Mozart con una mirada oriental
El japonés Masaaki Suzuki dirige a la BOS en un programa en el que interpreta el 'Réquiem' en la edición corregida por su hijo Masato
Wolfgang Amadeus Mozart murió el 5 de diciembre de 1791. Hasta horas antes de su fallecimiento había estado trabajando en un 'Réquiem', un encargo que ... terminó por convertirse en una obra para sí mismo. No tuvo tiempo de terminarlo y fue uno de sus discípulos, Süssmayr, quien lo dejó listo para su interpretación. Es la versión que habitualmente se utiliza, pero la que escucharán los aficionados en los conciertos de la Sinfónica de Bilbao este jueves y viernes es otra: la de Masato Suzuki, hijo del director Masaaki Suzuki, famoso en todo el mundo por haber fundado y dirigido el Bach Collegium Japan. El concierto incluirá en la primera parte la Sinfonía Nº 44 'Funeral' de Haydn y el 'Réquiem' de Takemitsu (Euskalduna, este jueves y viernes y mañana, a las 19.30).
Las obras de este programa con el que la BOS cierra la temporada de abono fueron elegidas por el director y tienen un aire religioso un poco impostado porque, como explica Sukuki, «la sinfonía de Haydn no tiene relación con liturgia alguna». Esa obra presenta por tanto una diferencia esencial con la de Mozart, concebida para sonar durante un oficio. «Trato de abordar la partitura para que suene como lo haría en su momento, pero a su vez la liturgia ha cambiado desde entonces, y la interpretamos sin que en medio haya oraciones o sermón, así que no puede ser exactamente igual». Para Suzuki, no hay diferencia de ningún tipo en lo referido al lugar en el que la obra se interpreta, porque siente «el auditorio como si fuera una iglesia y en no pocas ocasiones tocamos en iglesias desacralizadas en las que ahora se dan conciertos».
El de Mozart, con su música maravillosa y su espíritu esperanzado más allá de la muerte, es el réquiem favorito del director japonés, que el año próximo grabará otra de las grandes obras del repertorio: 'Un Réquiem alemán' de Brahms.
Antes abordará en Bilbao la interpretación del 'Réquiem' de Mozart en una versión que parte «del respeto absoluto al trabajo de Süssmayr. Pedí a mi hijo que completara y corrigiera algunas debilidades de la edición. Se trataba de mejorar la línea de canto y, sobre todo, arreglar el 'amén' con los breves apuntes que Mozart dejó y que va tras la 'Lacrimosa'. Es ahí donde el público percibirá el cambio mayor».
Una obra escrita en memoria de un amigo
Entre Haydn y Mozart, los dos grandes del Clasicismo, irá el breve 'Réquiem' de Takemitsu, una obra escrita en memoria de un amigo muerto y en la que el sonido fluye de un lado a otro, «algo que es muy asiático». Takemitsu es el compositor clásico japonés más conocido en el mundo. En cambio, los músicos más apreciados en Japón y en el resto del mundo son los mismos: van de Bach a Beethoven, pasando por Schumann, Brahms, Mozart, Chaikovski, Debussy o Shostakovich. Y algo parecido pasa con las orquestas. «No hay diferencias entre las japonesas y las europeas por razón estilística o de escuela, entre otras razones porque cuentan con muchos músicos extranjeros. Las diferencias –explica– se derivan de la presencia de algunos músicos en concreto. Pero eso es lo mismo que pasa con las europeas».
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