«¿Para qué grabar lo ya grabado?»

La flautista Tamar Lalo nació en Tel Aviv pero lleva más de diez años en España y habla un castellano sin apenas acento. En su primer álbum como protagonista -antes ya había formado parte de proyectos discográficos con obras de Falconeri y Scarlatti, entre otros-, ha elegido cinco sonatas de Sammartini, las Nos. 14, 17, 20, 25 y 27. El disco se titula 'The celebrated San Martini' (sello Pan Classics) y acaba de llegar al mercado.

- ¿Por qué Sammartini para su primer álbum como solista?

- Mi idea inicial era un disco con una combinación de compositores italianos, pero leí que Sammartini tiene 32 sonatas para flauta de pico con acompañamiento, más otras para dos flautas y cambié de opinión. Y aunque el Concierto para flauta es muy conocido, la mayor parte de estas sonatas no se ha grabado nunca.

- La flauta tiene gran peso en el Barroco pero luego casi desaparece. Dado que el repertorio es menor, ¿hay gran competencia entre los intérpretes?

- La flauta existe desde siempre porque es de los primeros instrumentos que creó el ser humano. Pero es cierto que al final del Barroco y el Clasicismo literalmente desaparece, como sucede con la viola de gamba. Se recupera algo al final del siglo XIX y ya luego vuelve a haber repertorio en la música contemporánea. Y ahora hay mucha más gente tocando música barroca.

- ¿Se debe al auge del historicismo desde hace medio siglo?

- Sí, y ahora ya no es una cosa de unos pocos que defendían una forma de interpretación. El historicismo ha llegado a los conservatorios y tiene una presencia muy grande en las salas de conciertos.

- ¿El hecho de que su instrumento disponga de repertorio menor al violín o el piano les obliga a indagar en autores menos conocidos, a buscar obras olvidadas?

- No sé si nos obliga, creo que más bien nos interesa. ¿Para qué grabar lo que ya está grabado? Es mejor buscar cosas que merezca la pena defender y que sean menos conocidas. Aunque es cierto que un nuevo punto de vista sobre una obra conocida siempre es interesante. Pero yo prefiero cosas diferentes, o al menos buscar un equilibrio.

- Hacen una labor casi musicológica.

- Sí, es parte de nuestro trabajo y a mí es de las cosas que más me gustan. Cuando interpretas tienes que tomar decisiones, no dar nada por hecho. Y lo cierto es que no siempre se puede explicar por qué lo haces. Lo haces porque lo sientes así, porque te parece lo más adecuado.

- ¿Un disco así es más fácil o más difícil de plantear como programa de concierto? No abundan ahora los álbumes dedicados a un solo compositor.

- Es, sobre todo, una tarjeta de visita. Vas con él y te presentas.

- ¿Esta música tiene un público más reducido pero más conocedor?

- Yo lo veo así. Es cierto que es una música que puede hablar a cualquiera: a grandes melómanos y a quienes no lo son. Pero funciona sobre todo en salas pequeñas. Yo la he tocado en salas muy grandes y puede quedar bien, pero estamos hablando de obras que no han pasado la transformación a esos espacios de tanto tamaño. Nuestro instrumento tiene un volumen de sonido limitado, es más sutil, y necesitas un público que esté cerca y más metido en la música.

- ¿Seguirá grabando más sonatas de Sammartini?

- Tengo muchas ideas para las pocas horas que tiene el día...

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