Muere Nawal El Saadawi, la voz del feminismo en el mundo árabe
Le practicaron la ablación a los seis años, una tortura que determinó su vida y su obra, que desplegó en 60 libros
La destacada escritora egipcia Nawal El Saadawi, una de las voces más prominentes del feminismo del último medio siglo en el mundo árabe, falleció el sábado a los 89 años de edad. Sufrió la mutilación genital, la cárcel y el exilio, y en 1972 se jugó su puesto de directora general de Salud Pública de Egipto al publicar 'La mujer y el sexo', obra que desde entonces sirvió de guía a las feministas árabes. Le echaron de su trabajo, pero siguió publicando artículos y libros contra los abusos a mujeres y en defensa de los derechos políticos y sexuales de las egipcias. También contra el gobierno de Anwar El Sadat, que la encarceló en 1981.
En prisión tampoco calló. Cirujana y psiquiatra de formación, se dedicó a escribir sus memorias sobre un rollo de papel higiénico con un lápiz de contrabando. Una década más tarde las amenazas de muerte de los islamistas le obligaron a exiliarse. Lo hizo en Estados Unidos, donde dio clases en centros de prestigio como la Duke University.
Según cuenta en su biografía, empezó a escribir con 13 años en un diario que guardaba debajo de su cama y desde entonces le acompañó la escritura. Firmó novelas y cuentos, ensayos y relatos autobiográficos, como 'Memorias de una joven doctora' (1958), 'Dos mujeres en una' (1971), 'Mujer en punto cero' (1973, publicada en español por Capitán Swing), 'La muerte del único hombre en la Tierra' (1975), 'Amor en el reino del petróleo' (1993) y 'Zeina' (2009), entre otras muchas obras.
Exconsejera de la ONU para el programa sobre la Mujer en África y Oriente Medio, ha recogido sus intensas vivencias en sesenta libros que se han traducido a cuarenta idiomas y que todavía hoy siguen sufriendo la censura y la persecución. Eterna aspirante al Nobel de Literatura, abomina del hijab, del que dice es un «símbolo político de opresión», y de todas las religiones «porque todas someten a las mujeres».
Saadawi era la segunda de nueve hermanos y padre quiso que se dedicara al cuidado de la familia. Pero su madre, procedente de la clase alta de Egipto educada a la escuela francesa, quiso educar a todos hijos, no sólo a los varones. Se casó con 15 años. Su marido, al que no conocía previamente, tenía 16 años más. A los seis años, en 1937, la daya (comadrona) le practicó la ablación del clítoris, una tortura que marcó su vida y su obra. Luchó contra ella durante décadas y consiguió que Egipto la declarase ilegal, aunque se sigue practicando.
Sadaawi estudió Medicina en la Universidad de El Cairo, donde se licenció en 1955. Dedicó sus primeros años como doctora a atender a los pacientes del ámbito rural en Kafr Tahl, su pueblo natal, donde pudo observar las dificultades y desigualdades a las que se enfrentaban las mujeres rurales.
Acusada de apostasía –y declarada inocente–, en 2005 se presentó como candidata a la presidencia para «desafiar el sistema» de Hosni Mubarak, en el poder desde 1981. En 2011 muchos ciudadanos coreaban sus ideas en la plaza Tahrir de El Cairo durante el estallido de la llamada Primavera Árabe. Ella también estaba allí.