El horrible concierto de Estrella Morente en Getxo Folk... hasta la sexta canción
La hija mayor de Enrique Morente, en septeto de lujo, empezó mal en el lleno Muxikebarri cantando flamenco tradicional, pero se reinventó en la segunda mitad mediante copla, tango y modernismos
En primer lugar congratulémonos de que se agotaran las entradas este jueves en el 41º Festival Internacional de Getxo, que de momento entre sus cinco ... citas de abono ya tiene otro lleno asegurado, el del homenaje a Benito Lertxundi del domingo. De las 733 butacas del aforo se ocuparon 707 (como el Boeing), y es que faltarían algunos espectadores abonados.
Actuaba la flamenca Estrella Morente (Estrella de la Aurora Morente Carbonell, Granada, 14 de agosto de 1980), hija del cantaor Enrique Morente y de la bailaora Aurora Carbonell, hermana mayor de Soleá y de Kiki, ambos dedicados a la canción, esposa del torero Javier Conde, madre de Curro y Estrella, y familia de al menos cuatro de sus seis acompañantes de este jueves en el Muxikebarri, sobre cuyo escenario aseguró que era un orgullo venir a esta tierra, donde tiene amigos y también familia.
Eguneko eguneko unerik desiatuena 😍heldu zaigu Getxo Folkera. Muxikebarriko agertokian Estrella ⭐️ Morente dugu, flamenkoaren panoramako ahotsik garrantzitsuenetakoa, tradizioa eta modernitatea uztartzeko gai dena, publikoa hunkitzeko prest beti. pic.twitter.com/Kv1SVWJk8E
— Getxo Kultura (@getxokultura) September 11, 2025
Su concierto creciente de 11 temas en 85 minutos tuvo dos partes, y corramos un tupido velo o más bien corramos sobre los primero cinco (tangos, cantes de ida y vuelta que fueron lo más folk de la tarde…), en los que ella cantó muy mal, sin llegar a los altos, sin vocalizar como es debido, sin poder acabar las frases, entonando mal y directamente desafinando, perjudicada además por la microfonía y la ecualización, y no ayudando ella en este aspecto por acercar y alejar la cara del micro. Hubo mucho jaleo de fondo (le acompañaban dos tocaores, dos palmeros y dos percusionistas), y puestos a exagerar como si fuéramos del Sur, digamos que fue horrible, y eso que la gente aplaudía. Bueno, y sabemos que Estrella es muy irregular sobre un tablao.
Hasta entonces hubo más afectación que emoción, pero la cosa cambió a partir del sexto tema, el del medio de los tres que hizo a dúo con el guitarrista principal, su tío José Carbonell, alias Montoyita. Fue una taranta con letra de Lorca, y en el séptimo tema, también a dúo, paradójicamente una difícil soleá de su padre don Enrique Morente (así se refirió a él las veces que le nombró), Estrella entonó como si fuera otra persona o cantaora, de modo trágico, oscuro y bien modulado.
Y tras un instrumental a solas de Montoyita, en el que coló trazos de 'La tarara' y del 'Fly me to the moon' de Sinatra, y que claramente resultó lo más ovacionadísimo de la actuación, reapareció Estrella para la segunda parte (la que no era flamenco tradicional, según sus palabra), y lo hizo con otro vestido, otro mantón y otro abanico. Y, menos mal, durante ese último tercio interpretó a un nivel superior estilos menos arduos técnica y emocionalmente que los del flamenco más o menos jondo, como la copla de 'Una espina clavá', que ejecutó de modo muy teatral y bailando en corto por tercera vez, como la fiesta modernista reminiscente de José Mercé de 'En lo alto del cerro', conteniendo su cuarto baile, y a modo de bis y sin hacer mutis, como el tango argentino 'Volver', con el quinto y último baile de la noche, basado en el mantón (el primero lo hizo sentada en la silla), tango final el que se animó a cantar a pelo al borde del escenario, y se quedó sin voz (literalmente y súbitamente y completamente), pero lo resolvió con soltura y dignidad volviéndose a acercar el micro, antes de acabar y tirarse un minuto o dos recibiendo la ovación final al frente de su gran y elegante plantel de subalternos.
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