«Mozart y Chopin admiraban a mujeres pianistas que luego han sido borradas»
La joven intérprete gallega acaba de lanzar 'Kaleidoscope', un álbum con obras de compositoras contemporáneas
Abogada experta en fusiones y adquisiciones con cursos de especialización en la Universidad de Nueva York, estudios de Relaciones Internaciones y Administración de Empresas en ... Harvard y un curso de Liderazgo en Cambridge, Isabel Dobarro (Santiago de Compostela, 1992) es una figura singular fuera de los despachos. Emplea fines de semana y vacaciones en dar conciertos de piano y aún tiene tiempo para investigar en los asuntos musicales que le gustan. Sobre todo las obras escritas por mujeres que deben ser divulgadas por su calidad. Ahora acaba de lanzar 'Kaleidoscope' (sello Grand Piano), donde interpreta partituras publicadas del año 2000 para acá y firmadas por mujeres de todos los continentes.
- ¿El criterio de selección fijaba necesariamente el año 2000 como límite?
- Quería representar el trabajo de los últimos años de compositoras vivas. Cuando se ha publicado el álbum una de ellas, Claudia Montero, ya había fallecido, pero no era así al inicio.
- ¿Se ha puesto en contacto con todas para preparar las interpretaciones?
- Una de las cosas más bonitas de un proyecto así es la relación con las compositoras. He hablado mucho, he enviado a cada una el corte correspondiente y han quedado muy contentas. Todas han aportado su visión. Con Claudia Montero pude hablar mucho hace unos años y en 2024 estrené una obra suya en el Colón de Buenos Aires. Eso fue para mí un sueño.
- Hay varias generaciones pero algunas son de su edad. ¿Crea eso una complicidad especial?
- Alguna incluso más joven… Para mí era relevante que hubiera diversidad en cuanto a su procedencia y en cuanto a la edad. La mayor es Tania León, que tocó con Bernstein y ha sido condecorada por Biden. Gabriela Ortiz pudo hablar conmigo mientras estaba en los Proms. A las de mi edad las conocía de antes y Carme Rodríguez me dedicó la obra que cierra el álbum.
- Las estéticas son diferentes pero abundan las obras de tono ensoñador. ¿Había intención a la hora de seleccionar?
- La investigación previa al disco ha durado unos tres años. Primero se trataba de seleccionar las compositoras y luego sus obras. A algunas las conocía pero otras han sido verdaderos descubrimientos. Busqué contrastes casi como si se tratara de un programa de recital. También está muy presente la naturaleza, aunque al principio no fui consciente de ello. En mi forma de tocar siempre hay interés por el color y seguro que eso ha determinado la selección de piezas.
«He hablado con las autoras, todas aportan su visión. La mayor es Tania León, que tocó con Bernstein»
«Duermo poco»
- Trabaja mucho con música de mujeres. ¿Teme que eso la encasille de cara a los programadores, que cuenten menos con usted para interpretar a Beethoven, Brahms o Chopin?
- Hay una doble faceta que quiero explicar. En mis conciertos toco constantemente obras de compositores del gran repertorio, hombres y mujeres. Nunca he defendido que interpretar obras de mujeres deba hacerse en detrimento de las de hombres. Incluso he escrito artículos en revistas universitarias y he hecho festivales sobre Rodrigo o Granados, por ejemplo. Ahora bien, es cierto que mi mayor proyección está en esa defensa de la música de mujeres. Se ve en este álbum, que es el primero como solista. Quiero destacar que en su tiempo Mozart y Chopin admiraban a pianistas mujeres que luego han sido borradas.
- Ha grabado para un sello internacional, filial de Naxos. ¿Es el comienzo de una relación con Grand Piano?
- Estoy muy contenta con ellos por lo mucho que lo están promocionando. Cuando entras en un sello grande no sabes lo que te van a apoyar. Tenemos ideas para el futuro pero deben cristalizar.
- ¿Qué aportan sus estudios jurídicos, empresariales y diplomáticos a su carrera como pianista?
- Lo he vivido desde niña. Soy hija de un arquitecto y una abogada que son muy melómanos. La experiencia que viví en la Universidad de Nueva York es que todo está muy integrado. Hay estudiantes de Empresa que cogen Música como optativa, por ejemplo. Yo sí he detectado que aquí cuando sales de un conservatorio no sabes nada de contratos o de propiedad intelectual. Somos muy vulnerables en eso y unas nociones resultan muy interesantes.
- ¿Y lo de las Relaciones Internacionales?
- Viene de una selección que se hizo para una estancia en la ONU. Allí pensé de qué forma los artistas podemos estar en ese espacio. Entendí que necesitaba conocimientos para defender mis ideas. Hice mi tesis en Harvard sobre si es posible una diplomacia musical en la UE.
- ¿Y cómo lleva lo de ser abogada y pianista, o pianista y abogada?
- Soy abogada y ejerzo. También toco el piano y doy conciertos y grabo discos. Hago ambas cosas y… duermo poco (se ríe). Entre semana, me dedico en el despacho a las fusiones y adquisiciones de 9 a 7. Luego, en casa, toco el piano una o dos horas. Los fines de semana lo compenso, con trabajo al teclado de 12 o 14 horas al día cuando no tengo concierto.
- ¿Y cuántos conciertos da al año?
- Unos 40. Procuro situarlos siempre en fin de semana o en mis períodos vacacionales. Es cuestión de organizarse.
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