La oferta del Día Internacional de los Museos refleja los nuevos roles de estas instituciones

El atractivo de otear el horizonte entre Portugalete y Getxo se une a otras iniciativas reunidas bajo el lema 'Los museos como ejes culturales: el futuro de las tradiciones'. La intención de jugar un nuevo rol social constituye el objetivo común. «Su función ha cambiado -explicó la responsable del área-. Antes estaban consideradas instituciones estáticas, mientras que ahora apuestan por la interacción con el público». Las nuevas maneras de dar a conocer las colecciones favorecen esta visión. Además de procurar la conservación y fomentar la investigación de sus legados, los museos han asumido «la generación de nuevos significados» acordes con los tiempos.

La fiesta también constituye una oportunidad para conocer la amplia variedad de instituciones convocantes. «Contamos con una gran riqueza museística», dijo Bilbao, y señaló la existencia de entes dedicados a las artes y a las ciencias, grandes y pequeños, rurales y urbanos, de temática amplia o muy concreta, algunos ampliamente conocidos a través de los medios de comunicación y otros ignorados por la opinión pública. «Pero ninguno es más importante que los demás y se trabaja en red».

La vertiente lúdica es uno de los atractivos de una jornada con curiosas novedades. La sala de escape 'La abadía de Atxuri' es el juego que propone el Museo de Arte Sacro. Los participantes, ayudados por sor Jacinta, deberán solucionar los enigmas propuestos en una carrera contrarreloj antes de que los monjes vuelvan al trabajo en la huerta. «Es una manera de atraer a un público de entre 25 y 40 años que no acude al lugar», dice Juan Manuel González Cembellín, su director técnico.

El regreso al Magdaleniense, hace unos 15.000 años, es la sugerencia de la cueva de Santimamiñe. Iñaki Libano hará una exhibición de técnicas del periodo y, después de conocer los secretos de la talla del sílex y encender fuego con los medios de la época, los visitantes podrán acercarse hasta la gruta con velas para gozar de una visita nocturna.

La unión de historia, folclore y gastronomía alienta algunos encuentros. El yunque y la dulzaina harán causa común en la Ferrería de El Pobal, envuelta en el ambiente de una romería tradicional. El Museo de la Industria Rialia de Portugalete también vuelve a los orígenes y dedicará la convocatoria al deporte rural, a cargo de los harrijasotzailes Iñaxio Perurena y Karmele Gisasola, mientras que Fausto Mugerza hará una exhibición de corte vertical australiano. La cita más sabrosa, literalmente, corresponde al Museo de Euskal Herria, que desde hace doce años revisa por estas fechas la historia de la cocina vasca: la anchoa protagonizará talleres, conferencias y la degustación de pintxos.

La gratuidad de la entrada y el ofrecimiento de visitas guiadas son una opción que contemplan prácticamente todos los centros. El Museo de Bellas Artes, decano de los participantes, nos anima a conocer los Goyas de Zubieta, temporalmente en sus salas. El año pasado, 40.000 entidades de 150 países se sumaron a esta iniciativa que pretende visibilizar la identidad múltiple y moderna de estas instituciones y sensibilizar a la sociedad sobre su función. «Han asumido otros roles y ahora son más accesibles y móviles», asegura Bilbao.