La risa de saber que no existes
Hervé Le Tellier, autor de 'La anomalía', recurre a la simulación como herramienta literaria, porque «es una idea divertida, filosófica y trágica»
Si Hervé Le Tellier se encontrara cara a cara con un doble -el suyo, se entiende, no el de otro- está convencido de que no ... habría drama ninguno. «Habría negociación y nos entenderíamos», asegura. «A mí no me preocuparía mucho el tema material o profesional y le dejaría a él que se ocupara en parte de mi hijo», sonríe. Podría ser, bien mirado el tema, todo ventajas. Si el doble es igual que uno, si piensa igual, si le preocupan las mismas cosas y quiere lo mismo, qué problema puede haber. Bueno, solo uno: que no tendrían nada que decirse una vez alcanzado un pacto de convivencia. Ni sobre la vida, ni sobre la literatura, esa materia que tanto divierte al autor francés. «Porque él sabría lo mismo que yo y no podría enseñarme nada. Tendríamos conversaciones sin ningún interés». Y es que si algo bueno tiene conocer a otro que no es uno mismo es «que es interesante porque es diferente».
Pero para qué engañarse: toparse frente a frente con el propio doble, idea clásica en la literatura, sería un dramón en la vida real. Y lo que se dice un pifostio en toda regla. Que haría temblar todos los cimientos individuales, colectivos, científicos, religiosos; que pondría en jaque la seguridad, la economía, la definición de familia... Es lo que enfrentan los personajes -muchísimos- de 'La anomalía' (Seix Barral), la novela con la que este autor con muchos años de trayectoria muy variada (treinta obras de poesía, teatro, novela) ganaba el Premio Goncourt 2020 y alcanzaba a vender cifras estratosféricas para lo que es habitual en su recorrido. Han sido cientos de miles de ejemplares solo en Francia. Y fuera.
El escritor francés llegaba ayer al festival Ja! para participar en una conversación con su traductor al español, el también escritor Pablo Martín Sánchez. Todo un acierto, dice Le Tellier, y una suerte haber podido contar con su trabajo. Se entienden bien: ambos son miembros del famoso grupo de experimentación literaria Oulipo, en el que Martín Sánchez es uno de los dos representantes hispanohablantes (o escribientes).
«Puedo hacer que el lector sonría y compensarle por el drama de saber que no existimos»
En 'La anomalía' los viajeros de un avión París-Nueva York pasan por unas turbulencias que a punto están de matarlos y aterrizan, sanos y salvos, en marzo de 2021. Siguen con sus vidas. Pero en 'La anomalía' los viajeros de un avión París-Nueva York pasan por unas turbulencias que a punto están de matarlos y aterrizan, sanos y salvos, en junio de 2021. Crack. Algo falla en nuestra idea del mundo, porque aquí se plantea que somos solamente una simulación, el resultado de un programa de ordenador, de un juego. «Que seamos una simulación es una idea divertida, filosófica y trágica», todo a la vez, dice Le Tellier. «Es divertida porque elimina cualquier sentido que pueda tener la vida. Es filosófica porque elimina cualquier sentido que pueda tener la vida. Y es trágica porque...». Lo dicho: «Elimina cualquier sentido que pueda tener la vida».
La idea de la simulación como metáfora de la literatura mueve una trama en la que un elenco coral e internacional va desgranando la anomalía a través de interrogatorios, cartas, poemas, canciones. Cabe de todo, incluidas referencias a teorías científicas -él es matemático- y personajes muy reales como Macron o Trump. «Eso hace que pueda crear un mundo muy plausible» que es sin embargo muy loco, irónico, divertido «para hacer que el lector sonría y compensarle por el drama de saber que no existimos».
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