Humanismo y alma republicana
Ideario ·
Los políticos utilizan a Machado a su conveniencia porque su compromiso social y su honestidad les dan lustre moralLos ambiciosos del mundo de la política, e incluso los que no están en ella, cuyo objetivo es el poder, andan siempre en busca de ... referencias. Personajes, pensamientos, lemas. Recogen lo que cualquiera elabora con mucho esfuerzo y trabajo durante su trayectoria vital o lo que manifiesta en un momento determinado de ésta, y lo transforman en un aval a sus planteamientos y en un presagio de lo que ellos expresan y defienden. De donde y de quien viene la idea y la creación les es indiferente. De él sólo necesitan esa palabra o esa obra que, por alguna misteriosa razón, les ha parecido útil. Posteriormente, la separan por completo de quien la dijo y de lo que éste pretendió expresar y le dan vueltas y más vueltas hasta que adquiere algo de absoluto, como si proviniera de un poder superior que les ofreciera sus servicios.
Así ha ocurrido a lo largo de la historia con muchos de sus principales representantes y así ocurrió con el gran poeta Antonio Machado, máximo exponente de la purificación lírica de la generación del 98 y de toda la literatura española de la primera mitad del siglo XX. Encontramos en su obra una evolución de espíritu y palabra que nutre una egregia aventura de sentido trascendente, religioso, que se fractura en trágico fracaso, pero que ofrece un valor de experiencia auténtica, lúcida en su misma profundidad. Tanto a él como a su hermano Manuel se les ha utilizado políticamente y a conveniencia tanto desde el franquismo como desde la oposición al mismo y en su personalidad, con sus luces y con sus sombras, es difícil dilucidar cuál fue su pensamiento verdadero ya que quién trabajaba para el gobierno de la República, donde también había censura de prensa, difícilmente podía manifestar otra cosa que la que expresó. A su hermano le ocurrió lo mismo, con la única diferencia de que el conflicto bélico y civil de 1936 le sorprendió en la otra zona del país. Así que la verdad brillaba por su ausencia tanto en un campo como en el otro, y las opiniones libres también.
En cualquier caso, es una evidencia que la llegada de la República entusiasmó al autor de 'Campos de Castilla'. Recordemos que izó la bandera de la misma en el Ayuntamiento de Segovia. Posteriormente y a no tardar, vino la decepción con lo que había deseado tanto. No fue una excepción ya que muchos intelectuales españoles de la época recorrieron el mismo camino (los consagrados Azorín, Marañón, Ortega y Gasset, Pío Baroja, etc., y los recién llegados Alberti, Altolaguirre, Cernuda, etc.), unos apoyando al Frente Popular y otros huyendo sin más ante el ambiente de persecución y terror en las calles, de las checas, de la represión, en definitiva. Machado no pudo hacerlo y tuvo que quedarse y adaptarse a las circunstancias.
Su aventura literaria refleja un intento por eludir la subjetividad y captar la humanidad, el prójimo, incluso la certidumbre religiosa. Inicialmente, el poeta explora la intimidad de su propio espíritu, buscando la autenticidad más profunda; más tarde, se vuelve hacia la realidad externa, contemplando el mundo objetivo que simboliza el paisaje castellano y transitando hacia un credo religioso. Al morir su esposa, se desentiende lenta y escalonadamente del verso e incrementa sus cavilaciones introspectivas en una prosa filosófica que culmina en 'Juan de Mairena', una de las obras más lúcidas e inteligentes, a la par que críticas, de la literatura española.
Antonio Machado expresó un cierto encandilamiento por la acción política, pero también una preocupación por la degradación que la amenazaba al estar ligada al poder. Su discurso político y su alma eran republicanas (Institución Libre de Enseñanza; Manifiesto de la Liga para la Educación Política Española, 1913; Manifiesto fundacional de Alianza Republicana, 1926; Acción Republicana, 1931; Izquierda Republicana, 1934; etc.) y sus obras también, desde 'Soledades' (1901-2), reescrito como 'Soledades. Galerías y otros poemas' (1907), hasta 'Juan de Mairena. Sentencias, donaires, apuntes y recuerdos de un profesor apócrifo' (1936), pasando por 'Campos de Castilla' (1912), la primera edición de sus 'Poesías Completas' (1917), 'Nuevas Canciones' (1924) o las nuevas ediciones de 'Poesías Completas' (1928-1933). Compromiso social, militancia en el bando de los desfavorecidos, honestidad intelectual y, en definitiva, ser ciudadanos y no súbditos, definen su ideario político republicano. Por eso todos los políticos lo mencionan, porque les da una apariencia y un lustre moral que difícilmente emana de ellos ya que viven de la política espectáculo, de la imagen, de los eslóganes fáciles repetidos hasta la saciedad y vacíos de contenido.
El valor literario de la obra de Antonio Machado aniquila la postura política de un hombre que no podemos desclavar del contexto histórico que le tocó vivir y que hizo de él un referente de la identidad cultural española, no solo por su poesía sino también por su coherencia estética y moral. De ahí la vigencia de unas ideas universales.
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