Hathaway, más que un artesano innovador
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El director de 'Tres lanceros bengalíes' y 'Niágara', de cuyo nacimiento se cumplen 125 años, es una figura olvidada por el cine de hoyEl director de cine estadounidense Henry Hathaway (Henri Leonard de Fiennes Hathaway) nació el 13 de marzo de 1898 en Sacramento (California) y se convirtió ... en uno de los principales representantes del período clásico del cine norteamericano, también denominado 'época dorada de Hollywood'. Ciento veinticinco años después de su nacimiento, su figura y su producción cinematográfica han sido olvidadas y difícilmente se le recuerda cuando se habla de esta fecunda etapa del séptimo arte que se inició con la introducción del sonido en la cinematografía y que se fue consolidando con la incorporación a este nuevo mundo sonoro de géneros ya presentes en el cine mudo como la comedia, los musicales y el western, a los que se sumaron el cine negro, la ciencia ficción y los melodramas.
El cine se convirtió en un refugio para intentar olvidar primero la crisis económica de los años treinta, el sufrimiento de la Segunda Guerra Mundial y, finalmente, la obsesión anticomunista en la Guerra Fría, a la par que mostraba historias fascinantes en cuyos argumentos y tramas los espectadores se podían identificar. Modernos avances tecnológicos, nuevas formas de montaje, importancia de la imagen, construcciones narrativas de gran solidez avaladas por la creación del tiempo cinematográfico, películas de mayor duración y tramas mucho más complejas se consolidaron en esta época dorada. Actores, actrices, industrias, premios y cientos de películas hicieron de dicho período el de mayor luminosidad de la historia del cine.
Fueron años de marcadas tendencias e influencias políticas, de inflexión para la dirección, producción y realización de películas; años de creación del 'StarSystem' y del glamur, años de legendarias estrellas cuyos nombres se reconocen en nuestros días, de grandes corporaciones (Fox, MGM, Paramount, RKO y Warner Bros) y eminentes directores (Alfred Hitchcock, Billy Wilder, Frank Capra, John Ford, Orson Welles,… y del olvidado Henry Hathaway).
Hathaway creció en el mundo de la interpretación por influencia de unos padres vinculados al espectáculo, hasta que en 1923 comenzó a trabajar como asistente de dirección de Víctor Fleming y más tarde de Josep Von Sternberg, su gran maestro. Después de diez años de aprendizaje dio el salto a la dirección y en 1932 la Paramount le encargó ocho westerns con el actor Randolph Scott ('El legado de la estepa', 'La horda maldita', etc.) que aumentaron un prestigio que culminó con las películas interpretadas por Gary Cooper, sobre todo con 'Tres lanceros bengalíes'. Minusvalorado como simple artesano, estuvo a la altura de los grandes, al igual que Michael Curtiz o Jean Negulesco, en muchas de sus películas. Renovador permanente del clasicismo y con una fuerte personalidad, fue también un ardiente defensor de las innovaciones técnicas (movimientos de cámara, escenas de exterior,...) que aplicó constantemente en sus obras. Aunque encontramos recursos convencionales de la época clásica (planos/contraplanos clásicos, transparencias para las escenas de acción, fundidos encadenados de apertura y cierre, antojo y abuso por la narración mediante voz en off, etc.), Hathaway se aventuró en el uso de numerosas innovaciones que han quedado ya en la historia del cine.
Fue capaz de extraer excelsas interpretaciones de actores y actrices al darles una gran libertad de acción
Narraciones ágiles y rápidas
La primera de ellas se centró en su deseo de renovar la técnica del plano/contraplano en lugar de evitarla, utilizando para ello planos fijos que encuadran a dos personajes en un primer plano cortando por el pecho y dando a dichos planos una duración muy larga. Con la llegada del Cinemascope incrementó el número de personajes en esta situación, acompañados de numerosos ángulos y encuadres, para conservar la expresividad cualitativa de los actores y el dinamismo de las escenas. Dinamismo que también consigue con reiterados 'raccords' sobre el eje, seleccionando ángulos inusuales que enfatizan la acción, utilizando ensamblajes quirúrgicos de secuencias alternas, avivando la aceleración del tiempo con fundidos encadenados y sobreimpresiones. Con todos estos recursos las narraciones eran extraordinariamente ágiles y rápidas.
Dicha rapidez y dinamismo la obtiene usando movimientos de cámara poco convencionales, en gran medida cortos, al estilo de sus panorámicas rápidas y los desplazamientos panorámicos cruzados. Estas osadías descriptivas que combinaba con movimientos de cámara convencionales se sumaban a la ruptura en los planos/contraplanos de las reglas de los 30 y los 180 grados para incrementar la tensión entre los protagonistas cambiando la dirección de sus miradas. Intrepidez de sus escenas nocturnas claramente influenciadas por el expresionismo alemán, de su manera de utilizar el contraluz y los reflejos, de sus fundidos en negro para separar secuencias, de su forma de reflejar la profundidad del campo, de su interés por los espacios naturales urbanos, de sus dosis de humor y de tensión y de su envidiable sentido del ritmo.
Este 'artesano' fue también un excelente director de actores y actrices fuertes, de primera y segunda fila, de los que fue capaz de extraer excelsas interpretaciones dándoles una gran libertad de acción en los decorados. A modo de muestra cabe señalar a Gary Cooper, Gene Tierney, John Wayne, James Cagney, James Stewart, Marilyn Monroe o Susan Hayward, y a otros de menor entidad como Paul Douglas o William Bendix. La precisión y fiabilidad que transmitió a todos ellos es algo que muchos directores más reconocidos no han podido lograr.
Hathaway es un director olvidado que merece ser reconocido como algo más que un discreto artesano del cine, ya que en su prolífica obra encontramos obras maestras como 'Sueño de amor eterno' y, en menor medida, 'Tres lanceros bengalíes' y otras muy notables como 'Envuelto en las sombras', '13, rue Madeleine', 'Los hijos de Katie Elder', 'Niágara' e incluso la mayor parte de 'La conquista del oeste'. Ignorado y olvidado, es de justicia que ocupe el lugar que le corresponde en el mundo del cine.
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