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Reconstrucción del momento en el que la amiga abre el paquete.
'Así se escribe un crimen'

El macabro crimen de Castro: ¿Por qué Carmen guardó la cabeza de Jesús Mari?

La serie documental de ETB y EL CORREO aborda esta semana el suceso del cráneo envuelto en papel de regalo

Martes, 14 de octubre 2025

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Al referirnos al crimen de Castro Urdiales, solemos hablar de una caja y una cabeza, pero ninguno de los dos términos es del todo preciso. Lo que Carmen Merino entregó a una amiga para que se lo guardase era, más bien, un paquete envuelto en papel de regalo azul y blanco: para ser exactos, un neceser ovalado en el que había metido bolsas de plástico y un relleno de hojas de periódico. Y lo que aquella pobre mujer encontró el 28 de septiembre de 2019 –cuando, harta de tener aquel estorbo en el armario, decidió echar un vistazo al contenido– era en realidad un cráneo limpio, seguramente hervido con sustancias químicas para eliminar la carne y las partes blandas. Esta imagen de pesadilla brinda el primer escalofrío de un caso extraño y macabro, en el que abundan las situaciones que hielan la sangre. «La realidad es la novela de ficción más dura que hay», resume el periodista David Olabarri en la entrega de esta semana de 'Así se escribe un crimen', la serie documental de ETB y EL CORREO.

Se trata de un suceso extraordinario y también misterioso, porque hay detalles que siguen sin aclararse: «Ya no se va a saber más: ella guardará su secreto», concluye Abel Verano, redactor de sucesos de 'El Diario Montañés' que cubrió la noticia. Aquellos restos, los únicos que se encontraron, pertenecían a la pareja de Carmen, Jesús Mari Baranda, un jubilado de banca baracaldés con quien llevaba ocho años de relación. De Jesús Mari no se sabía nada desde febrero, pero –otro escalofrío– sus parientes y amigos habían ido recibiendo mensajes en los que les contaba que andaba de viaje. «Voy a seguir de pasota una temporada», decía uno. «Me controlas más que mi mujer», fue la respuesta a un allegado que se había interesado por él. Y quienes conocían a Jesús Mari recelaban, porque él jamás se refería a Carmen como 'su mujer' y porque, de hecho, no era de usar WhatsApp. La Guardia Civil comprobó más tarde que la criminal también se había enviado 'mensajes de Jesús Mari' a sí misma.

Búsquedas en internet

Hay más momentos que producen un estremecimiento en la columna vertebral. Por ejemplo, las búsquedas de Carmen en internet, con preguntas como '¿cuánto tarda en desaparecer un cadáver?' o '¿cómo se desatasca una motosierra?'. Y también el testimonio de la mujer a la que contrató para que la ayudase a limpiar el piso en marzo: «Allí se encontró unas bolsas de basura negras, grandes, que supuestamente tenían tierra y macetas. Dijo que pesaban muchísimo. Las tiró en el contenedor», relata Olabarri.

Ni siquiera el juicio, en el que Carmen resultó condenada a 15 años de cárcel por homicidio, sirvió para aclarar los puntos oscuros del caso: parece claro que el móvil fue económico, porque Jesús Mari había incluido a su pareja en el testamento, pero faltan la causa de la muerte, el paradero del cuerpo... Del mismo modo, el capítulo de este miércoles solo puede aventurar explicaciones para una pregunta imposible de eludir: ¿por qué, si pudo deshacerse con tanto éxito del resto del cadáver, se arriesgó a guardar la cabeza?

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