El teatro hace magia frente a la inteligencia artificial

Escrita por Braulio Cortés, que también dirige junto a Mínguez, esta comedia «entre absurda y enamorada» reivindica el arte de contar historias en un mundo cada vez más tecnificado. Y nos recuerda lo importante que es transmitir este legado a las nuevas generaciones. Mientras ensaya su próximo espectáculo, a Dionisio «le toca conciliar» porque Paula está de gira y lleva a su hija al teatro. A la niña no le interesa nada lo que ve, le parece algo muy viejo, y su padre lo aparca todo para cumplir una misión más urgente. «Le cuento un cuento para demostrar que la creación está en las personas desde que éramos simios y que eso no se puede compartir con máquinas, es un juguete para nosotros. Aunque nos equivoquemos da igual, lo bonito es crearlo», enfatiza.

Así se construye una obra que tiene «muchas capas» y es rica en referencias literarias. Junto al homenaje a 'Tres sombreros de copa', la primera comedia de Mihura que anticipó el humor absurdo, se cita el monólogo más famoso de Cyrano de Bergerac: 'No, gracias'. El texto contiene partes en verso que elevan el vuelo sobre una base muy real. Dionisio «hace un repaso de su vida: la escuela de teatro, cómo pasó de una compañía de nueve o diez actores a una productora unipersonal». Tuvo que aprender a hacer malabares con tres sombreros, «cuatro, cinco... y hasta mil. Es una metáfora que habla de nosotros, de la profesión y de mí, no me cuesta identificarme con el personaje», afirma Mínguez, que descubrió el teatro a los 16 años. Se estuvo «formando y trabajando a la vez» y conoce el oficio desde todos los ángulos. A sus facetas de actor, director y productor une la de profesor de interpretación,

La inteligencia artificial, elegida palabra del año 2022, también juega un papel importante en la trama. A base de hacer recortes, el protagonista empieza a pensar: «¿qué pasaría si vas quitando actores y músicos y coges una inteligencia artificial porque es más barato? ¿Y si lo haces online en lugar de que la gente venga al teatro?» Va cediendo y luego se pregunta «si eso merece la pena». El músico y actor Adrián García de los Ojos interpreta a Clarín (un guiño al personaje de 'La vida es sueño'), un pianista que toca «melodías creadas por máquinas».

El primer pase con público en el centro Harrobia de Otxarkoaga ha reunido a gente de la profesión que «se ha sentido identificada» con lo que ve. Lucía y su personaje «aportan mucho a la historia». «Mientras ella disfrute...», dice Gorka Mínguez sobre su hija. «Yo no la meto en la escuela de teatro, el día de mañana si le apetece hacer que haga. Ahora está con su cello, le encanta bailar y le gusta venir con la furgoneta a algunos bolos. Esta es una manera de estar con ella y compartir una experiencia». El público percibe la conexión entre ambos como algo natural y, a la vez, singular. «Es mi hija y estamos hablando de nosotros. Representa el futuro».