La resiliencia del cine

Los datos son evidentes. Veamos. Según los especialistas la taquilla global del cine en sala crecerá este 2022 un 21% con respecto al año precedente, hasta cerca de los 26 mil millones de dólares, sobre todo gracias al tirón popular de algunos 'blockbusters' como 'Top Gun: Maverick', 'Spider-Man: No Way Home', 'Black Panther: Wakanda Forever', etc… Las previsiones para el año que viene señalan un crecimiento del 12%, con una taquilla global cercana a los 29 mil millones de dólares. Son cifras por lo menos esperanzadoras, aunque todavía están un 27% por debajo de la media de los tres años anteriores a la pandemia, un dato que solo hace prever la recuperación plena en 2024.

Lo mismo se puede decir del cine en streaming, donde a pesar de alguna puntual caída de suscriptores, las proyecciones sugieren que hasta 2031 podría tener incrementos del 21% en sus abonados. Con estos datos el cuadro resultante no es ni mucho menos negativo, dado que el negocio en salas o en streaming posibilita la creación y el trabajo en todo tipo de segmentos, desde el cine más comercial al más minoritario o de autor; y en todo tipo de geografías, unas con crecimiento más dinámico -Norteamérica-, otras con incrementos menos vigorosos -Europa y Oriente Medio- y finalmente algunas más con el consumo estancado -China y Rusia-. Sea como fuese, lo que queda claro es la notable resiliencia del cine tanto en periodos de crisis o de incertidumbre, como en épocas de cambio tecnológico y social. Heroico, sí.

Cristóbal Balenciaga no dibujaba. Sí lo hacía Wladzio d´Attainville, su compañero, pero únicamente en relación con los sombreros y tocados. También dibujaba el mejicano Alfredo Bouret, al que Balenciaga permitió durante los años 50 el raro privilegio de abocetar sus creaciones. Ahora el Gobierno vasco anuncia la compra de una colección con dibujos, bocetos y documentos de la Casa Balenciaga. Muerto el maestro y vendida su empresa, en el finiquito de uno de sus colaboradores de origen italiano se incluyeron varias carpetas con más de setecientos dibujos, un tesoro patrimonial que documenta la evolución y la historia de su obra y su marca. Las negociaciones y el inventariado de este fondo han sido difíciles. ¿El precio? Quizás cerca del millón de euros, pero el activo documental lo merece porque eleva el museo de Getaria a una nueva dimensión patrimonial y cultural.

El glam rock comenzó verdaderamente en 1971, con Marc Bolan y T-Rex cantando 'Hot Love'. La estética era clara, con un top en satén negro y brillo debajo de los ojos. Poco después, Bowie y Ronson también siguieron la estela, es decir, una ola entendida como reacción frente a las letras y las temáticas heterosexuales que imperaban en el rock. Pero fue en noviembre de 1972, cuando Lou Reed y su álbum 'Transformer' cerraron el círculo. En la portada Reed aparecía andrógino, con rímel y provocador, en una encarnación definitiva del glam rock. Además, las letras de las canciones 'Walk on the wild side', 'Perfect day' y 'Vicious' eran lo que hoy se llamaría un canto al sexo fluido. Son, pues, 50 años de aquella extraordinaria revelación musical, un hito del rock y un capítulo esencial en la libertad sexual, sobre el que precisamente acaba de publicar un libro en Inglaterra Simon Doonan, el escritor y director creativo de los almacenes Barneys ('Transformer: Una historia del brillo, el glam rock y el amor a Lou Reed'). Música, historia, sociología y bastante más.