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Este domingo los italianos The Vipers, de Bellaria, en la región de Rímini, suscitaron el interés de 777 personas (la cifra es de verdad, no un cálculo) en el auditorio principal del Euskalduna (sólo se abrió la parte de abajo), donde dieron su concierto tributo a Queen sin ánimo de imitarles en todo. Es decir, sin pelucas, sin copiarles la ropa, el bajista con unas barbas de motero que lo flipan, las canciones a menudo cambiadas… Por el contrario, a veces cantaron los pregrabados, incluso vocales, y sobre todo al principio el sonido fue un batiburrillo.
Pero su show de 23 piezas (incluido un popurrí, pero sin contar sendos solos de guitarra y de batería más bajo) en 125 minutos convenció a los incondicionales que abonaron entre 44 y 54 €. Con apostura roquera y guitarrera, liderados por un sosías de Freddie Mercury que parecía un príncipe transilvano y que vistió cuatro modelitos (al final con el torso desnudo), estos Vipers fueron a machete. Actuaron ciertamente ansiosos, y seguramente ilusionados por pisar un recinto tan gigante y elegante como el Euskalduna. Hubo un momento en que el cantante, que nos hablaba en inglés, pidió que encendiéramos las linternas de los móviles y sus tres compañeros se pusieron a grabar el momento desde el escenario con sus celulares.
La mejores interpretaciones de las 23 fueron 'Don't stop me now', muy roquista; 'Crazy little thing called love', y eso que la alargaron en demasía con los coros de la gente y la emotiva 'Love of my live', ejecutada a piano solo por el cantante, fue la cima de la cita. 'Somebody to love' cursó tan grandiosa como era de esperar; y la deseada 'Bohemian Rhapsody' sirvió para cerrar el bis y el show.
Los itálicos se expresaban en un inglés muy acartonado. Un par de veces el cantante bajó al patio de butacas por un pasillo y dio una vuelta para regresar por el otro. En incontables ocasiones saltó al foso para espolear al respetable. Además de cantar, tocó piano y guitarra acústica («no os creáis muchas expectativas», avisó cuando se colgó ésta). El momento más imitador de su actuación fue cuando en la despedida definitiva el vocalista hizo mutis y reapareció con capa y corona. Al 'Under pressure' que la mítica banda grabó junto con David Bowie, le añadieron una parte postrera que fue el 'Heroes' de este último.
'We will rock you' la tocaron en dos versiones (roquera y acelerada para abrir fuego, luego más pegada al original), 'I want to break free' fue divertida, una vez el cantante manifestó en ingles «diré una única palabra para vosotros: eskerrik asko» («que son dos», replicamos al unísono el que suscribe y su sobrina Eneritz), aunque la gente se puso en pie en solo unas cuatro canciones ('We are the champions'...). Y el bis lo abrieron con 'The show must go on'.
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