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Antes de que los concursantes de 'Operación Triunfo' escuchen aquello de «cruza la pasarela», tienen que superar por un duro casting en el que una ... pegatina azul se convierte en el bien más preciado. Un trozo de papel que puede cambiar su futuro. Quienes la llevan adherida al pecho han superado la primera fase de las audiciones. Este miércoles 659 personas buscaron en Bilbao un hueco en el programa musical, que vive una segunda juventud desde que se estrenó en Prime Video y reforzó su presencia en redes sociales. Únicamente 35 alcanzaron la segunda fase y por la tarde la cifra se redujo a cinco. En unas semanas viajarán a Barcelona para las pruebas finales.
«No perdamos el foco. Esta es una forma de luchar por una carrera musical, pero no es la única. Y tampoco entrar en el programa te garantiza ser la nueva Aitana», explica Noemí Galera, la directora de la Academia de 'OT', que está presente en todos los castings. «No vamos buscando un perfil concreto, sino que encontramos talento», aclara. Eso sí, a veces se cuela algún fan del programa con poco oído y aún menos vergüenza que busca un minutito de fama pese a cantar peor que el borracho de turno en un karaoke. «Alguno se come la cola para hacer la gansada y justo cuando llega su turno no está pinchado en cámara y no sale en la retransmisión», cuenta entre risas. Prefiere que no les hagan perder el tiempo, pero reconoce que en ocasiones quitan tensión a la prueba: «A veces te entra la risa y agradeces el cachondeo».
Al margen del vacilón de turno, los aspirantes se tomaron la prueba con mucha seriedad. En el exterior del pabellón de Miribilla la canción más versionada era 'Esa Diva', de Melody. Algunos hacían ejercicios con una pajita y hasta había quien acudió a la cita acompañado por su guitarra. Unai Santiesteban viajó desde Zamora para demostrar sus conocimientos en teatro musical, mientras que Goiatz Etxeberria y Alai Beloki, de Pamplona y San Sebastián, valoraban «la oportunidad de tener una formación tan completa» en caso de entrar en el concurso. Por su parte, Carlota di Francesco, de Leioa y fan de Amaia, quería ponerle remedio a su «sueño frustrado de ser cantante». La de este miércoles fue la cuarta parada de un casting que va girando por toda España. La novena y última audición será en Madrid el 12 de junio.
La mecánica es sencilla. Ordenados en tres filas, los aspirantes de cada hilera tienen asignado un juez que decide si merecen la ansiada pegatina. Ya por la tarde, se enfrentan a una prueba más reposada y con el acompañamiento de algún instrumento. Los 'supervivientes' estarán en unas semanas en Barcelona para el casting definitivo que dejará la escueta cifra de participantes en dieciocho. Ellos serán los protagonistas de la llamada Gala 0, ya en plató con la extriunfita Chenoa como presentadora. Esa noche se elegirá a los dieciséis alumnos de la Academia.
Cerca de cumplir ese sueño está Carmen Escribano. La joven vallisoletana, que en la anterior edición se quedó a las puertas, fue la primera en convencer a Noemí Galera: «Llegué hasta el casting final, cuando ya sólo quedábamos 30. Ojalá esta sea mi oportunidad». Compartió entonces varias pruebas con Martin Urrutia, finalista del programa y ahora parte del elenco de 'Mariliendre', la última serie de Los Javis. De momento, la cosa pinta bien: es una de las cinco que este miércoles consiguió un pase para la Ciudad Condal.
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