«Si tenemos sentido crítico hay que desobedecer ciertas leyes»

- Regresa a Bilbao rescatando su gira 'El Payaso'. ¿Aspira más a hacer reír y a entretener que a concienciar?

- No sé a lo que aspiro, no soy tan ambicioso. Al hacer una canción me pregunto qué es lo que me está rayando. A veces me apetece mover conciencias por el poder de la música y otras que la gente se ría con algo divertido, por eso me siento muy cercano al cómico o el payaso cuya labor se suele infravalorar. El humor es todo un arte. A veces, una canción divertida puede tener un mensaje oculto más potente que una canción más solemne.

- De hecho, canta cosas como 'cada cual ha de cumplir con su deber, prohibidores a prohibir nosotros a desobedecer. ¿Lo hace con vocación alternativa o antisistema?

- Obviamente. Siempre la voy a tener porque creo en la individualidad aunque no en el egoísmo. Uno debe despojarse de la mirada del otro para saber quién es. Eso me parece el germen de lo alternativo. No soy partidario de desobedecer normas por el bien común, pero no todas se tienen que acatar por cojones. Hay que desobedecer ciertas leyes si tenemos sentido crítico. La desobediencia antisistema no es quemar contenedores sino cuestionar las cosas sin seguir a ciegas todo lo que te cuentan. Estudiando Filosofía aprendí a poner en duda nuestro sistema de creencias.

- Siendo fan confeso de cantautores como Silvio, Milanés, Aute o Ismael Serrano, ¿cree que el género necesitaba una renovación?

- Me cuesta ver la canción de autor como un género. Lo lógico es que evolucione para que sea tan personal como la cocina o el cine de autor. En esos ámbitos se entiende mejor. La canción se identifica con un estilo más solemne, tranquilo y, quizás, anquilosado al que le venía bien el aire fresco. Ahora los cantautores no tienen ese rigor porque están expuestos a más músicas. Antes eso no era tan sencillo.

- Cómo cantautor de origen underground que sabe lo que es ir a cantar sin cubrir gastos, ¿qué sintió al ver que sus canciones sonaban en OT?

- Bueno, forma parte de una trayectoria que ha crecido muy poquito a poco, Que algunos alumnos de OT cantaran canciones mías (Amaia versioneó en directo 'Que bello es vivir' o 'Lo mal que estoy y lo poco que me quejo') es algo circunstancial que supone publicidad gratuita. Me gusta que la gente haga suyas mis canciones.

-Se le califica como trovador «buenrollista». ¿Lo ve como un cliché molesto?

- No, pero creo que es una clasificación incompleta. Hay muchos más tonos en mi persona y mis canciones. Soy una persona alegre que tiende a los mensajes constructivos que a otra cosa , así que no me mosquea mucho. Peor sería que transmitiera mal rollo.

- También apunta a veces desde la ironía hacia el compromiso en temas como 'Para eso canto'. ¿Lo hace por herencia de la tradición del cantautor concienciado? ¿Por qué canta en realidad?

- En ese sentido soy muy libre y me dejo llevar, aunque supongo que hay mucho de esa herencia, porque en casa se ha escuchado mucho cantautor y canción protesta y, al final, de lo que se come se cría. Canto por muchas razones. A veces por aportar ideas tendentes a la paz, el amor o el humor. Otras por intentar hacer del mundo un lugar mejor, otras porque me da por hacer una canción bonita pero también canto para pagar el alquiler, la hipoteca o las cervezas. Es difícil concretarlo. Supongo que al final canto porque me conecta con los demás.

- Pasa por ser muy prolífico. ¿Ha acumulado durante la cuarentena material para un nuevo disco?

- Sí, compongo todo el rato, solo necesito un poco de soledad. Las primeras semanas de cuarentena no me salía nada, estaba en shock, pero luego compuse mucho. He acumulado entre 25 y 30 canciones para un nuevo disco que grabaré en marzo. Lo que me costará será hacer la criba. Creo que estará a finales del año que viene.