«No tiene sentido prohibir óperas porque sean políticamente incorrectas»

Nada le desboca el corazón aunque sea capaz de echar abajo un teatro. Es lo que consiguió el pasado mes de julio, en el Teatro Real, al interpretar la segunda parte -que suele omitirse- del aria 'Addio del passato'. Lo hizo ante la insistencia del público, convirtiéndose en la primera mujer que ofrece un bis en el coliseo madrileño. Ahora viene a Bilbao para ofrecer su primer recital en España. La cita es el sábado, a las 19.00 horas, en el Euskalduna. Compartirá escenario con el pianista Rubén Fernández Aguirre y se muere de ganas: «Es un placer inaugurar el ciclo lírico de la ABAO», confiesa la soprano cubano-estadounidense en conversación telefónica desde Roma.

- Viene a Bilbao con un repertorio muy selecto.

- Rubén y yo hemos elegido canciones italianas y francesas, además de bel canto, también en los dos idiomas. Estoy satisfecha.

- La última vez que cantó en la temporada de la ABAO fue en 'Falstaff' hace...

- ¡10 años!

- Y hay que ver cómo ha evolucionado. De no ser por la pandemia, habría inaugurado la temporada de La Scala con 'Lucia di Lammermoor'.

- Sí, me hacía una gran ilusión. Pero el coronavirus lo ha cambiado todo. Ahora vivimos en la incertidumbre. Es algo que crea mucha, mucha ansiedad.

- Hay cantantes muy conocidos que han enfermado de coronavirus, como Netrebko, Abdrazakov, Domingo...

- Muchos, muchos. Los que se sabe y los que no han dicho nada. Uno de cada diez que conozco se ha contagiado.

- ¿Alguno sufre secuelas?

- Nunca se sabe. Puedes descubrirlas con el tiempo, ya sea en el corazón o los pulmones. Por eso, aunque seas joven y fuerte, hay que evitar coger el virus.

- ¿Qué está haciendo usted ahora en Roma?

- Una versión filmada de 'La Traviata'.

- El único país de Europa que actualmente ofrece ópera con público es España (Madrid, Barcelona, Oviedo, Sevilla, Valencia, Málaga, Sabadell...). ¿Qué opina del 'streaming' como alternativa?

- Retransmisiones por televisión hay desde hace tiempo. Pero lo de ahora es distinto. Con la pandemia, el 'streaming' se ha convertido en la única forma de llegar al público. Si es una alternativa circunstancial para un tiempo, dos años o así, no lo veo mal.

- Las retransmisiones 'online' son más baratas y llegan a millones de espectadores.

- Eso es verdad y me parece muy bien. Pero el canto lírico no lo captan en toda su riqueza los micrófonos. Eso solo se puede percibir y disfrutar en un teatro o un auditorio, con la acústica adecuada. ¡La voz es nuestro instrumento fundamental! Esperemos que eso no se olvide, una vez que todo esto termine.

- ¿La imagen no es importante?

- También pero de lejitos, ja, ja. La ópera no es un arte para ver de cerca. Tiene otra dimensión. No se puede pretender que los cantantes parezcan actores. En los primeros planos la gente ve que ponen caras raras, sudan, son gorditos... No somos estrellas de Hollywood.

- Usted perdió en cinco años unos 40 kilos. ¿Lo hizo por estética o más bien por su salud?

- ¡Por mi salud! Yo entonces estaba en un programa para jóvenes en el Metropolitan de Nueva York y me lo aconsejaron con vistas a mi carrera. Tengo antecedentes en la familia de problemas con el azúcar, diabetes y demás, así que necesito vigilar mi peso y alimentación muy seriamente. Soy vegana y practico deporte. Corro siempre que puedo.

- ¿También los días que canta?

- Claro que sí. Antes de salir a escena hay que despejar la mente y correr ayuda mucho. Es mucho mejor que mirar el Facebook.

- Lo que no despeja la mente es el debate enconado en Estados Unidos sobre lo políticamente correcto.

- Ya.

- Los hay que exigen vetar la mayoría del repertorio lírico por misógino, racista o imperialista. ¿Qué opina?

- Las óperas, tanto la música como el libreto, son como una foto fija de su época. Recogen los principios y valores de un tiempo. Eso no se puede cambiar. Es el material que tenían entonces los autores. Yo lo comparo con la pintura. ¿A quién se le ocurre criticar los colores de un cuadro porque no son modernos? Es absurdo.

- Los defensores del veto piensan que hay óperas que pueden 'traumatizar' al público.

- Ver el papel de la mujer o de los esclavos en el pasado no debería ser traumático. Es una lección de historia.

- ¿Y los roles como Otello o Aida? ¿Le parece ofensivo que lo puedan interpretar cantantes blancos maquillados?

- Lo fundamental es que el artista tenga la voz idónea. Y en segundo lugar, el color de la piel es importante porque la raza tiene un papel en el propio argumento. Si el intérprete es blanco, hay que maquillarlo para que ese elemento, la raza, se haga notar.

- ¿No le ve connotaciones peyorativas?

- En un teatro de ópera, no. Es maquillaje sin más para caracterizar un personaje. No se trata de hacer burla ni caricaturizar a nadie. Y esto es algo en lo que coinciden muchos colegas míos afroamericanos. Creen necesario el maquillaje si el artista es blanco.

- ¿Tiene previsto prodigarse en España?

- Sí, Rubén y yo haremos una gira.

- ¿ Y para cuándo el papel de Julieta?

- Ay, me encantaría cantar en 'Roméo et Juliette'. Ahora igual me resulta más fácil proponerlo y conseguirlo. ¡Ojalá!