Dos modos de vida, dos códigos no por extraños menos arraigados. Conflicto, ¿diálogo? 'David', padre de una niña de 5 años, cita a 'África', madre ... de un condiscípulo. Gurutze Beitia es la madre de ese niño de nombre árabe y Txemi Parra es el padre en discordia, judío convencido. El lema 'compartir, respetar, tolerar' del ideario escolar tiene una pega: ¿qué de malo comparten? El asunto toma tierra, comparten lo que impide su norma religiosa, el jamón del bocadillo. Casi nada.
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'El dilema del jamón'
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Autor: Txemi Parra.
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Intérpretes: Gurutze Beitia y Txemi Parra.
Poco a poco, 'El dilema del jamón' va más allá del veto gastronómico. El lugar es simple y con cambios laboriosos. Dos butacas. Algo de TV se adivina en las frases cortas, en la fragmentación. Hay gags motrices con calzador. Asoma la diferencia de costumbres, el celo familiar, quizá la intolerancia, la poca empatía. Se suceden escenas de un contraste de temperamentos más que de culturas, toques costumbristas, mucha comicidad. Ella es impetuosa y locuaz, dice tacos, canta muy resuelta. Él es indeciso, clavado al suelo, con tics chuscos, llama América o Asia a 'África', tropieza, duda de su poder de persuasión. Pregunta si hay hueco «¿me entiendes algo de lo que digo?».
Gurutze Beitia es una actriz cordial, se entrega y se quiere a sí misma cordial y entregada. Sonríe por gracejo natural, y conecta con el público como si oficiara una visita, complaciente y obsequiosa. Es una cualidad y un peligro, el de la naturalidad, el de no salir de una imagen. Txemi Parra compone un tipo que hubiera podido incorporar el 'Bernardo' del 'Camera Café' televisivo. Es posible que algo de contagio con el actor César Sarachu tengan los tics gestuales, las réplicas vacilantes, su relación con brazos y piernas, con su chaqueta. Son tipos ajenos al texto o la situación, les salen estupendos así. Comedia amable, sin aristas, amigable.
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