Foto promocional de la soprano albanesa Ermonela Jaho. E. C.

«Mi especialidad son las emociones extremas, muero muy bien en escena»

La soprano albanesa Ermonela Jaho ofrecerá el miércoles un recital en el Arriaga, acompañada por el pianista Rubén Fernández Aguirre

Domingo, 23 de abril 2023, 22:57

Hija de un militar albanés y de una maestra, lo suyo era la música pop. La pequeña Ermonela Jaho (Tirana, 1974) cantaba en festivales y ... competía con otros niños para captar la atención del público. En tiempos de la República Popular Socialista de Albania, bajo el yugo del dictador Enver Hoxha, los aplausos, los flashes de las cámaras de fotos, las medallas y los ramos de flores le daban alas para soñar y evadirse de una realidad terriblemente opresiva. En 1985 falleció Hoxha y el sistema comunista se mantuvo hasta 1991. Para entonces, tenía 16 años y estaba decidida a convertirse en una estrella de la lírica. En 1993 fue seleccionada para un curso de verano en la ciudad italiana de Mantua y aprovechó la oportunidad, completando su formación en la Academia de Santa Cecilia de Roma mientras trabajaba como niñera y cuidadora de ancianos para tener ingresos. Pasó entonces por muchos apuros.

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Recital

  • Dónde. Teatro Arriaga.

  • Cuándo. Miércoles 26, a las 19.30 horas.

  • Duración. 90 minutos, entreacto incluido.

  • Protagonistas. La soprano Ermonela Jaho y el pianista Rubén Fernández Aguirre.

  • Programa. Canciones y arias de compositores como Tosti, Donizetti, Bellini, Verdi, Massenet, Gounod, Cilea, Mascagni, Leoncavallo y Puccini.

Son experiencias que Ermonela Jaho tiene muy presentes, incluso después de haber triunfado en Nueva York, Viena, Milán, París y Berlín. A su manera, le gusta exorcizar los traumas cada vez que sale a escena y en España hace tiempo que tiene legiones de fans. Es habitual del Teatro Real de Madrid y el Liceu de Barcelona, y en la temporada de la ABAO causó sensación en 2012 con 'La Traviata'. Ahora vuelve a la capital vizcaína con una actuación en el Teatro Arriaga que también dará que hablar. No solo será la primera vez que cante en un recital arropada por el pianista baracaldés Rubén Fernández Aguirre, sino que también abordará un programa muy novedoso, con canciones y arias de compositores como Tosti, Donizetti, Bellini, Verdi, Massenet, Gounod, Cilea, Mascagni, Leoncavallo y Puccini.

Es un cóctel de bel canto y verismo lírico, con sutiles toques franceses, que en su conjunto se presenta como un retrato artístico de la propia Ermonela Jaho. «Sí, sí, es mi perfil musical. Me siento muy identificada. Lo tiene todo, sin cargar las tintas en las arias de ópera. No tiene sentido ofrecer un montón de arias con el acompañamiento de un piano», reflexiona la artista a primera hora de la mañana en conversación telefónica con EL CORREO desde el hotel Plaza, en Tirana. Es el único rato libre que tiene entre clase y clase, en un cursillo intensivo que está impartiendo a jóvenes cantantes, antes de un encuentro oficial con la embajadora de Estados Unidos. Apenas ha tenido tiempo de descansar y asimilar su reciente éxito en Londres como Liù, la esclava enamorada que se suicida en 'Turandot' porque no quiere delatar al príncipe Calaf.

«Mi vida es correr y correr. Tengo debilidad por los personajes que llegan al límite. Esa es mi especialidad, las emociones extremas. ¡Por eso muero de maravilla en escena! Se ha convertido en mi seña de identidad», apunta con orgullo. No tiene una voz estentórea ni de mucho volumen, pero es capaz de sacudir al oyente. Lo consigue a fuerza de expresividad y una identificación absoluta con el drama, sin que eso implique que su vida personal sea un martirio. Casada con un ingeniero electrónico albanés, vive desde 2003 en Nueva York y reconoce que se siente «muy honrada y feliz por haber llegado tan lejos».

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«No echo en falta la orquesta»

En el Arriaga no le tocará desplomarse en mitad del escenario, sino sacar todo el jugo a las 15 piezas (habrá dos extra solo para piano) que interpretará con Rubén Fernández Aguirre, «un artista maravilloso que conocí en el Teatro de la Maestranza en 2005». En el coliseo sevillano trabajaba entonces el pianista vasco de correpetidor y allí coincidieron ambos con motivo de unas funciones de 'L'incoronazione di Poppea', de Monteverdi. Enseguida se hicieron amigos y barajaron la posibilidad de trabajar juntos.

«No me importa hacer una excepción con Rubén. En principio, es verdad que prefiero los montajes, con vestuario, maquillaje, escenografía, compañeros, una orquesta en el foso... Dicho esto, en el caso de Rubén, su manera de tocar el piano es maravillosa. ¡No echo en falta más músicos! Respira conmigo y se nota que tiene muchísima experiencia con cantantes». El recital tendrá una duración aproximada de 90 minutos con entreacto, sin contar los bises. Nadie duda de que habrá propinas. Con una artista tan carismática, el público nunca tiene bastante.

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- Noooo. Conozco mis límites. Mucho más razonable es el papel de Norma. Eso sí caerá...

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