La segunda temporada de 'Vida perfecta' sigue derrochando perspicacia, verismo, humor y emoción. La serie escrita y protagonizada por Leticia Dolera y Manuel Burque en ... Movistar Plus logra algo muy difícil: abordar temas graves desde una aparente ligereza. Lo fácil hubiera sido que la ansiedad posparto que sufre la protagonista diera pie a gags facilones con un bebé inaguantable. Pero no, el crío resulta de lo más normal, de ahí que todavía entendamos mejor la tristeza y el vértigo de una mujer que, como tantas otras, ha descubierto que ser madre no era lo que pensaba.
También resultan de carne y hueso dos de los personajes femeninos más auténticos en una ficción televisiva. Esa hermana cabra loca, vitalista y abocada a la catástrofe (Aixa Villagrán), que contra todo pronóstico ha encontrado a la mujer de su vida y no parece darse cuenta.
Y qué decir de la amiga que encarna Celia Freijeiro, en apariencia la triunfadora del trío, con la perfecta familia burguesa en el adosado, que busca sexo fuera del matrimonio, un comportamiento que siempre hemos visto en hombres. Las tres reivindican su derecho a cagarla, a no ser perfectas.
Dolera y Burque también demuestran su sensibilidad con el personaje de Gari, el jardinero con discapacidad, padre de la criatura de la protagonista, al que ese actor sobrenatural que es Enric Auquer dota de humanidad, luz y ternura. No hay un ápice de ñoñería o didactismo en las tramas que tienen que ver con él. Gari adquiere entidad como personaje por sí mismo y no por su condición de persona con capacidades diferentes. Sabes que una serie te ha gustado cuando quieres más. Más consultas en el psicoanalista, más bodas country, más retiros en el bosque con mujeres mirándose la vulva en un espejito.
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