«Cuando voy a componer, lo primero que hago es caminar por el monte»

- Son obras de los últimos 25 años, aunque en su mayoría son recientes. ¿Por qué están agrupadas?

- Para mí fueron importantes en su momento por algo. En la más antigua, 'Lur', desarrollo ciertas estéticas que se habían ido asentando. Otra se estrenó en la Quincena Donostiarra y fue un desafío porque estaba trabajando sobre el ruido. Otras fueron encargos, en una hay una reminiscencia del tango. Todas son piezas que me han hecho profundizar en mi estética.

- La naturaleza está muy presente, comenzando por la primera del álbum, 'Forest'.

- La naturaleza y la unión con ella es para mí muy importante. Cuando voy a escribir una obra, lo primero que hago es salir a caminar por el bosque porque necesito el silencio. En esa obra, que la hice tras estar en un festival en Tallín, dibujo un proceso creativo, escucho mis pasos sobre la hierba, la lluvia... esos sonidos que se convierten una amalgama de acordes, melodías y timbres que se presentan como una cascada.

- Hablaba antes de una reminiscencia del tango. Aparece en 'Un retazo del olvido', esas pocas notas de bandoneón...

- La obra es el resultado de un encargo hecho por un festival de Buenos Aires y estaba escrita para flauta, arpa y bandoneón. El bandoneonista era excelente pero tuvo alguna dificultad con el lenguaje contemporáneo. Aquí María Zubimendi ha conseguido ese sonido del bandoneón en un lenguaje híbrido. Son como recuerdos.

- ¿Ha trabajado las piezas con los intérpretes directamente?

- Con Kuraia la relación es muy profunda, por supuesto. Los demás vinieron hasta aquí y mostraron compromiso y afecto.

- ¿Estuvo en todas las grabaciones?

- Sí, claro. En algunos casos todo fue rápido porque ya habían tocado la obra antes. Otras las habíamos ensayado 'on line'. 'Un retazo del olvido' se ensayó para el CD y dos horas después de la grabación la hicieron en concierto.

- La música no existe hasta que pasa del papel pautado a la interpretación. ¿Y qué es entonces una grabación?

- La música para mí está en mi cabeza. Se fija en el papel pautado para que el intérprete le dé vida. El documento, que es la partitura, tiene otra forma que es la grabación.

- ¿La diferencia entre el concierto y el disco es de distinta naturaleza para el compositor que para el intérprete?

- No hay nada que supere el sonido acústico en vivo. El concierto en vivo es indispensable, nos permite ver la energía que transmite el intérprete, que el disco no recoge. En ese sentido, nuestra sociedad está perdiendo esa ansia de escuchar el sonido en vivo. Tenemos demasiado sonido a nuestro alrededor y no siempre de buena calidad. Se ha perdido la conciencia de la necesidad de escuchar buena música en directo. Y cuando hablo de buena música me refiero a la clásica, la contemporánea, el jazz, el rock...

- ¿Para un compositor es más importante la edición, el estreno o la grabación?

- Edición y grabación son documentos, como le decía. Pero la música vive cuando se toca. He tenido la suerte de que la música que he escrito, sobre todo en los últimos quince años, se interpreta mucho.

- Los escritores, una vez que corrigen las galeradas, no suelen volver a leer sus obras. ¿Un compositor escucha sus discos?

- No sé lo que hacen los demás, pero yo sí suelo hacerlo. Los escucho cuando ha pasado un tiempo, cuando quiero revisar algo, cuando una pieza me gustó especialmente. A veces, incluso para comprobar si mantendría toda la obra tal cual o cambiaría algo.