Fermín Muguruza resume 40 años en tres horas ante 8.000 almas en Miribilla
El líder de Kortatu y Negu Gorriak arrancó su gira por cuatro continentes dando un buen concierto, muy visual, en el que que invitó a Jon Maia, Itziar Ituño, el futbolista Asier Villalibre, y a sus excompañeros de Negu Gorriak. Hoy sábado repite el lleno con otros 8.000 espectadores
Tras el prólogo a modo de ensayo general de este martes en la sala Atabal de Biarritz, el roquero, rapero, ideólogo y en la última ... década cineasta Fermín Muguruza, un irundarra de 61 años, arrancó este viernes en Miribilla la gira mundial de sus 40 años de carrera (1984-2024), picando en los repertorios de Kortatu, Negu Gorriak y en solitario. Agotó con antelación todas las entradas, 8.000, lo mismo que sucederá hoy sábado, cuando se supone que se repetirá el show de este viernes, cuando FM dio un concierto festivo y reivindicativamente izquierdista (Kurdistán, Palestina, Nicaragua…) de casi tres horas (170 minutos) en deceto para 36 temas (incluyendo alguno del trikitilari Xabi Solano, la intervención bertsolari de Jon Maia, o el villancico para los presos postrero).
Hubo varios invitados: el citado Jon Maia en unos bertsos que condensaron la trayectoria Kortatu-Negu Gorriak-FM, el futbolista Asier Villalibre con su trompeta, un par de afrobailarinas de Bilbao, la actriz Itziar Ituño sumándose al penúltimo tema, 'Sarri Sarri', y los otros tres miembros supervivientes de Negu Gorriak en un par de temas: Kaki Arkarazo, Mikel Anestesia y Mikel Ábrego. Al final de ese pasaje saludaron los cuatro abrazados al borde del tablado, y sólo faltaba el difunto Íñigo Muguruza (en su memoria fue el concierto de Biarritz: ese martes Iñigo hubiera cumplido 60 años). Ah, Azpiazu vio a El Drogas en Miribilla, pero no subió al escenario.
El concierto fue audiovisual, con tres pantallas gigantes que sobre todo emitieron imágenes con mensajes, dibujos, dogmas y metáforas (desde la Korrika hasta las pateras, desde sandinistas bailando hasta el recuerdo de Íñigo Muguruza, desde manifas hasta cesta punta...), y ocasionalmente emitieron imágenes del bolo en vivo. Fermín Muguruza, que vistió tres modelos (primero camisa negra que parecía del merchandising de la gira, en el primer bis camiseta de futbol palestina, y en el segundo bis otra camiseta aparentemente reivindicativa), estuvo bien de forma física, a la voz le ayudaron Lide Hernando (ex Liher, también guitarrista) y Matah (corista; de los diez componentes del grupo tres son mujeres, y la tercera es la baterista Gloria Maurel), y entre sus concisos parlamentos al poco de empezar animó a acudir una manifestación pro inmigración y contra las fronteras ('ez, ez, ez', dijo) en Irún el 26 de enero, y por el final animó a apoyar a Ernai, la asociación de las juventudes borrokas, comprando camisetas, etc.
El concierto comenzó bien y acabó muy bien. Es que las primeras canciones, a ojo hasta la novena, sonaron un tanto sofocadas en el pabellón de Miribilla, tanto que se nos quitaron las ganas de repetir en esta gira por cuatro continentes (Europa, América, Japón y Canarias) cuando recale en el estadio donostiarra de Anoeta el 14 de junio de 2025. Pero la acústica se aclaró, se abrillantó, y coreamos tantas canciones que nos volvieron a entrar ganas de ir al estadio de la Real Sociedad, donde y cuando la banda estará aún más engrasada.
Sí, la banda funcionó bien este viernes. Los tres vientos crearon ambientes de todo tipo (del jazz a lo tétrico), la trikitixa de Xabi Solano funcionó como órgano, melódica (tan propia del reggae) y triki (y cuando tocaba ella sola, un foco cenital la alumbraba protagónica), la batería se complementaba con la percusión, Muguruza se agitaba sin excesos pero con fuerzas de sobra para estar casi tres horas en escena, y las tres mejores canciones fueron 'Nicaragua sandinista' (una juerga con el pabellón cantando a pleno pulmón toda la letra, teatralizándola incluso), 'Bidasoa fundamentalista' (martillazos repetitivos con el yunque del noise), y 'Zu atrapatu arte' (cantado también por todo el mundo y con la fusión manonegrista añadiendo capas al hardcore punk del original).
En 170 minutos y 36 temas se pudo colegir la evolución de Muguruza en estos 40 años: de la reivindicación panfletaria incluso en los temas paródicos de Kortatu ('Sarri Sarri'), la sombra en la mirada de la época de Negu Gorriak (aunque fue abriéndose a la esperanza de canciones como 'Kolore biziak'), y una visión más optimista y colorista de la vida asentada en su etapa en solitario (la canción de la 12ª Korrika 'Big Beñat', de 2001).
Una fiesta
Y sobre una plétora de imágenes de fondo en collages para subrayar los mensajes, la doctrina, el pensamiento único homogeneizador, FM comenzó adusto ('Urrun', dedicada en origen al aficionado de la Real asesinado en Madrid Aitor Zabaleta y ahora uniendo en el recuerdo al aficionado del Athletic muerto por un pelotazo de la Ertzaintza Iñigo Cabacas, luego la vindicación mediante sonidos dub de la terrorista alemana Ulrike Meinhof, el reggae irónico para 'Desmond Tutu', o la llamada a las barricadas de 'La línea del frente'), pero también aceptando un toma y daca entre el optimismo y las sombras que mantuvo desde el principio (el ska 'In-komunikazioa'), siempre trazando vínculos con el reggae y el ska ('Euskal Herria Jamaika Clash'), y ocasionalmente apostando por el rock and roll ('After-boltzebike').
Un barullito fueron los dos temas con los miembros de Negu Gorriak ('B.S.O', el de sustraiak, rock, rap y reggae, e 'Itzoiten', no muy absorbente este viernes), y el final del show fue una fiesta, con rock-rap ('Radio Raheem', el personaje de la película 'Haz lo que debas' de Spike Lee) y el cantarín y saltarín 'Dub Manifest' (con Villalibre infiltrándose en la sección de vientos), en el primer bis una versión del soul 'Respect' de Aretha Franklin en euskera ('Errespetua', que lo grabó ya con Negu Gorriak), las largas presentaciones de 'El último ska de Manolo Rastamán', y el canto moruno 'Yalah Yalah Ramallah' (y justo entonces la masa alzó las banderas palestinas que se distribuyeron a miles por los asientos, y en su reverso estaba la bandera del Líbano), y en el segundo bis Solano enardeciendo a la masa con 'Ikusi mendizaleak' (¡el primer bis lo abrió con 'La internacional'!), y continuando el deceto al completo con 'Gora herriak', 'Sarri, sarri' (Ituño de invitada) y el villancico 'Hator hator', éste dedicado a los presos y con la luz encendida, en plan Springsteen (o Revólver).
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