Pamplona repite

El festival incluye charlas, talleres, conciertos pensados para los más pequeños y conciertos digamos tradicionales. Hay tres artistas residentes (las violinistas Lina Tur Bonet y Ana María Valderrama y la violonchelista Astrig Siranossian) y ellas junto a la propia Villanueva protagonizarán varias sesiones. Además, Saint-Saëns y Piazzolla, que este año están de aniversario (centenario de la muerte del primero y nacimiento del segundo), serán objeto de una atención especial. Y la apertura de géneros se plasmará en homenajes a Pedro Iturralde y Gayarre, además del ya citado al guitarrista Sabicas.

Entre los invitados están la soprano María Bayo, el guitarrista Rafael Aguirre, el saxofonista Manu Brazo, la bailaora Ana Morales y la cantante María Berasarte, una artista inclasificable que lo mismo aborda el fado que un tema de Mikel Laboa, Caetano Veloso o John Dowland.

El festival se extiende por toda la ciudad, con un centro de gravedad en el Baluarte y sesiones de gran interés en el hotel Tres Reyes, además de distintas salas en la capital navarra y en otras localidades. En algunos casos, se instalarán carpas en espacios municipales. En total, están programadas dieciséis actividades con las que se enriquece la oferta cultural de la comunidad foral, que en verano quedaba tradicionalmente reducida en comparación con el resto del año. El empeño personal de Isabel Villanueva es fundamental para ello. Si el año pasado, con todo en contra, se arriesgó a poner en marcha el festival, el reto de consolidarlo este verano, que será al menos algo mejor, parece que debe estar a su alcance.