Foto de familia de los premiados. Mireya López
Fair Saturday Awards

Premio a la «valentía y la transformación» en tiempos de retos e incertidumbre global

La octava edición de los Fair Saturday Awards distingue en el Guggenheim a siete líderes de distintos ámbitos sociales

Lunes, 29 de septiembre 2025, 21:09

La octava edición de los Fair Saturday Awards, premios de ámbito internacional, ha vuelto a distinguir esta tarde la labor de quienes se vuelcan con ... la transformación a través de la cultura, la economía, el activismo y otros ámbitos constructivos. Así, siete líderes de diversos campos han recibido un cálido homenaje en el Museo Guggenheim Bilbao, en un acto que se ha convertido en una defensa férrea del humanismo, la convivencia y la tolerancia.

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«Vivimos el mayor periodo de progreso económico y social. Pero hay algo aquí que va mal. Los retos crecen a mayor ritmo que las soluciones. Hay demasiadas brechas, concentración de poder y desequilibrios», ha diagnosticado Jordi Albareda, alma mater de Fundación Fair Saturday. Ante ello, pide «más referentes» en la sociedad como los premiados: «Hay que humanizar las relaciones, necesitamos personas valientes, que transmitan optimismo e ilusión».

En un atrio del museo lleno de representantes de la sociedad civil, institucional y empresarial, el primero en tomar la palabra ha sido el alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto, que se ha animado a dar la bienvenida en inglés a los premiados. Más allá, ha hablado de «un Bilbao solidario, humanista y de valores, capital cultural e inclusiva donde nadie se queda atrás», y denunció el «genocidio» en Gaza. En la misma línea se ha pronunciado la diputada general, Elixabete Etxanobe, que ha lamentado el aumento de la polarización «en un mundo acelerado» y la impotencia de la comunidad internacional «ante un genocidio en directo».

El primer protagonista ha sido Ahmad Joudeh, bailarín sirio refugiado en Europa. Al recoger la distinción, ha reivindicado el poder de la danza «cuando el mundo intenta silenciarnos». «La belleza sobrevive en los lugares más oscuros y la cultura es una forma de resistencia, es el latido del corazón de la humanidad», ha reflexionado.

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A continuación ha recibido el premio Adjoa Andoh, actriz de cine y teatro británica conocida también por su intensa labor activista en causas políticas y sociales, que abogó por la tolerancia y los valores humanistas. «Con nuestro trabajo, creamos belleza partiendo de la destrucción y queremos ser una luz de esperanza», ha expresado en un aplaudido discurso. El siguiente galardón ha sido de kilómetro cero y ha premiado la incansable labor por el euskera y la memoria de Gerediaga Elkartea, entidad organizadora de la Azoka de Durango. «Somos una asociación pequeña, conocida por la Azoka. Pero hay otras actividades que desarrollamos para promover la cultura y el patrimonio del Duranguesado», ha explicado Gotzon Gómez, presidente de una entidad que este año cumple seis décadas.

A continuación, ha subido al escenario un bilbaíno universal, Joaquín Achúcarro, que, en perfecto inglés, se ha lamentado de no poder bailar el aurresku –«quizás en otro momento pueda», bromeba–. Achúcarro ha dedicado el premio a su mujer, la pianista Emma Jiménez, y ha reivindicado su trayectoria como concertista de cámara. «Hay un proverbio chino que dice que hay que mirar de vez en cuando hacia atrás, porque hacia delante el horizonte siempre está igual de lejos», ha reflexionado el músico.

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En defensa de la verdad

Por su parte, el periodista económico Martin Wolf ha puesto en valor «el periodismo en defensa de la verdad» en tiempos inciertos y ha ensalzado «los valores de integración, prosperidad compartida y libertad social y política». La penúltima galardonada ha sido la filántropa saudí Rania Moualla, que, con la academia culinaria ZADK, trabaja «para crear empleo, proteger nuestro patrimonio y transformar la sociedad».

El último en desfilar ha sido Joseph Stiglitz, premio Nobel de Economía en 2001, que ha recordado sus pasadas visitas a Euskadi y ha reivindicado el cooperativismo vasco, una «inspiración» para él, y que le permitió ver más alternativas al capitalismo. «La economía es esa ciencia gris que debe servir a la gente y a los derechos humanos», ha dejado como reflexión final.

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