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Lírica y religiosidad rossinianas

Nino Dentici

Miércoles, 6 de agosto 2025, 00:01

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Con la elegante batuta y la autoridad notoria del maestro Mark Elder, el hermoso 'Stabat Mater' de Rossini se inició con el Orfeón Donostiarra inmerso ... desde los primeros acordes en compacta conjunción en el susurrante pianísimo. Nada más finalizar la intervención coral, Rossini depara al tenor su gran 'tour de force' como es el «Cuius animam» que Xabier Anduaga resolvió con gran solvencia. El cantante donostiarra empleó un amplio rango vocal cubriendo perfectamente las notas graves y, como posee una gran facilidad en la tesitura alta, su versión con el espléndido agudo final y el control general del fiato satisfizo plenamente. La voz de Anduaga ha adquirido un color más lírico y más cuerpo sin abandonar su facilidad y valentía en abordar notas extremas. Entre las féminas destacamos el emocionante dúo 'Quis est homo' con la soprano y la mezzo imbuidas en la carga emocional. Más interesante fue la calidad vocal de la soprano Federica Lombardi, pues en la mezzo Paula Murrity advertimos una sonoridad algo metálica y más comodidad en la zona alta que en la de una mezzo real. Cerró el cuarteto el joven bajo William Tomas con un color de timbre abaritonado y con tendencia a entubarse al pretender otorgar intensidad a las notas graves. En su breve intervención, el grandioso Orfeón Donostiarra aprovechó al máximo sus intervenciones, bañando el 'Amén' final con una pátina brillante y superando con creces la dificultad de cantar el largo fugato. Mención especial para el director británico Mark Elder que con su natural elegancia provista de eficacia dirigió a una notable orquesta como la de la Comunitat Valenciana que visitaba el auditorio.

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