Ítaca, la patria que Homero le atribuyó a su Ulises, ha perdido mucho 'punch' como estación turística del verano. Leo un artículo que asegura que ... las agencias de viaje ya solo ofrecen a sus clientes 'lo fotografiable', lo que se puede comprender con rapidez gracias a una simple imagen. La literatura no interesa y, por lo tanto, tampoco Ítaca, que es, ante todo, literatura. Sin la 'Odisea', esa pequeña isla se queda en nada. Se queda en unas montañas, unas casitas blancas dispersas por el paisaje y una ciudad de dos mil habitantes con un puerto al mar Jónico.
Hace unos quince años, los arqueólogos hallaron en la zona norte de su limitada superficie la estructura de un edificio de la época micénica que –dicen- podría ser el palacio de Ulises. «Dicen» porque sobre Ítaca todo es decir. No solo se duda de la historia que cuenta Homero y de la mitología a la que recurrió, sino del propio enclave. Hay teorías que cuestionan que la actual Ítaca sea la del relato homérico y especulan sobre la posibilidad de que esta última fuera la isla de Leúcade, la de Cefalonia o la de Corfú. Hay incluso una teoría que la identifica con el puerto de Cádiz, lo cual entraría en radical contradicción con el poema de Borges, que sueña para Odiseo una patria humilde y rural, no la tacita de plata del Atlántico: «Cuentan que Ulises, harto de prodigios,/ lloró de amor al divisar su Ítaca/ verde y humilde. El arte esa Ítaca/ de verde eternidad, no de prodigios».
Sí. Yo creo que a los griegos con su Ítaca les pasa como a nosotros, los españoles, con los castillos: que no sabemos venderlos como hacen los ingleses con los suyos. Los ingleses saben vender sus castillos inventándose para cada uno de ellos un fantasma que supuestamente vaga entre sus muros y que es interpretado por un actor ante las visitas turísticas. Aunque a los ingleses les superan en picaresca los argentinos, que llegaron a organizar visitas para turistas al supuesto domicilio de Beatriz Viterbo donde Borges halló el Aleph en el célebre relato. ¿Qué les costaba a los griegos enseñar a los turistas el telar de Penélope en el que la fiel esposa hacía y deshacía su trabajo para burlar a los pretendientes que daban al héroe por muerto?
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