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El editor sueco Rickar Lundberg en Bilbao. Maika Salguero
La poesía, el lenguaje inclusivo y el euskera se resisten a la traducción de libros con Inteligencia Artificial

La poesía, el lenguaje inclusivo y el euskera se resisten a la traducción de libros con Inteligencia Artificial

El editor sueco Rickard Lundberg promueve la traducción de libros a decenas de idiomas con las nuevas tecnologías. «Si ahora pasábamos 8 libros del castellano al sueco, en 2025 serán 26, y eso dará más trabajo a los traductores humanos», tranquiliza

Lunes, 16 de septiembre 2024, 01:12

El sueco Rickard Lundberg es el director ejecutivo de Aniara, palabra que recuerda al euskera pero es el título de un poema del escandinavo Harry Martinson, y sobre todo el nombre de la editorial que quiere revolucionar el panorama literario. Presume de traducir obras a varios idiomas reduciendo los costos hasta en un 85%. Para ello utilizar la Inteligencia Artificial a la hora de traducir libros que, de lo contrario, nunca verían la luz en otras lenguas (solo el 4% de los textos en español se traducen), prometiendo a los autores que sus textos se vendan hasta cinco veces más con su acceso a otros países. Trabajan con español y su versión latina, inglés británico y estadounidense, francés, alemán, sueco, danés, finés y suajili, «y poco a poco serán más», dice. Participó ayer en las jornadas 'El autor en el nuevo mundo de la edición', organizadas por la Asociación de Escritores de Euskadi.

¿Y el euskera? «Es un idioma muy interesante y me gustará añadirlo, pero de momento no es posible», dice en referencia a su complejidad, a que las traducciones con la IA no están aún bien desarrolladas, y a que su público es reducido si lo comparamos por ejemplo con el suajili, entendible porque el número de hablantes supera los cien millones de personas. Incluso hay un movimiento en África para convertirlo en una especie de lengua común del continente.

Casi cualquier libro es susceptible de ser elegido para traducirlo con su sistema, que incluye varios pasos desde que se recibe el texto. Se traduce con la IA, el nuevo escrito es corregido por un traductor humano. Se entrega a expertos que corrigen el lenguaje técnico y jurídico y que emitirán la versión a obtener el visto bueno del autor. «Garantiza que siempre habrá traductores humanos, lejos de quitar trabajo, da más», tranquiliza Lundberg, cuya iniciativa ha puesto nerviosos a los traductores de su país: «Es lo normal siempre que hay cambios. Pero si en 2023 tradujimos 8 libros españoles al sueco, el próximo año vamos a hacer 26».

Hablamos también de libros electrónicos y de audiolibros, cuyas voces lectoras son igualmente generadas por la IA: «Están mejorando mucho, no son esas voces robóticas que leían textos hace pocos años. Y además la IA está aprendiendo por sí sola, mejorando a base de ser utilizada».

«Historias magníficas que deben viajar»

Hay cuestiones que de momento quedan excluidas de esta reconversión, como la poesía, demasiado emocional y llena de metáforas para una máquina, o el lenguaje inclusivo, de reciente creación y en expansión en nuestro país, cuyos matices son inexistentes en otros idiomas.

Pero traductores en persona hay en todas las lenguas, así que la iniciativa parece tener que ver más con la cuestión económica: «La industria de libros es compleja, tiene muy bajos márgenes, porque hay muchas personas llevándose un pequeño porcentaje, y no ha pasado por un desarrollo tecnológico como la música y la televisión, que han afrontado nuevos soportes y lenguajes. Y para que un texto funcione tiene que vender muchos ejemplares. Por eso vemos traducciones de grandes hits, de 'best sellers', pero hay gran cantidad de literatura que no llega, que nunca se traduce porque el proceso es demasiado caro. Tienes que vender muchísimo para ser traducido, y ahí se quedaban tantos escritores. Ahora ya no tiene por qué ser así, pues se abarata el proceso. Hay historias magníficas que deben viajar y llegar a otras audiencias«.

La editorial trabaja con 8 traductores de diferentes lenguas que han de vivir en sus países: «Es importante para que estén al tanto del contexto, de las noticias y temas de actualidad locales para que incorporen esos detalles». «No llevamos ni un año, pero hemos probado ya con 21 autores», entre ellos el vasco Javier Sagastiberri con 'Muerte en el Carlton'.

Rickard Lundberg charla con Neus Casanova en un coloquio dentro de las jornadas 'El autor en el nuevo mundo de la edición', organizadas por la Asociación de Escritores de Euskadi. Javier Rebollo

«A veces tardas más corrigiendo el texto de la IA que traduciendo desde el original»

La catalana Neus Casanova, editora y traductora, conoce bien el danés porque vivió en Copenhague 10 años y traduce de ese idioma al inglés, al catalán y al castellano. Señala que el mercado escandinavo es muy diferente del español, «pues aquí existe la carrera de traductor, mientras que en Dinamarca son normalmente escritores que conocen otro idioma y traducen». Admite tener «sentimientos encontrados con la IA», y señala que el sector literario es «complejo y grande», «pero hay una parte que no podemos ignorar, que es que mucha gente escribe y traduce porque le gusta escribir y traducir, no porque vayan a sacar dinero de ello, aparte de lo mal pagados que estamos los traductores. Pero una parte grande de la industria literaria actualmente, sobre todo con el tema digital, se mantiene a base de pasión. Y con el tema de las nuevas tecnologías y de la inteligencia artificial en traducción veo que el discurso está muy centrado en mejorar la producción, en aumentar y hacerlo más barato, que puede estar muy bien, pero ¿qué hacemos con la otra parte del amor al arte?». Casanova apunta además las dificultades de abordar textos traducidos de base por la IA: »Si la traducción no está muy bien hecha porque no está desarrollada, tardas más. De hecho hice algún proyecto de prueba y me dije 'no, no voy a corregir esto, lo voy a traducir desde cero porque voy a emplear menos tiempo'«.

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