Metallica rompe con todo

La banda ya arrasó hace 14 años en el Bilbao BBK Live. Entre los aficionados que vibraron en aquella ocasión se encontraban el secretario general del PSE, Patxi López, y el exjugador del Athletic Ismael Urzaiz. El thrash-metal de los californianos atrapa sin miramientos. Aquí tenemos a quince personalidades de ámbitos variados, desde la música barroca al teatro y la literatura. Desvelan su canción favorita y celebran la longevidad del grupo.

«Aunque tengo entendido que los seguidores de pura cepa no son muy amigos de esta canción, es una de mis favoritas y la primera que me viene a la mente. Canción tradicional irlandesa mil veces versionada, la voz grave de James Hetfield y la potencia de sus guitarras hacen de esta interpretación una de las más icónicas. Tengo un gran recuerdo de su paso por Bilbao, en la segunda edición del BBK Live (el año más metalero). Fue espectacular, con cerca de 40.000 personas entre las que me pude mezclar y pasar desapercibido, pese a la seguridad que me acompañaba. No sonó 'Whiskey in the Jar', por cierto, lo que supongo que confirma las preferencias de los fans».

«Me arriesgo y elijo un tema de 'Lulu', el disco maldito. Aquello fue algo muy extravagante, un experimento artístico musical con Lou Reed. En su día los fans de la banda y de Lou Reed sufrieron un shock. Parecía imposible hermanar dos estilos tan distintos. Pero lo hicieron y a mí me gusta mucho 'Dragon'. Es una canción con un paisaje sensorial muy interesante. Metallica baja un poco la guardia y Lou Reed se deja llevar. Dura más de 10 minutos y yo creo que incluye hasta improvisaciones... Todo el disco es como una ópera rock. Aporta muchas ideas nuevas. Todavía son muchos los seguidores de uno y otros que lo consideran una traición».

«Por méritos propios, Metallica se han convertido en uno de los grupos más grandes de la historia, y encima aún siguen en activo después de tantos años. Sin ser yo el mayor fan de la banda, me quedaría con algún tema del disco 'St. Anger'; por ejemplo, si tengo que elegir solo uno, el que da nombre al álbum, que lanzaron en 2003. Llama la atención que, en su momento más alto, sacaran ese disco tan crudo y con una producción tan alejada del 'mainstream'. Se dice que es un disco que suena mal, y la verdad es que suena un poco a maketa, pero eso le da un punto muy especial: arriesgaron cuando no tenían por qué hacerlo y valoro mucho eso».

«He visto a Metallica varias veces en directo, hace ya muchos años, en el Palau Sant Jordi de Barcelona y en el velódromo de Anoeta en Donostia. Recuerdo especialmente el concierto de Donostia, creo que fue en el 96, con una propuesta escénica que me gustó mucho, con un escenario en forma de guitarra, ubicado en el centro del recinto. Una de mis canciones favoritas de Metallica es la conocida balada 'Nothing Else Matters'. Es una balada con mucha fuerza, contundente, y que me emociona mucho. Recuerdo, además, que de joven me gustaba escucharla con los ojos cerrados, e incluso alguna vez puse la habitación a oscuras para escucharla».

«Me inclino hacia lo emocional más que lo musical. 'Fade to black' fue la primera canción que toqué en directo, con 13 años. Es una balada, una canción rara. No tiene estribillo pero tampoco es rock progresivo. No es el tema más conocido de la banda pero es muy original. Le veo el atrevimiento del principio, cuando no hay tantas ataduras de cara a la opinión del público y se hacen las cosas de manera más espontánea. Muchos de los que hacemos rock duro hemos aprendido a tocar la guitarra eléctrica con los discos de Metallica. Tienen canciones a medio camino entre lo accesible y difícil, muy entretenidas para iniciarse en el instrumento».

«Mi canción favorita de Metallica es 'Nothing Else Matters', del disco 'The Black Album', que sacaron en 1991. Siempre me ha parecido que muchas de las mejores canciones románticas las hacen los rockeros y los heavies. Detrás de esa apariencia tan dura siempre son los más sensibles y los que más se dejan el corazón en los escenarios. Un tema amoroso interpretado por una voz rasgada no tiene precio. Nunca he podido verlos en directo, es algo pendiente y espero no tardar en hacerlo... Está claro que iré con Ylenia (Baglietto), mi pareja. Esta es una de sus canciones favoritas; imposible escucharla y no acordarme de ella».

«Me gusta 'Jumping in the Fire' por el sonido, tan directo y cercano al heavy de los 70. Una llamada a vivir sin límites, sin miedos... ¡Que falta nos hace! Es el tema que ahora más me pone. Lo prefiero a otros, que están muy quemados de escucharlos tanto en la radio, como un lavado de cerebro... 'Jumping in the Fire' lo descubrí yo. Está menos contaminado, el gusto y placer son más puros. El rock te invita a vivir sin ataduras ni prejuicios. ¡Libres de las convenciones sociales! Todo eso y mucho más significa tirarse de cabeza en el fuego. La verdad es que tengo una pasión casi fetichista por los primeros trabajos de las bandas. Encuentro en ellos mucha frescura».

«Me quedo con 'Whiskey in the Jar'. Es de esos temas que te cambian un mal día por uno bueno. Escucho mucha música en el coche y, si me he levantado algo apagado, con esta canción me cambia el estado de ánimo enseguida. Tiene ritmo y, como todas sus grabaciones, el sonido es perfecto. Son grandísimos profesionales. Nadie está 40 años en lo más alto porque sí. Cuidan al máximo todos los detalles. Yo ahora estoy aprendiendo a tocar la guitarra eléctrica y, poco a poco, creo que me animaré a tocar sus temas. Es una de tantas bandas que me gustan. No la considero mi favorita, pero guardo un muy buen recuerdo de su concierto en el BBK Live, en 2007».

«Me he centrado en la música antigua, pero yo también tuve una época de guitarrista heavy. De ellos me gusta sobre todo su primera época, antes del cambio de sonido, con esos riffs más cerca del hard rock. No eran tan melódicos como Iron Maiden, preferirían los punteos pentatónicos. En los años 90, el sonido engordó mucho más... Me quedo con un tema como 'Seek and Destroy'. Me interesa especialmente el germen de la banda. Los había que pegaban alaridos pero ellos no iban por ahí. Tenían otros recursos, cambios de ritmo increíbles... Eso sí, también he escuchado su último disco. Muy contundente, con una producción de sonido total».

'One' del álbum '… And Justice for All' es la canción que más recuerdo. Yo soy de Balmaseda y allí el templo del heavy metal era el Bar Brasil, el garito de Ritxard y Arlem frente a la estación de tren. Yo no era un gran aficionado al metal, era más de The Who, Iggy Pop o Ramones, pero allí había grandes tipos que te hacían sentir bien. Era 1988 y acababa de salir ese disco. Esta canción la ponían a todo trapo, había que hacer grandes esfuerzos para no lanzar órdagos poseído por la canción. En 2007 me volvieron muchos recuerdos, fue una de las últimas canciones que tocaron en su actuación de Kobetamendi, en el Bilbao BBK Live».

«Siempre me han gustado las intros largas. Una cosa que ya no se hace. La gente demanda ahora mucha velocidad. Hay que empezar a cantar a los 5 segundos. En cambio, en el tema de 'For whom the bell tolls' esperan a los dos minutos y pico. Algo increíble para lo que se lleva ahora. También tienen su encanto las campanas del principio, tan ceremoniosas. Es una canción con un punto épico. Prefiero las bandas más cañeras pero no se puede negar que Metallica sabe calar en el gran público. Eso es un valor. Hacen un rock contundente pero amable. Además, parecen unos tíos majos. Son músicos que caen bien».

«La parte más cañera no me llama mucho la atención, pero sí he cantado mucho 'Nothing else matters'; ya sabes, en bodas, en plan lírico en conciertos, con cuarteto de cuerda... Es un tema que funciona muy bien con cualquier acompañamiento. Da igual que sea una guitarra acústica, una orquesta sinfónica o una banda de rock. Las canciones de calidad lo admiten todo».

«Esta canción marca un antes y un después, igual que el propio disco, 'The Black Album', que data de 1991. Sirvió para ponerles en el panorama mundial después de haber pasado por una crisis de identidad tremenda. Arranca con un riff sencillo y misterioso. Al bajista Jason Newsted hay que ponerle en el pedestal que le corresponde. Es un músico que ha dejado huella. Ese riff fue el primero que aprendí como bajista».

«Me parece que Metallica dentro de la música heavy es muy comercial. Por eso me llamó bastante la atención que se atreviera a grabar un disco con Lou Reed, un personaje complejo y difícil. Asumieron un riesgo importante. De repente, en el ocaso de su carrera Lou Reed se animó a hacer un disco con la banda. Fue un experimento fallido, pero reconozco la valentía del proyecto. De todo su contenido, me quedo con el single, 'The View'. Queda claro que salieron de su zona de confort, sobre todo en el caso de Lou Reed. La mezcla es chirriante. No me extraña que no funcionara, pero reconozco el mérito de haberlo intentado».

«El disco de 'Load' tiene un sonido y producción espectaculares a nivel de arreglos. Le dieron un toquecillo de hard rock que les vino muy bien. El vocalista estaba en su mejor momento. Es cuando más ha lucido, creo yo. El tema de 'Ain't my bitch' es el primero del álbum y te conquista enseguida. Suena cañero y dinámico. En esa época ya habían sacado cinco discos, todos magistrales, cada uno con sus diferencias. 'Load' dio un giro más alternativo, en una época en la que el heavy y el thrash estaban en horas bajas».