Bieito estrena en el Arriaga con la Euskadiko Orkestra una ópera sobre Adán, Eva y sus hijos «que va a incomodar»

El público asistirá en dos funciones (jueves 18 y sábado 20) a los impulsos sexuales incestuosos, la envidia entre hermanos, la frustración de la esposa no deseada y el asesinato en esta saga bíblica que inspiró al escritor Borngräber y al compositor Stephan, muerto antes de tiempo en las filas alemanas de la Primera Guerra Mundial. Veremos a una Eva distanciada de Adán pero que anhela sus caricias de antaño. Caín y Abel han crecido con muy diferentes concepciones de la vida; mientras el primero se entrega libremente a sus deseos sexuales, Abel vive en la espiritualidad y es el hijo perfecto. Al no haber más mujer, Caín se fija en su madre, la desea, y no soporta el amor que esta profesa a su hermano. Celoso, lo asesina, y los padres comprenden entonces el destino que espera a la humanidad.

«Esta ópera recogió las corrientes del momento, el psicoanálisis de Freud, la filosofía de Nietzsche...», explicó Bieito. «La naturaleza erótica e incestuosa de la historia causó una gran controversia durante la representación de la obra en su tiempo, y llevó a la intervención de la censura», informa la organización.

En el escenario veremos a los 82 músicos junto con su director, Robert Treviño, a los que Bieito ha colocado como si fueran «las estrellas del cielo». Además de los cuatro cantantes, Annette Dasch, Daniel Schmutzhard, Simon Neal y John Daszak. Dice Treviño que esta ópera conducirá a los espectadores a la emoción y la reflexión: «Va a provocar cuestionamiento, hará pensar al público, no hemos hecho una propuesta fácil, sino algo especial y único que va a incomodar».

Bieito celebró ayer, en la rueda de prensa de presentación, la colaboración entre el Teatro que él dirige y la Euskadiko Orkestra, y destacó que el Arriaga es ahora mismo el «epicentro de la vanguardia lírica en el Estado español, con 'Orgia', representada en Barcelona este fin de semana con gran éxito; con este estreno de 'Los primeros humanos', y en junio con la ópera en euskera 'Saturraran' (compuesta por Juan Carlos Pérez, ex Itoiz, y libreto de Kirmen Uribe, una historia de amor prohibido entre dos mujeres)» .

Admitió Bieito que desconocía esta pieza musical del alemán Stephan cuando se la propusieron, «una obra maestra de alguien que murió muy joven, no se sabe si por las balas de un francotirador o por suicidio en la trinchera. Ojalá hubiera seguido componiendo, pero nos dejó esta obra como legado». Y Bieito la ha montado como si fuera una «instalación», «para poner una ópera del siglo XXI en un teatro del siglo XIX».

La cantante que interpreta a Eva, Annette Dasch, única superviviente del montaje original, definió así a su personaje: «Eva, con sus deseos y su tristeza porque su marido ya no le hace caso, y también descontenta con sus hijos, ya adultos, con los que no logra conectar. Y pensé, bueno aquí tengo otra mujer de las tantas que he hecho, víctima de los depredadores... Hasta que llegó Calixto y se hizo la magia, pues esta Eva se convirtió con él en una mujer monstruosa, llena de fragilidad y de deseo, algo que nunca había hecho hasta hoy».

A su lado, uno de sus hijos en la ficción, el 'malo' Caín, con la voz y la presencia de Daniel Schmutzhard, «quien reconoció haberse enfrentado a un trabajo difícil por lo complejo de la partitura, las notas altas de una música llena de energía». Y también estuvo Simon Neal, el Adán que ya no siente interés por Eva, acosada, sin embargo, por el amor de sus dos hijos: «Trabajar con Bieito es muy especial, no se comunica con nosotros de la manera normal, sino a nivel energético, con pocas palabras. Actúo mejor cuando lo hago con él», señaló Neal.

A todo esto, hay que sumar la presencia de Sarah Derendinger, que ha grabado «impactantes vídeos de gran belleza estética», según la nota de prensa, que formarán parte de la puesta en escena. «Hemos colocado –explicó ella misma– una cámara cenital y dos operadores que estarán encargados de grabar material en directo, para que los espectadores sean testigos de todo lo que ocurre sobre el escenario, otorgándoles una visión de 360 grados».