El museo de Bilbao casi dobla en visitantes al neoyorquino

Vidarte destacó que se están recuperando «los parámetros prepandémicos» y subrayó que el anterior ejercicio supuso la tercera mejor marca en la trayectoria de la institución. «Hemos estado a 30.000 visitantes del récord histórico», matizó.

Lo que empezó en Bilbao como la andadura de un hermano del conocido Guggenheim de la Quinta Avenida ha terminado por superar su proyección. El propio Armstrong lo reconocía en una de sus visitas a Bilbao, justo después de la firma del nuevo convenio entre las dos instituciones. El documento potenciaba la autonomía en la gestión de las exposiciones de Bilbao, motivada por la madurez del museo y por el atractivo que supone para otras instituciones compartir proyectos expositivos con el Guggenheim vasco.

La directora de la Peggy Guggenheim Foundation de Venecia informó en la rueda de prensa global de que habían pasado de los 215.000 visitantes en 2022. Una cifra menor que las anteriores porque la dimensión del proyecto y el número de exposiciones anuales también lo es, aunque esté enclavado en una ciudad a rebosar de turistas durante todo el año.

De momento, lo que es una incógnita es el Guggenheim de Abu Dabi. Habrá que esperar a que empiece a funcionar el museo diseñado también, como el de Abandoibarra, por Frank Gehry.

Como indicio, la sede del Louvre en la llamada Isla de la Felicidad de Abu Dabi -un emplazamiento artificial que el Gobierno del país quiere establecer como una de las mecas del turismo de la zona- alcanzó los 960.000 visitantes.

En la presentación, preguntaron a Vidarte por los paralelismos entre los edificios. «El museo de Abu Dabi es de la siguiente generación a la de Bilbao. Comparten un mismo lenguaje formal, pero la dotación tecnológica del primero es mucho mayor. El de Abandoibarra fue el primero que hizo Gehry con un software especial (el programa Catia) y que se materizalizaba en una superficie compleja, hecha de piezas desiguales», explicó.