Otra mirada al caso Hildegart
Pabellón 6 estrena hoy una obra que indagaen la relación entre Aurora Rodríguez y la hija a la que mató
La última producción de Pabellón 6 retrata a dos mujeres excepcionales, que encarnaron la modernidad en el primer tercio del siglo XX y acabaron como ... protagonistas de la crónica de sucesos. El asesinato de Hildegart Rodríguez Carballeira, que a los 18 años era una brillante escritora y activista, a manos de su madre conmocionó a la sociedad española en 1933 y ha tenido eco en el cine y la literatura.
La obra que estará en cartel todos los fines de semana de octubre en la sala de Zorrozaurre aporta otra mirada. La actriz y directora vitoriana Carmen San Esteban, en su primera producción con Pabellón 6, parte de una pregunta: ¿Fue justa la historia con ellas? Su objetivo es «situar al espectador en la época» y llegar a conocerlas más allá de los perfiles de niña prodigio y madre asesina. «Mi intención es que no la tachemos de culpable a priori, sino que sea el espectador el que juzgue», explica. «Ojalá se genere un poco de debate».
Toma como referencia el libro de la periodista y escritora Carmen Domingo, del que hace «una versión libre». La directora también ha revisado la hemeroteca, las transcripciones del juicio y los informes que aparecieron años después en el psiquiátrico de Ciempozuelos donde Aurora Rodríguez pasó los últimos años de su vida. «Ella dijo literalmente que no había error en lo que había hecho, que era como un escultor que, cuando ve que su obra no está bien ejecutada, la rompe». Hildegart fue fruto de un embarazo cuidadosamente planificado para concebir «un modelo de mujer del futuro».
Esta es la parte más conocida de la historia, pero la obra pone el foco más atrás. Muestra a Aurora en su juventud, «con los ideales a flor de piel. Tenía una vida cultural muy importante para ser una joven de Ferrol en 1900. Ahí va alimentando su deseo de hacer algo por la humanidad. Es un tipo de paranoia que existe hoy en día también, el mito del salvador». Hildegart hablaba varios idiomas desde niña, publicó libros sobre Marx y sobre sexo, a los 17 años terminó Derecho y fue una militante «muy activa» del PSOE. Antes de la tragedia, «ya salía mucho en la prensa, escribía artículos y estaba en contacto con los hombres más punteros, con la modernidad más absoluta».
Dos jóvenes actrices -Sandra Tejero es la madre y Nerea Elizalde, la hija- les dan vida y Josu Angulo interpreta a varios personajes. Mediante flashbacks y «escenas más oníricas», muestran «las distintas capas de la historia». La maternidad planificada como una obra desprovista de sentimiento, el narcisismo, las vivencias de una niña prodigio, el deseo de independencia de la juventud. Todo eso cabe en el espacio escénico creado por María Casanueva «como un lugar de tragedia». Las coreografías de Lucía Lasarte, la música en directo y las proyecciones videográficas ayudan a conformar «un pequeño universo».
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