La resurrección de Leire Martínez en Zaragoza
Un año después de que diera su último concierto con La Oreja de Van Gogh en la misma ciudad, la vocalista donostiarra volvió a la capital aragonesa para demostrar que su carrera en solitario tiene potencial y que no deja de lado las canciones de la banda donde se hizo famosa
Se ha hablado y escrito mucho de tres eventos sucedidos este domingo en Zaragoza, que está celebrando sus fiestas del Pilar. Se habló del desastre ... de los toros del desafío ganadero, soportado por 3.000 aficionados; del conciertazo que ofreció Manuel Carrasco ante 12.000 personas (de pago, ¿eh?, y bajo la misma carpa donde Melendi agotó el aforo la víspera con 20.000 asistentes, muchos de ellos jóvenes); y del concierto que con entrada libre ofreció Leire Martínez en la Plaza del Pilar, llena por más de las 9.000 personas que colmarían el espacio de Abandoibarra en la Semana Grande de Bilbao (no se ha hecho pública una cifra oficial de Zaragoza, pero seguro que hubo menos gente que la que la víspera, el sábado, en el concierto de Pablo López en el mismo espacio).
Leire Martínez acudió a la misma ciudad donde dio su último concierto con La Oreja de Van Gogh, antes de ser despedida de la banda donde cantó durante 17 años por razones aún no explicadas. Ella, sujeta a un contrato de confidencialidad, pasó de puntillas sobre el asunto que desembocó en el peor día de su carrera profesional, cuando se hizo viral un video en el que por culpa de la llorera le resultaba imposible cantar la canción 'Rosas', ya que conocía su destino. Este domingo ella daba por supuesto que el público del Pilar estaba al tanto de lo acontecido, y hablaba amable y sin citar las cosas por su nombre. Por educación, clase y el contrato, sí.
Se presentó en sexteto, con tres chicos y tres chicas. Al principio pensamos que sobraba la chica de los teclados (con el director musical, ya eran dos teclados, o sea redundantes), pero se ganó el puesto gracias a los coros y a sus arreglos esporádicos con la viola, tremendos en la canción 'Jueves', la cima de la cita de un show de 14 canciones en 79 minutos, de ellas ocho de La Oreja de Van Gogh, con lo cual ya podrían coincidir en la ruta tres conciertos 'oficiales' girando con el mismo repertorio: LODVG, Amaia Montero y Leire Martínez.
El verano pasado vimos a Leire en las fiestas de Burgos con La Oreja de Van Gogh, vestida de cuero y con seguridad escénica. Año y pico después parece menos segura en escena, más dubitativa, y es que está arrancando su carrera en solitario, y quién sabe si podrá volar hasta Estados Unidos, donde giraba con La Oreja. Y encima su banda tiene menos personalidad, porque ha dado muchos menos bolos, y porque no defiende un cancionero propio, con lo cual la pegada y el potencial y la credibilidad es inferior.
El de este domingo no fue un mal concierto, ¿eh? Estuvo bien, aunque a la banda de acompañamiento le faltó singularidad y a Leire cierta seguridad. No obstante, abundó en la cursilería 'orejera' mediante pasajes de las letras, con la fórmula inclusiva nos habló de que todo el mundo es maravilloso en el negocio, y nos aseguró que sus compañeros le han abierto los brazos en el campo de la composición...
Leire estuvo muy dinámica en esa escena en la que apareció dos veces por el centro del escenario (la segunda en los bises), dio bastantes saltos, animó a la concurrencia (muchas chavalas jovencísimas que se sabían las canciones y cantaban a pleno pulmón, también parejas mayores estáticas, silentes y atentas), y su concierto estuvo bien sin más, aunque por el final tuvo el mejor pasaje, el más emotivo y resolutivo, con la canción del 11-M 'Jueves', que es una gradación sentimental hasta la tragedia y quizá al vacío y con Leire llorando durante la interpretación (aquí contó que ella había vivió el 11-M en Zaragoza, pues era escaparatista de Zara y vino a trabajar y se enteró en el hotel de las explosiones de los trenes, y sentada al borde de la cama, «ante los primeros rumores que surgieron, yo pensaba 'que no sea ETA, que no sea ETA'»), 'Muñeca de trapo', la canción con la que probó en una audición si entraba en LODVG, una 'Rosas' cantada mucho mejor que en los pilares de 2024 («¿por qué vamos a quedarnos en el dolor si vamos a sufrir más?», dijo, y al acabarla puso un corazón son sus manos), y la primera del bis, ''Inmortal', un pop adulto.
El resto no estuvo mal, pero fue menos inspirado. Hubo varios momentos con excesivos pregrabados ('Tonto por ti', la canción que ha hecho con Abraham Mateo y que fue estreno mundial en vivo, o 'Cabeza de ratón', la que compuso junto a las chicas Alba de Sweet California y María Pelae), otro estreno mundial que fue su colaboración con Pole en 'Cuando te quieras marchar', más canciones en solitario suyas como una 'Mi nombre' en plan Mónica Naranjo para acabar su show, y hits de La Oreja de Van Gogh como 'La niña que llora en tus fiestas' (entre la Blondie del 'Call me' y las Nancys Rubias), 'cometas en el cielo (muy indie y de estadio) o 'Rosas' (en comunión con el respetable.
Leire, que nos hablaba seductora igualita a Ana Belén, dijo al saludarnos: «ay, Zaragoza, buenas noches, quién me lo iba a decir a mí hace un año, ¿eh?». Pues eso. Seguro que nos volvemos a cruzar con ella.
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