Juego sucio y triple expulsión en 'El conquistador del Caribe'

Cuando las cosas se tuercen, más vale maña que fuerza, sobre todo en 'El conquistador del Caribe'. Y las tres duelistas de la última entrega no utilizaron ni lo uno ni lo otro. Ester, Bego y Joana sufrieron uno de los retos más complicados del formato, aquel en el que debían lanzar unas cuerdas con garfios de travesaño en travesaño para ir cruzando plataformas en plan tirolina. Desde casa todo parece más fácil, allí todo se complica. Ninguna logró pasar del primer soporte y todas acabaron expulsadas. Pero vayamos por partes.

La aventura arrancaba con un juego de inmunidad muy exigente. Se trataba de cruzar una red invertida e ir cogiendo el mayor número de enseñas. Siempre debían ir por debajo y vinculados, pero esta vez había una diferencia. «En la última fila hay sacos con comida, pero hay que cogerlos en el primer viaje y no cuentan como banderines», informaba Julian Iantzi. Cada cual escogía si prefería alimento o coger ventaja. Y muchos lo tuvieron claro. La primera, Andrea, que rápidamente atacó la manduca. Si hubiese elegido competir, habría ganado el combate. Por el contrario fue Aitor el vencedor. Una vez más, el de Muskiz demostró garra y superó a sus contrincantes y, a la hora de escoger acompañante, le brindó a Andrea la recompensa.

Joana fue la peor parada. La de Lezama no alcanzó ni siquiera un banderín y eso la convirtió en la primera nominada. La asamblea trajo sorpresas al ser Ester la más votada por sus compañeros. En principio las dos jóvenes eran las únicas perjudicadas, pero todos recelaban. «Aquí pasa algo raro», decía con suspicacia Patxi. Y no le faltaba razón. El presentador aparecía en el campamento rico para advertir a Aitor de que él era el encargado de elegir al tercer condenado. Y el vencedor se decantó por Bego.

Llegado el momento de competir, las chicas comenzaron con tino la prueba enganchando los garfios con cierta celeridad en el primero de los travesaños. Continuar se antojó más difícil. Tras caerse las sogas en varias ocasiones y tener que volver a empezar, las concursantes empezaron a perder la confianza. Bego aguantó sola en el tronco después de ver cómo sus contrincantes debían arrancar de nuevo y decidió, aconsejada por Patxi y con el beneplácito de Mikel Pérez, cambiar de posición y acercarse al extremo contrario del palo para poder hacer mejor la maniobra. Joana, al ver que su rival ocupaba el que ella creía que era su sitio, reaccionó mal. «Si hace falta la tiro al agua», advertía enfadada. El juego sucio empañó aún más el reto. Joana le quitó la soga y hasta llegó a empujar a Bego que, resignada, acabó cediéndole terreno.

Los presentadores afearon la conducta de Joana que pidió perdón a su adversaria sin demasiada convicción. Y como ninguna había superado el mínimo exigido por la organización, el trío acabó expulsado en una decisión que ya advierte de que en este programa no se andan con chiquitas. Y la final está a la vuelta de la esquina.