Hegel, el Idealismo absoluto
Efeméride ·
Nació hace 250 años y su ideario es un componente básico del pensamiento occidentalEl Idealismo alemán se desarrolló a finales del siglo XVIII y comienzos del XIX partiendo del pensamiento de Immanuel Kant y estuvo directamente vinculado al Romanticismo, a la Ilustración y al contexto histórico de la Revolución francesa, así como a las posteriores Guerras Napoleónicas. Los principales pensadores del movimiento fueron, además del propio Kant, Johann Gottlieb Fichte (autor de los 'Discursos a la nación alemana'), Friedrich Wilhelm Joseph Schelling ('El sistema del idealismo trascendental') y, fundamentalmente, Georg Wilhelm Friedrich Hegel.
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Etapas de la conciencia
El padre del idealismo absoluto nació en Stuttgart el 27 de agosto de 1770, descubrió los clásicos griegos en la enseñanza secundaría humanística y consolidó su pensamiento en la Universidad de Tubinga (1788), donde predominaban unas ideas ilustradas que nunca le interesaron demasiado y en la que conoció a dos protagonistas de la cultura alemana que le influyeron sobremanera: Friedrich Hölderlin y Friedrich Schelling.
El estallido de la Revolución francesa en 1789, a la que siempre consideró una etapa esencial de la Historia, y sus primeras proclamas influyeron en un Hegel que compartió dichos ideales, aunque con el paso del tiempo su fervor revolucionario se fuera mitigando, terminando en la última fase de su vida y pensamiento abrazando actitudes conservadoras e incluso reaccionarias.
Al terminar sus estudios, en lugar de dedicarse a la carrera eclesiástica, optó por el oficio de preceptor (Berna, 1793-96, y Francfort, 1797-99), dedicándose en estos años a sus estudios teológicos, de ciencia política y económica. La herencia que le dejó su padre al fallecer le permitió dedicarse al estudio de forma exclusiva y se estableció en la universidad más importante de la época, la de Jena (1801).
En ella obtuvo la capacitación como profesor universitario con la disertación 'De orbitis planetarum' y publicó en 1801 su primera obra, 'Diferencia entre el sistema filosófico de Fichte y el de Schelling', inclinándose por este último, con el que publicó un año más tarde el 'Diario crítico de la Filosofía'. Durante estos años fue madurando su primera gran obra, la 'Fenomenología del espíritu', acabada en 1806, justo cuando las tropas de Napoleón estaban cerca de la ciudad.
La guerra le generó problemas económicos que le obligaron a trasladarse a Bamberg, donde estuvo unos meses, y, posteriormente, a Núremberg, donde fue director del centro de segunda enseñanza hasta 1816. En este período publicó la 'Ciencia de la lógica' (1812-16), su obra más compleja. A partir de aquí ejerció en Heidelberg (1816-18) donde publicó la 'Enciclopedia de las ciencias filosóficas' y en Berlín (1818-31) hasta su muerte. Fue esta la época de mayor éxito, reflexionando sobre la ética y la estética, la religión y la historia de la Filosofía, aunque solo publicara una obra, 'Principios de la Filosofía del Derecho'.
Lo absoluto hegeliano es tan compacto que exige la totalidad de las partes
Muy prolífico
Hegel fue un escritor muy prolífico. Sus extensísimas lecturas, la facilidad con que asimilaba y memorizaba los diversos contenidos y sus muy variados intereses dieron a su pensamiento una profundidad cultural y una amplitud extraordinarias. Entre los escritos juveniles del período de Berna y Fráncfort (1793-1800) destacan los de índole teológica: 'Religión racional y cristianismo', 'La vida de Jesús' (1795), 'La positividad de la religión cristiana' (1795-96), 'El espíritu del cristianismo y su destino' (1798), 'Fragmento de sistema' (1800).
En estas obras se pregunta cuál es la esencia de la religión y trata de interpretar las diferentes formas en que esta se ha manifestado a lo largo de la historia. Lo hace siempre desde un cristianismo hondamente desnaturalizado al rechazar el carácter peculiar del mismo, la dimensión de la encarnación de Cristo como acontecimiento real e histórico y la noción de Cristo como Mesías y Salvador. En Jena escribió, aunque no la publicó, 'La constitución de Alemania y el Sistema de la eticidad', y en 1801 el ya citado 'Diario crítico de la Filosofía'.
'La Fenomenología del espíritu' (1807) encarna un momento decisivo en su vida al apartarse de Schelling y al crear un pensamiento totalmente original e inconfundible. Esta obra es considerada por muchos estudiosos como su creación más importante, aunque fuera concebida como introducción a un sistema que, aunque aparece aquí, no está aún definido.
Las obras posteriores ('La ciencia de la lógica', 1812-16; 'La enciclopedia de las ciencias filosóficas en compendio', 1817, y los 'Principios de la Filosofía del Derecho', 1821), son todas de gran enjundia y configuran los vértices del pensamiento hegeliano. Hay autores que señalan a la Enciclopedia como su principal aportación, pero, al margen de polémicas, lo que es muy evidente es que su material más interesante es el de los grandes cursos dictados en Berlín ('Lecciones de la Filosofía de la Historia', 'Estética', 'Lecciones de Filosofía de la religión' y 'Lecciones de Historia de la Filosofía'), publicados con carácter póstumo por sus discípulos entre 1840 y 1845 y que definen la filosofía del espíritu o lo que es lo mismo, el momento culminante del sistema hegeliano.
Su material más interesante es el de los cursos dictados en Berlín
Las principales líneas de dicho sistema se pueden resumir en que la realidad en cuanto tal es espíritu infinito (lo verdadero no es sustancia sino pensamiento, espíritu), que la estructura o la vida misma del espíritu es la dialéctica y que el rasgo peculiar de esta es lo que denominó elemento especulativo (la clave de su pensamiento). El espíritu es infinito y como un círculo en el que el principio y el final coinciden dinámicamente. El ser siempre se resuelve en el debe ser y lo real siempre se resuelve en lo racional.
Dialéctica
Para Hegel todo se aplica a lo absoluto y también a cada momento individual de la realidad, porque lo absoluto hegeliano es tan compacto que exige la totalidad de sus partes. El sentido de la circularidad, citado con anterioridad, está en el axioma de que el movimiento propio del espíritu es el movimiento de reflexionar sobre sí mismo (ser en sí, ser otro o fuera de sí y retorno a sí o ser en sí y para sí). Todo lo que es real es racional y todo lo que es racional es real. La idea no es separable del ser real y de lo efectivo, sino que lo real o lo efectivo es el desarrollo mismo de la idea y viceversa. Todo lo que existe o sucede está dentro de lo absoluto, todo es pensamiento.
El hombre cuando filosofa se eleva muy por encima de la conciencia común y su conciencia asciende a la altura de la razón pura colocándose en una perspectiva absoluta. La 'Fenomenología del espíritu' fue concebida y redactada con la finalidad de purificar la conciencia empírica y elevarla hasta el espíritu y el saber absoluto.
Es el camino que conduce a la conciencia infinita hasta el absoluto infinito, y coincide con el camino que lo absoluto ha recorrido y recorre para llegar a sí mismo. La fenomenología muestra un pasaje necesario, científico, y su metodología es la metodología científica más rigurosa, es decir la dialéctica. En la fenomenología hay dos planos que se yuxtaponen, el constituido por el camino recorrido por el espíritu hasta llegar a sí mismo a través de todas las vicisitudes de la historia del mundo, que para Hegel es el camino en el que el espíritu se ha realizado y conocido a sí mismo, y el plano propio de cada individuo empírico que tiene que recorrer aquel camino y hacerlo suyo.