Niña Pastori actúa este domingo en Bilbao: «Siempre he tratado de transmitir verdad»

«Siempre supone una motivación este reconocimiento tan importante porque son los compañeros de profesión quienes te votan, pero este ha sido muy especial por haberlo recibido el Día Internacional de Flamenco y en Sevilla ante tanta gente cercana. Se vive de una forma más intensa. Además, podemos seguir celebrándolo en la gira de este disco que nos está dando tantas satisfacciones», comenta desde su domicilio en Puerto de Santa María Niña Pastori, que incluso aprovechó la gala para compartir cantes con su principal 'rival' Israel Fernández, al que luego se unieron el resto de nominados Juanfe Pérez, Diego Guerrero y Omar Montes.

Desde su eclosión comercial bajo la tutela de Paco Ortega y Alejandro Sanz con 'Tú me camelas' y su debut 'Entre dos puertos', en 1998, María Rosa García, que así se llama la cantante nacida hace 45 años en San Fernando, ha forjado una carrera flamenca permeable al pop y otras hierbas que ha concretado en una docena de discos, de los cuales ha colocado más de dos millones de copias.

Tras celebrar 25 años de andadura con el doble recopilatorio 'Sigo navegando' (21), Niña Pastori transmite la voluntad de perseverar en su enfoque aperturista de lo jondo con su última entrega 'Camino'. «Me gustó esa palabra como título por su connotación poética con Machado -incluye también un tema titulado 'Caminante'- y por referirse tanto a lo que queda por delante, a la voluntad de seguir, como al homenaje y reconocimiento a ese camino tan bonito y estable que hemos recorrido en el mundo tan complejo de la música y en particular del flamenco, donde cuesta todavía más. He hecho muchas cosas con grandes artistas de todo tipo, pero tengo la misma energía e ilusión».

«Echar la vista atrás te ayuda a valorar lo que has logrado. Quizás se pierda algo de frescura y atrevimiento que es necesario limar. Es más lo que se gana con la experiencia, la dedicación y la entrega. A lo mejor me echo demasiadas flores y peco de inmodesta, pero siempre he hecho lo que he sentido y tratado de hacer la mejor música posible dentro de mis posibilidades y tratando de dar lo mejor cada noche, aunque no siempre estés en las mejores condiciones. Siempre he tratado de transmitir verdad en el cante. La gente no es tonta y, aunque no sea experta en flamenco, creo que lo percibe y lo valora», reflexiona la cantaora.

Flamenco en femenino

El álbum 'Camino' se abre en vena catalanista con 'Bon día', una declaración de amor a Barcelona que Pastori considera «igual más oportuna con la que está cayendo. Y lo digo yo que soy de Cádiz», ironiza. «En Barcelona y Cataluña en general siempre se ha valorado mucho el flamenco, sobre todo femenino, donde siempre han tenido buenas representantes (Mayte Martín, Ginesa Ortega, Silvia Pérez Cruz...). Hay una gran afición y siempre me he sentido allí superquerida y apreciada».

Como sencillo de adelanto se lanzó 'Osú qué niña', expresión que la propia María debió provocar cuando, con apenas 12 años, compartió tablas con Camarón cuando la presentó en aquel mitificado concierto del Teatro de Andalucía de Cádiz. La propia Niña Pastori habrá podido decir lo propio a sus dos hijas Pastora, de quince años, y María, de once. En especial, a la primera que hizo algún pinito musical con su madre hace ya un lustro firmando un par de temas en su álbum 'Bajo tus alas'.

«Es una niña con mucha sensibilidad que muy cría ya empezó a hacer poemas y letras para canciones. Como su hermana escucha cosas de ahora, y les gustó que hiciera una canción con Dellafuente ('Ese gitano'), pero parece tener una vocación de artista que yo no he forzado. No me da miedo que quieran seguir mis pasos, lo importante es que sean buenas personas. Tratamos de educarlas con la libertad que a mí me dieron mis padres para hacer lo que quisiera», comenta María en referencia implícita a su marido Julio Jiménez Borja, alias 'Chaboli', a la sazón hijo de Jero, «el de en medio de los Chichos», que desde hace dos décadas ejerce de productor de sus discos y de director musical del septeto con dos coristas que acompaña a Niña Pastori en unas giras que la cantante intenta conciliar con la vida familiar. «Con Chaboli ha sido, desde que le conocí, como llevarme el trabajo a casa, ¿no? y desde que las niñas eras pequeñas nos las hemos llevado con nosotros siempre que no han tenido colegio. Lo natural para ellas ha sido vernos en directo. Han conocido así casi toda España. Este verano ha sido el último para Pastora, que ya tiene sus amigas y sus planes, pero a Mariquilla aún le encanta venirse y enredar entre los músicos que son también como de la familia para ella».

El tema con un linaje flamenco más genuino del disco parece 'Mi Tierra', que la emparenta con la herencia del flamenco femenino del siglo pasado simbolizado por pioneras como la Paquera de Jerez o su admirada Niña de los Peines. «Las mujeres siempre han aportado su manera de sentir al flamenco que, se diga lo que se diga, siempre les ha dado una gran visibilidad», apunta a propósito del machismo asociado al género denunciado por Rocío Márquez, destacada representante de la pujante hornada de cantaoras que vienen renovando el panorama, de María José Llergo a María Peláe, pasando por La Tremendita o la propia Rosalía, con la que Pastori ha grabado y compartido escenario. «En el flamenco hay machismo en medida similar a la sociedad, a poco lo vamos abriendo y me encanta ver que, como yo en su momento, otras muchas mujeres, cada una a su manera, toman el testigo y, aunque nos cueste un poco más, aporten cosas buenas y diferentes».

En la antesala de una Navidad que ha inspirado su nueva versión del villancico flamenco 'Yo vengo del monte', Niña Pastori augura para este domingo en Euskalduna un concierto centrado en su nuevo trabajo pero con temas centrales de toda su carrera. «Será variado y con la verdad musical y la química que tengo con mis músicos después de tantos años y con el componente festivo de la bulería, que por su mezcla de melancolía y alegría, siempre ha sido mi palo favorito», concluye.