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Muere Camilo Sesto

La Voz

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Domingo, 8 de septiembre 2019, 17:39

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'Camilo Sinfónico' se convirtió en la madrugada del domingo en el testamento musical del cantante de Alcoi. Grabado el año pasado, es un disco sobre el que caben muchas dudas de que se trate de un homenaje real a un artista fundamental o represente sin más un ejercicio entre el mercantilismo y la nostalgia al que la industria discográfica recurre habitualmente sin pudor, ya sea con Camilo Sesto, Aretha Franklin o Elvis Presley. El álbum es un síntoma del ocaso de los dioses. Con 72 años y las secuelas de una salud quebradiza, fue preciso recurrir a las cintas originales para recuperar la voz de su protagonista, rodeada de crescendos orquestales y cantantes como Monica Naranjo y Pastora Soler. Camilo se limitó a hacer una somera presentación del álbum. Se mostró emocionado y cansado. Quizá porque lo entendió como una reparación al olvido español de una de sus criaturas musicalmente más válidas, una cualidad que, por el contrario, se entendía perfectamente en Latinoamérica, Estados Unidos o Japón.

Visto así el asunto, lo más recomendable para conocer el auténtico legado del artista de Alcoi es recurrir a las fuentes primigenias, a esos cuarenta discos y cientos de composiciones que registran su versatilidad estilística y el poder de una voz salvaje vestida de esmoquin. Camilo fue baladista y melódico, pero también roquero y cantante pop. Él llegó de provincias a Madrid. Y allí deslumbró con una voz capaz de transitar sin problemas por todo el arco de graves y agudos. Una garganta que solo da la naturaleza a unos cuantos escogidos. Y el público, pero sobre todo las canciones, lo agradecían.

'Vivir así es morir de amor' es, posiblemente, la más tarareada de su repertorio. Ha sobrevivido cuatro décadas. Sigue fresca. Se trata de un mecanismo perfecto, como corresponde a un relojero de la composición de la talla de Rafael Pérez Botija. El cantautor Sergio Fachelli formó parte de los coros. También Camilo Sesto fue corista. Le hacía las voces a Miguel Ríos, Peret o a cuanto artista fuese necesario en aquellos finales de los 60 y comienzos de los 70 donde se trataba de sobrevivir y convencer de su valía a Juan Pardo, a la postre valedor como amigo y productor. Pero hay otras canciones míticas: 'Perdóname', una de las baladas más intensas de la tradición melódica, que fue incapaz de terminar en 1982 en una actuación dedicada a su madre, la exhibición épico-vocal de 'Jamás' y, sobre todo, 'Getsemaní', tema de 'Jesucristo Superstar' tan mítico como exigente para la garganta y complicado por sus cambios de ritmo.

'Jesucristo Superstar' marca el perfil del de Blanes, un hombre tan tímido que confesó cómo a veces tenía un coche esperándole al final de los conciertos para salir corriendo al hotel ahorrándose el acoso de las y los fans. Algunas grabaciones en color le muestran en su juventud con el rostro arrebolado de pudor al arrancarse en el escenario. Pero había otro Camilo, arrojado, decidido. Pionero del musical en España, puso en cartel en 1975 una obra controvertida y que en su versión cinematográfica resultó censurada por los sectores más católicos de la España setentera. Él se impuso, invirtió sus ahorros junto con Teddy Bautista (eran otros tiempos, sí) y creó un montaje que el propio Andrew Lloyd Webber alabó. Para las generaciones más adultas queda en el recuerdo aquel anuncio irónico de una marca de cuchillas de afeitar donde Camilo aceptaba afeitarse la barba de su personaje de Jesús de Nazaret. Los ingresos fueron a una obra benéfica.

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Aquel montaje desacomplejó a España en el camino de los musicales. Camilo abrió otras muchas puertas: la de los discos de platino, el mercado de Latinoamérica y, muy especialmente, Estados Unidos, donde muchos canales de televisión y plataformas digitales han recuperado en estas últimas horas sus conciertos en el Madison Square Garden. Hoy, merece la pena rescatar no solo sus conciertos o aquellas actuaciones en programas como 'Aplauso' o '300 millones', sino también su diálogo con José Luis López Vázquez en 'Los chicos del preu', película que rodó en 1967 con su grupo Los Botines.

Años injustos

Si se olvidan sus últimos años como carnaza televisiva y aparentes excentricidades como la obsesión por la juventud que le condujo a las mesas de operaciones estéticas (algo, por otra parte, no tan grave, queridos tertulianos, porque ¿de qué vivirían las clínicas sin esa eterna búsqueda?), queda el Camilo humano sometido a años injustos. Vivió la fama al otro lado del Atlántico más que en su propio país. Supo convivir con la Movida, el desembarco del british, el punk, el glam, el rock de los noventa e incluso el indie, que finalmente le ha reivindicado en tiempos recientes como ya hiciera con su hijo adoptivo Raphael. Pero el negocio es el negocio, cainita. Compitió con todas las modas y géneros para estrellarse finalmente contra una nueva visión de la cultura efímera y monetaria afanada en borrar a los antepasados. Estuvo retirado y eso, en esta industria de platós y radiofórmulas, equivale al sepulcro anticipado del olvido.

Quienes le conocen dicen bien que no era un retiro altanero. Camilo carecía de ego. Entre 1970 y 1990 grabó un disco por año, ha vendido más de 150 millones de álbumes y aun así le gustaba hacer cosas como componer gratis el himno de un modesto equipo de fútbol local. Hoy no hay olvido. Queda la figura sensible y cercana que encendió amores y arregló corazones rotos. La que provoca que miles de españoles de tres generaciones noten deslizarse unas lágrimas por su rostro sintiéndose un poco más huérfanos.

SUS CLIPS MÁS DESTACADOS

Película 'Hamelín', de 1968. La protagoniza Miguel Ríos y aparecen los éxitos de varios grupos de rock españoles y latinoamericanos. Primera incursión de Camilo Sesto en el cine como cantante de Los Botines, grupo en el que ingresó tras abandonar su primer conjunto, Los Dayton

'Los chicos del preu', película dirigida por Pedro Lazaga en 1968 y que contaba con un gran elenco de intérpretes españoles, dessde Emilio Gutiérrez Caba a Alberto Closas, Rafaela Aparicio, María José Goyanes o José Luis López Vázquez, que hace el papel de padre de Camilo Sesto.

Con Ángela Carrasco, su inseparable amiga hasta los últimos momentos, en el Festival de Viña del Mar en 1981

'Getsemaní', de la obra musical 'Jesucristo Supestar' que él montó en España envuelta en la polémica con los sectores ultracatólicos que pedían prohibirla. Todo un ejemplo de poder vocal.

'El amor de mi vida', interpretado en el Madison Square Garden ante casi 300 millones de televidentes. Uno de los grandes logros de Camilo fue tender puentes con Estados Unidos y Latinoamérica, donde tiene una legión de admiradores.

Su éxito más coreado: 'Vivir así en morir de amor'. Gracias a canciones como ésta se convirtió en el primer artista español en vender más de quince millones de álbumes y recibir un disco de platino.

Con Marta Sánchez, videoclip de la canción 'Perdóname' grabado para el disco 'Camilo Sinfónico' en 2018, donde el repertorio del artista de Blanes es recuperado con duetos de voces como las de Marta Sánchez, Monica Naranjo o Pastora Soler con el acompañamiento de la Orquesta Sinfónica de RTVE.

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