Un viaje, una música y una historia

Un proyecto musical en el que un grupo de mujeres son las compositoras, como todas las intérpretes, y donde se reconstruye el viaje imaginario -pero verosímil- de otra que sigue una especie de ruta de la seda extendida a América. Eso es lo que ha hecho la guitarrista y compositora manchega Silvia Nogales en 'Seda'. Un álbum en el que hay música, textos literarios e información sobre cada pieza, quién la compuso y su contexto. Y un folleto que está formado por hojas independientes cuyo orden, por tanto, se puede alterar.

- ¿Cómo surgió el proyecto?

- Nació de una idea conjunta con la compositora Claudia Montero. Yo estaba en otra cosa y me di cuenta de que nunca había trabajado con obras de compositoras vivas, así que conecté con ella y de esa forma empezamos. La idea era hacer un proyecto con elementos audiovisuales y narración, de manera que cada obra tuviera un relato detrás. El reto era unir y dar coherencia a las obras.

- ¿Todas han sido compuestas para el álbum?

- Hay una excepción con la propia Claudia, que quería escribir algo que fuera una reflexión sobre el machismo. Ella murió sin terminar su pieza, así que incluí 'Colores porteños'. A las demás autoras les pedí que se basaran en experiencias propias y de sus países, y el resultado es un viaje en el que cada parada es una música y en cada música hay una historia.

- ¿Y la combinación de música y texto junto a ese folleto que son cartulinas sueltas?

- Todas las ideas son mías. El fin último es llevarlo todo a un espectáculo en el que los asistentes vivan una máxima inmersión. Se trata de que quien escuche el álbum tenga una experiencia lo más parecida posible.

- Dado que, como intérpretes, hay dos cantantes y una pianista que salen apenas unos pocos minutos no será fácil contar con ellas en esos conciertos.

- La pianista María Parra sí ha estado en alguno de los conciertos que he hecho, y cuando no puede usamos una grabación. Con las voces lo hacemos siempre.

- Trabaja con textos, pero lo ha hecho más veces con la pintura.

- Eso fue un proyecto que surgió en 2018 y fue escogido entonces por el Ministerio. Estaba concebido para la cueva de Altamira y era una combinación de audiovisual y música. A raíz de eso se me ocurrió cambiar el vídeo por la realización de una obra por parte de un pintor que usa pigmentos naturales y colores muy parecidos a los de la cueva. Yo no había hecho nada de eso antes, y es algo que requiere mucha concentración por la coordinación precisa y porque los brochazos se oyen incluso...

- ¿Teme que la encasillen en estas propuestas en el margen del repertorio?

- Lo he pensado. Como guitarrista, puedo hacer conciertos al uso, y sería más sencillo porque estos proyectos llevan una logística bastante complicada. Pero he descubierto que yo soy sobre todo esta, que esto es lo que más tiene que ver conmigo. En mi familia hay gente que se dedica a la danza, la interpretación, la pintura... Creo que la guitarra es un medio para que la gente se conecte con el arte de otra manera.

- ¿Tiene ya otros proyectos tan especiales como este?

- Ahora estoy centrada en conseguir la mayor difusión de 'Seda', que, como le decía, está a medio camino entre la música y las artes escénicas. Tropiezo con la dificultad de que los programadores no saben muy bien lo que es. Para el futuro, me gustaría hacer algo que incorporara la danza.

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