La soprano ucraniana Olga Pasichnyk apela en Bilbao a «la solidaridad mundial»

Esta mañana se le hacía un nudo en la garganta, pocas horas antes de cantar el 'Réquiem Alemán' de Brahms en el Euskalduna. «¡Mis padres viven en Ucrania! Ambos son profesores universitarios, de 75 años, y allí siguen, dando clases en refugios. Son héroes. Auténticos héroes», repetía la cantante, que sustituye a Ainhoa Arteta, baja en el reparto por recomendación médica. Es la primera vez que la artista eslava interviene en un concierto con la Euskadiko Orkestra, junto al barítono Johann Kristinsson y el Orfeón Pamplonés a las órdenes de Georg Mark, y se confiesa ilusionada. Pero no puede evitar que sus pensamientos vuelen a Kiev «y más allá, porque en todas partes se está masacrando a la gente, hombres, mujeres y niños».

A su juicio, los soldados rusos no solo defienden los intereses expansionistas de Putin. «¡Es algo que va más allá! Esos militares también representan algo que lleva mucho, muchísimo tiempo imponiéndose. Obras, artistas y orquestas a los que se ha apoyado y promovido en los teatros. ¡Hay que parar esta invasión de la cultura rusa!». En esa línea piensa que ha llegado el momento de reivindicar «el patrimonio ucraniano y sus valores espirituales». A estas alturas, está convencida de que no hay nada que se pueda salvar en Rusia: «Yo veo el Mal entre ellos, por eso tenemos que luchar y luchar».

Pese a todo, mantiene la esperanza y aprovecha la oportunidad de apelar a la solidaridad de «el mundo entero». Es cristiana –rama protestante– y dirige los ojos «a Dios, porque más pronto que tarde nos mostrará su apoyo».