Las palabras mutantes

La autora no se decanta por esta interpretación dramática, sino que explora la relación entre textos que hablan, de alguna manera, de esta coyuntura dramática y los hechos a los que aluden. Ese abordaje se vale de recursos sencillos como la transcripción, el aumento de los trazos o la superposición. Kraviez copia párrafos manualmente y los convierte en algo diferente. La muestra nos da a conocer ese proceso en un momento crítico. «Las letras se convierten en algo abstracto o me llevan a otras asociaciones, una palabra pierde la facultad de representar lo que antes contenía, mientras que hay sílabas capaces de generar otros términos», aduce.

Las obras parecen remitir a un punto de no retorno, a la frontera de la legibilidad. Más allá ya no es un lenguaje de palabras, sino de ritmos y de líneas. «Es un lugar en el que se han ido los significados como cuando lees carteles escritos en idiomas que no comprendes», indica. «El lenguaje se pervierte hasta el punto de que dicen lo contrario de lo que, en principio, quieren expresar».

Pero la artista no se rinde y pretende asumir lo que denomina gestos restauradores que vuelvan a proporcionar sentido a las palabras. «Con las ruinas intento elaborar cierta poesía», asegura y nos habla de nuevas lecturas que surgen de nuevas combinaciones de las letras, de las figuras creadas en los intersticios, de una visión pictórica que rehabilite los mensajes perdidos.