.
En esto de las peculiaridades (o manías, para entendernos) de las estrellas a la hora de ser entrevistadas las hay múltiples y muy variada. La mayoría exigen un determinado perfil favorecedor, un plano que no descubra imperfecciones del rostro… Y da igual que sean estrellas europeas o de Hollywood. Es más, cuando una actriz logra imponer un perfil o un plano es que ya ha alcanzado el status de estrella. La media de Sara Montiel fue famosa en la profesión. Era el estrellato a la medida carpetovetónica de la España de la época. La actriz había aprendido en Hollywood estos trucos de las estrellas y cuando regresó lo aplicó a la idiosincrasia del país. Nada de marcas, una media barata adquirida en cualquier mercería.
La media de Sara Montiel colocada ante una cámara es una de las estrellas del Museo de la Televisión de Sant Cugat, junto a las primeras cámaras, guiones y múltiples instrumentos de los inicios de Televisión Española, aunque en aquellos años aún no existía Sant Cugat, sino que los estudios del TVE en Barcelona eran los de Miramar, en Montjuic. En Madrid no existía ni Torrespaña ni Prado del Rey, sino el estudio del Paseo de la Habana. Y la conexión Madrid–Barcelona se hacía con la imagen de una especie de madeja, mientras los repetidores en lo alto de las montañas iban variando su orientación. Pero eso es ya otra historia.