La novela explora la leyenda gallega de la Santa Compaña a través de la investigación del inspector Gonzalo de Berceo.
Las críticas de la semana

Gonzalo de Berceo vuelve al ataque

Misterio ·

En esta segunda entrega firmada con el pseudónimo Lorenzo G. Acebedo, el monje poeta visita Santiago de Compostela

Sábado, 17 de agosto 2024, 01:12

Desde 'Los pilares de la Tierra' del británico Ken Follet a la 'Canción de hielo y fuego' del norteamericano George R. R. Martin, con todas ... las secuelas y precuelas que han acompañado a ambas novelas, es un hecho que la literatura anglosajona posee hoy el monopolio de la Edad Media y su reconversión a la fantasía narrativa. Un fenómeno al que no son ajenas las adaptaciones cinematográficas y televisivas que han tenido esas obras. Por esa razón, entre otras, resultó más que bienvenida el pasado año una ficción como 'La taberna de Silos', en la que un desconocido autor o autora que solo responde por el pseudónimo de Lorenzo G. Acebedo, recurría al Medievo español para ambientar su trama policíaca, y se atrevía a convertir en detective al propio Gonzalo de Berceo, el primer representante de nuestro Mester de Clerecía. Evitaba, de este modo, el injustificado esnobismo de ponerse a fundar novelescas geografías míticas o mágicas, en un país en el que las piedras hablan de una Historia real que compite con la magia y con el mito.

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Con ese mito y esa magia de la Historia es con lo que va a encontrarse el lector ya en las primeras páginas de 'La Santa Compaña', la nueva entrega de las andanzas detectivescas del monje que inauguró la versificación de la 'cuaderna vía' en lengua castellana. Y, como en la anterior, el texto es de un castellano moderno en su agilidad y bien modulado en su vetustez, dosificado en sus arcaísmos. Así, la ambientación escenográfica en el siglo XIII resulta verosímil, pese a un inicio de un gran efectismo fantástico y plástico. Berceo llega agotado en el domingo de un año de jubileo a Santiago de Compostela, en el momento en el que la catedral se halla sumida en una remodelación que incluye nuevas aportaciones propias de la 'moda goda' de la época. El espectáculo es el de un centro urbano colorista y bullente de peregrinos, mendigos, lisiados, leprosos y hasta endemoniados en busca de sanación.

En ese marco incomparable, el clérigo poeta se encuentra con los antiguos compañeros de estudios, que eran mucho más ambiciosos que él, y que ya gozan de una posición al frente del Cabildo. Se trata de personajes históricos como el arzobispo Juan Arias Gallinato o el deán Fernando Alfonso de León, hermanastro del rey Fernando III, que dan solidez documental a un argumento en el que comparecerá el propio heredero del trono, que será conocido posteriormente como Alfonso X El Sabio. Y, entre esa pintoresca fauna medieval en la que se mezclan los nobles con las clases populares, aparece quien será la primera víctima de las muertes que van a sucederse a lo largo del libro, y que componen una trama clásica del género negro que requerirá de los buenos oficios del heroico monje.

'La santa compaña' Autor: Lorenzo G. Acebedo. Ed: Tusquets, 296 páginas, 18,05 euros (Ebook: 9,49 ).

Esa víctima es Simón, un arcediano de largas pestañas que estudió con él en Palencia, y que se inmola de un modo tan absurdo como enigmático ante el vaivén pendular del botafumeiro. A esa escena, que espanta a toda la concurrencia, le sigue una visión apocalíptica que raya en el onirismo surrealista y en la que no faltan las notas de un humor que va a aflorar de una forma recurrente a lo largo de todo libro: «Y en medio de aquel aturdimiento, como me sucede tantas veces, me vino de improviso un alejandrino que con esfuerzo supremo retuve en la memoria: serán de los collados los valles compañeros».

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Además de la trama criminal, que mantiene con solvencia técnica la atención del lector, 'La Santa Compaña' es una novela que presenta alicientes, como la interpretación de la psicología de Berceo en clave de un ser mortal con debilidades humanas: desde la envidia que siente hacia sus colegas bien situados a la atracción que experimenta hacia las mujeres, pasando por un escepticismo que a veces roza el cinismo, o por la afición irrefrenable al buen vino, que de hecho va a cobrar un destacado protagonismo de la mano de Lope Ruiz, el joven moro de aspecto nórdico que cumplía en 'La taberna de Silos' un papel de aliado a medio camino entre el escudero Sancho Panza de Don Quijote y el doctor Watson de Sherlock Holmes.

En esta ocasión, Lope anda metido en la elaboración de una variedad vinícola con uva mencía al que no se sustraerá el interés de un hedonista y un buen bebedor como Berceo. El vino ayudará a crear una atmósfera de irrealidad en la novela que, más que a la referencia de Umberto Eco, la acerca a la de Álvaro Cunqueiro. El tratamiento de los personajes femeninos sin la típica adulación masculina abre, por otra parte, la posibilidad de que la autoría corresponda a una mujer. Lo sabremos cuando gane el Planeta.

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  1. 'De qué se esconden las tortugas' Ianire Doistua

    El ámbito doméstico donde todo ocurre

'De qué se esconden las tortugas' Autora: Ianire Doistua. Ed: Tres hermanas, 134 páginas, 17 euros.

Elena Sierra

Cortos pero intensos. Los muchos relatos que Ianire Doistua publica recogidos en un solo volumen -pequeño, pero intenso, de nuevo hay que decirlo- aparentan a veces no ir hacia ningún sitio (o a ningún sitio importante, nada épico) porque todo o casi todo lo que cuenta es bastante doméstico, ocurre dentro de la casa o del coche familiar y habla de las relaciones entre padres e hijos, hijas y padres, parejas, hermanos y hermanas. Como mucho se van a un viaje nostálgico a algún rincón de Marruecos... o a un futuro distópico en el que los urbanitas son menos que nada y lo que cuenta es tener un tractor y poder cultivar tu propia comida.

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El caso es que es ahí, en el lugar en el que se supone que no pasa nada porque es donde pasa lo más común, lo de todos, donde una palabra, un gesto, un recuerdo, un miedo, un deseo, una ausencia -lo normal, de nuevo- arroja un poco de luz sobre cómo nos relacionamos y el daño que nos podemos hacer, cosas en las que a menudo no pensamos. Es ahí donde vemos qué nos construye y nos destruye, qué somos y qué queremos ser o qué creemos que queremos.

Lo doméstico, lo familiar, es terreno de arenas movedizas, sin ninguna duda -y hasta ese campo llegan las reverberaciones de todo lo que ocurre fuera para mutar y complicar aún más- y eso Doistua lo cuenta con solvencia. Lo hace, además, cambiando el punto de vista cada dos por tres: aquí está la perspectiva de la madre, de la hija, de la hermana, de la amante, no una sola. Y a veces lo realista se transforma en otra cosa. Lo normal.

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  1. 'La carretera' Manu Larcenet

    Una pesadilla en tonalidades grises

'La carretera' Autor: Manu Larcenet. Trad: Andrés Catalán. Ed: Norma Editorial, 160 páginas, 29, 50 euros.

Borja Crespo

La versatilidad de algunos autores de cómic es sublime. Podemos disfrutar, como lectores, de dos obras completamente diferentes, diametralmente opuestas, de un mismo artista, el francés Manu Larcenet (Issy-les-Moulineaux, 1969), cuya personal adaptación de 'La carretera', el libro de Cormac McCarthy, es un prodigio gráfico editado con precisión que invita a que nos adentremos en sus páginas y suframos la misma angustia que los protagonistas del relato. La descorazonadora atmósfera se respira en tonalidades grises. Un estremecedor apocalipsis sobre papel que hiela la sangre, con algunas viñetas que se antojan obras de arte por sí mismas. Las cenizas de la civilización son esparcidas en una historia sombría que describe el viaje sin destino de un padre y su hijo. Ambos sobreviven a duras penas en un paisaje siniestro. La muerte está presente constantemente en una travesía que traspasa los límites de la cordura.

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'La carretera' de Larcenet coincide en las librerías con su tomo integral de 'Terapia de grupo', también de Norma Editorial, un volumen desternillante en cuyas vitriólicas páginas el dibujante y guionista se explaya a gusto sobre la idea de ser artista y el ejercicio de la creatividad. Se ríe de sí mismo y de lo que rodea a su profesión, imaginándose como un genio en horas bajas que trata de alargar como un chicle su inspiración. Otras muestras de su trayectoria poliédrica: la serie 'La mazmorra', junto a Lewis Trondheim, o 'Los combates cotidianos', con la que ganó el Premio al Mejor Álbum del Salón de Angoulême de 2004.

  1. 'La tonalidad del pensamiento' Byung-Chul Han

    Romanticismo y orientalismo

'La tonalidad del pensamiento' Autor: Byung-Chul Han. Trad: Lara Cortés Fernández. Ed: Paidós, 154 páginas, 16,05 euros.

Iñaki Ezkerra

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En 'La tonalidad del pensamiento', el filósofo coreano Byung-Chul Han (Seúl, 1959), reúne tres conferencias que impartió en abril de 2023 en Oporto, Lisboa y Leipzig: 'Sobre Eros', 'Sobre la esperanza' y la que se titula como el propio libro respectivamente. En la primera de ellas abraza una tesis pesimista sobre el tipo de relación virtual a la que nos llevan el teletrabajo o el uso del smartphone, gracias a los cuales el otro se volatiliza por falta de contacto físico y de percepción real.

En la siguiente, eleva un canto a la segunda de las virtudes teologales sin la cual no habría -según él- evolución ni futuro posibles. En la tercera, se centra en su pasión por Bach, Schumann o Schubert con sus temas de reflexión: el contacto salvífico con la tierra, el sentido trascendente, la fe (otra virtud teologal) la felicidad… En algún momento del texto sostiene Byung-Chul Han que la verdadera biología es teología. Y así dice en un aforismo: 'Dios reconoce las cosas de manea no conceptual. Solo el ser humano piensa'. En otro, define su pensamiento como una fruta con las raíces en el Romanticismo alemán y el hueso en el Lejano Oriente. En realidad Byung-Chul Han es un inspirado charlista que mezcla la manida crítica a la banalidad tecnológica y al consumo capitalista con el edificante discurso del manual de autoayuda. Aunque la presente como tal, la combinación de Romanticismo y orientalismo no es nueva. Más bien el primero está teñido del segundo en sus mismos orígenes. Por otro lado, su rechazo al mundo digitalizado se contradice con una edición que ofrece una versión Kindle y el código QR para acceder a las grabaciones de las conferencias.

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  1. 'El pequeño libro del humor' Ángel Rielo

    La feliciología del humor

'El pequeño libro del humor' Autor: Ángel Rielo. Alienta Editorial, 288 páginas, 14,20 euros

Elisabeth G. Iborra

En 'El pequeño libro del humor', Ángel Rielo, alias 'El Feliciólogo' se luce con toda su gracia empezando por una autopresentación que ya anuncia lo divertido que va a ser unirse a su Facultad de Feliciología. Como a él relativizar la vida con alegría le ha servido de tabla de salvación, este ensayo se sale de la seriedad de su género y supone un recorrido exhaustivo por el vasto mundo de la risa y de los diversos aspectos del humor, desde su historia y tipologías hasta su poder terapéutico y transformador.

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El polifacético artista y empresario, cuya creatividad se hace notar inclus o en los dobles sentidos de los títulos de sus capítulos, comparte sus experiencias y enseñanzas sobre la importancia de cultivar el sentido del humor en nuestra cotidianidad, a través de anécdotas personales, reflexiones filosóficas y ejercicios prácticos.

Rielo defiende la idea de que echarse unas carcajadas no solo es saludable, sino que también puede convertirse en una herramienta poderosa para afrontar los desafíos que se nos van a poner por delante con una actitud más positiva y resiliente.

Es más, el payaso asegura que el humor es una manifestación del amor y la conexión con los demás, por lo que desarrollar esta habilidad servirá para mejorar nuestras relaciones personales, laborales y hasta espirituales. Lo fundamental, reivindica, es no tomarnos demasiado en serio y disfrutar de las cosquillas que nos hace la vida… y también él mismo, con su cercana manera de comunicar un asunto tan serio como el humor.

  1. 'Del tiempo y el río' Thomas Wolfe

    La gran novela de un país inmenso y cruel

'Del tiempo y el río' Autor: Thomas Wolfe. Trad: Maruja Gómez Segalés. Ed: Piel de Zapa, 690 páginas, 26 euros

J. Ernesto Ayala-Dip

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La primera vez que vi a alguien leyendo 'Del tiempo y el río', del escritor norteamericano Thomas Wolfe (1900-1938), fue en el cine, exactamente a Stingo, el protagonista de la película de Alan Pakula 'La decisión de Sophie', basada en la novela de William Styron.

Thomas Wolfe publicó 'Del tiempo y el río' en 1935, tres años antes de su muerte. Articulada en torno a la figura de Eugene Gant, consigue eso que no pocos novelistas de su país se propusieron en algún momento de su vida: escribir la Gran Novela Americana. Habría que remontarse a 'Las ilusiones perdidas' de Balzac para hacernos una idea de la empresa titánica de nuestro autor. Gant viaja de su pueblo natal a Nueva York y luego a París a cumplir con el sueño de la expatriación. Como Hemingway, Scott Fitzgerald y Henry Miller (a quien tanto ha influido Wolfe), Eugene regresa a Estados Unidos, a ese país inmortal, inmenso y cruel como Dios, según se dice en la novela.

Es famosa su exuberancia estilística, la acumulación de lugares descritos hasta el más obsesivo detalle, la adjetivación desbordante. Nada de la maquinaria narrativa escapa de las manos de Wolfe. Nada que le sea útil para la reconstrucción mítica de esa América perdida, «nunca hallada, omnipresente».

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