Douglas, hijo de un ejecutivo de IBM Pedro Urresti

Dave Douglas cierra un festival de Getxo de transición con un concierto surrealista

El trompetista, que grabará hoy lunes sin público su próximo disco en el mismo Muxikebarri, dio un concierto no fácil, creciente y muy sugerente

Lunes, 7 de julio 2025, 08:46

Este domingo terminó el 48º Festival Internacional de Jazz de Getxo. Tras 37 ediciones dirigidas y programadas con éxito habitual por el funcionario municipal Iñaki ... Saitua, que se jubiló a finales del año pasado, esta de 2025 ha mantenido el espíritu del festival, propenso a la tradición del jazz, ha obtenido sus picos artísticos en los conciertos de Joe Lovano (sábado) y Paquito D'Rivera (jueves), y ha sido confeccionada por Luzía Martín, técnica de larga trayectoria en el Aula de Cultura de Getxo.

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A partir de ya, de 2026 en adelante, se encargará del jazzaldia getxotarra el melómano fiable Mario Benso (1962, Gijón), basado en Valladolid, programador de conciertos, divulgador y periodista, entre otras facetas. Mario Benso desde 1994 es jurado el concurso de bandas del Getxo Jazz, que este domingo hizo públicos sus premios: mejor grupo, el L.A.B. Trio, segundo mejor grupo, César Vidal & Artikulation Band, y mejor instrumentista, el contrabajista David Guerreiro, del IMB Special 4tet.

El honor de cerrar la veintena de conciertos del 48º Getxo Jazz recayó en el trompetista Dave Douglas (Montclair, Nueva Jersey, 1963), que actuó en cuarteto completado por el legendario baterista Joey Baron, la joven pianista Marta Warelis y el también joven contrabajista Nick Dunston. Ante 400 almas (aunque se esperaban 500 y pico), Douglas dio un concierto creciente y no fácil de 10 piezas en 81 minutos. No presentó ningún tema, y aparentemente ese repertorio era el que grabaría este lunes sobre el mismo escenario del Muxikebarri, pero sin público, para ser editado como su próximo disco. ¡Ya tenemos ganas de oírlo! A ver cuándo lo suben a Spotify…

Marta Warelis (piano), Nick Dunston (contrabajo), Dave Duglas (trompeta), y Joey Baron (batería) Pedro Urresti

Fue un concierto un tanto surrealista pero bien atado, con mucho propósito contemporáneo. La trompeta del líder, precisa y concreta, o sea ni divagante ni de relleno, a menudo resonó a modo de reflejo de la de Miles Davis. Y Dave Douglas, que entraba y salía de la escena como hizo la víspera su amigo el saxofonista Joe Lovano, en uno de estos mutis, en el primer tema, solicitó a los técnicos de luces que modificaran las pantallas visuales cenitales (parece que pidió que dejaran las imágenes fijas).

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Y musicalmente el trío acompañante a veces se obstinó en escalas abstrusas, no de casualidad se cernieron sobre el Muxikebarri varios pasajes en plan bandas sonoras de películas (exótica moruna nocturna, pasajes de enjambres de esporas alienígenas posándose amenazadoras en nuestro hábitat cotidiano –o algo así-, la locura de los dibujos animados…), varios ramilletes de espectadores se marcharon antes del final (algunos por gusto, otros por obligación de coger los últimos metros hacia la costa), lo optimo del encuentro (¿del ensayo general antes de grabar el disco en vivo el día después?) fue el doble epílogo con un tema más tradicional o bop vía Roy Eldridge y el cierre en falso con un blues empecinado con batería atómica de Joey Baon, y a modo de bis nos regalaron, tras pedirlo con ahínco, una suerte de himno yanqui minimal y con sordina en la trompeta de Douglas.

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