«Si eres artista y no tienes discos, no existes»
Johannes Pramsohler | Violinista ·
Ha publicado junto a su grupo un álbum con 'sonatas a cuatro' del final del Barroco, que son la puerta a los cuartetos de cuerdaSon las 'sonatas a cuatro' más importantes, las obras que dieron paso a uno de los grandes géneros del repertorio: el cuarteto de cuerda. Johannes Pramsohler y su grupo, Ensemble Diderot, han grabado un álbum con cinco piezas de Goldberg, Telemann, Haendel, Fasch y Janitsch ('Sonate a quattro', sello Audax). La pieza de este último recibe aquí su primera grabación discográfica.
- Presentan un disco muy homogéneo: todos los compositores son alemanes y mueren con una diferencia de solo once años.
- Sí. Se debe a que esta forma de la Sonata a quattro solo existía en Alemania y es la culminación de la Ars Combinatoria, un poco al aire de Bach, con elementos además de música italiana y francesa, aunando ciencia y emoción. Dos de los compositores incluidos, Fasch y Janitsch, son ya casi clásicos. Y Goldberg, el único alumno de Bach que integró su forma y al tiempo caminó hacia el estilo galante y el clásico, no sabemos hasta dónde habría llegado de no morir tan joven.
- Hay dos grandes en el disco, Haendel y Telemann y junto a ellos obras de otros menos conocidos: Goldberg, Fasch y Janitsch. ¿Los grandes deben tirar de los otros para aumentar el atractivo del producto?
- Eso pasa sobre todo en los conciertos. Pero en este disco buscábamos las sonatas a cuatro más importantes, sin mirar los nombres de los compositores. Por supuesto, siempre ayuda tener a Haendel, pero esperamos que los aficionados descubran además al resto.
- Hay una pieza grabada por vez primera.
- Sí, la de Janitsch. El suyo es un caso muy interesante porque a lo largo de la historia no ha habido muchos contrabajistas compositores. Y fue también el creador de la primera serie de conciertos públicos en Berlín. Los llamaron las Academias del Viernes. Janitsch fue además uno de los más importantes autores de cuartetos.
- ¿Se entienden los cuartetos de cuerda de Mozart, Haydn y Beethoven sin estas obras?
- No hay un enlace directo con ellos, pero sí con la forma de escribir en cuatro partes. Mozart componía cuartetos en su juventud sobre fugas de Bach. Él y Haydn estaban aún vinculados al barroco.
«La versión de 'Las cuatro estaciones' de I Musici es una de las más hermosas que he oído»
Cómo sonaba Bach
- Usted se formó en orquestas barrocas historicistas. ¿Es posible hoy la interpretación de partituras de la primera mitad del XVIII como se hacía antes de los años setenta? ¿O depende de qué obras, porque las 'Variaciones Goldberg' cada vez se tocan más al piano?
- Lo curioso es que no sabemos con certeza cómo sonaban las obras de Bach. A mí no me molesta cómo se tocaban las obras barrocas hasta los años setenta. Aunque las que hemos grabado nosotros no se tocaban (se ríe). Tampoco los grupos de ahora tocamos como hace veinte años. Y le voy a decir algo: la versión de 'Las cuatro estaciones' de I Musici, que tiene más de sesenta años, es una de las más hermosas que he oído.
- Pues de historicista tiene poco.
- Es una obra en la que cada uno quiere hacer su versión. Está la partitura y lo que luego añadimos. Y es muy estimulante ver cómo evoluciona la visión de la obra. Además, sigue habiendo artistas que parece que no conocen el historicismo, y ahí tiene la versión que grabó Anne-Sophie Mutter, y otros que experimentan, como Isabelle Faust.
- Usted y su grupo llevan un buen puñado de discos publicados en los últimos años, en su propio sello. Para estar en crisis el mercado discográfico se publica más que nunca. ¿El muerto goza de muy buena salud?
- Estoy pensando, sobre todo tras la pandemia, que estamos produciendo demasiado. Pero, por otro lado, si eres artista y no tienes discos no existes. La gente escucha música en 'streaming' o acude al vídeo. Y en algunos países, como Japón, se siguen vendiendo muchos discos. Aún en Alemania y Francia se venden bastantes. Y hay otros en los que ya apenas se ven. Debemos buscar soluciones nuevas.
- ¿Como qué?
- Hacer experiencias inmersivas, con vídeos, por ejemplo. Tenemos que tratar de ver cómo hacer cosas diferentes, experiencias nuevas. Pero si hago un disco lo quiero hacer bien, quiero que el folleto sea bueno y en varios idiomas y el que el álbum sea casi un producto de lujo.