Leonardo Padura: «Necesito vivir en Cuba para escribir»
Escritor ·
Presenta en Bilbao la última intriga de Mario Conde, expolicía y cronista de la realidad social de la islateresa abajo
Sábado, 3 de febrero 2018, 00:51
Cada vez que viene a Euskadi, Leonardo Padura (La Habana, 1955) respira y trata de encontrar «el aliento de ese primer Padura vasco» que cruzó ... el Atlántico y llegó a Cuba. «No se sabe quién es ni cuándo». Apasionado de la historia y de sus raíces, buscó información sobre la cronología de su familia, pero hay «un punto ciego». El próximo jueves el autor cubano, premio Princesa de Asturias de las Letras, volverá a Bilbao para presentar su última novela, ‘La transparencia del tiempo’ (Tusquets), una intriga de Mario Conde con trasfondo histórico para la que buscó documentación sobre las vírgenes negras medievales en la Biblioteca foral. Habla desde Barcelona, donde ayer se despertó con la noticia del suicidio del hijo mayor de Fidel Castro, a quien de niño llamaban «Fidelito», gran seguidor de sus novelas. «Como cualquier muerte es lamentable», dice. «Él no estaba dentro de las grandes decisiones políticas, era más bien un científico».
- ¿Se llega a conocer bien a Leonardo Padura leyendo las novelas que protagoniza Mario Conde?
- Es un personaje con sus propias manías, bebe mucho más ron que yo, pero compartimos experiencias estudiantiles, cortes de caña, trabajos en el campo... he convivido con él 27 o 28 años y me ha servido para que a través de sus ojos y de su sensibilidad yo pueda mirar la realidad cubana. Por eso el día que recibí el Princesa de Asturias se lo agradecí también a él.
- Él conserva a sus amigos de la adolescencia y le duele que uno de ellos vaya a emigrar a Miami. ¿Usted también se ha sentido así?
- Una parte importante de mi familia vive en los Estados Unidos. Ahora ese exilio es menos dramático, uno puede viajar y verlos, pero me acuerdo de cuando uno de mis tíos se fue en 1968. En casa de mi abuela era como asistir a un velorio.
- ¿Con Trump vuelven a estar más lejos de Estados Unidos?
- El periodo de Obama fue como un paréntesis, ahora hemos vuelto a pasar del sueño a la pesadilla con toda esa retórica de la guerra fría, dificultades para viajar de un país a otro, imposibilidad de que esa maldición que nos persigue que es el embargo se acabe definitivamente...
En Azkuna Zentroa
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8 de febrero. A las 19.30 horas presentará ‘La transparencia del tiempo’ con María Eugenia Salaverri, presidenta de la Asociación de Escritores Vascos. Tras la conversación firmará sus obras y tendrá un encuentro con los lectores.
«Para no volverme loco»
- ¿Usted no pensó en marcharse ni en los peores momentos?
- Todo el mundo lo pensó en algún momento, pero yo tuve siempre la sensación de que necesitaba vivir en Cuba para escribir. A principios de los años 90, cuando no había electricidad, comida ni transporte, lo que hice fue escribir como un loco para no volverme loco. Tres novelas, un ensayo sobre Alejo Carpentier, un libro de cuentos, dos de reportajes... trabajé con la conciencia de que lo que me correspondía era escribir y ver esa realidad cubana desde el interior. Sigue siendo así. Yo tengo pasaporte español, pero necesito a Cuba para escribir. Soy un escritor cubano; diría que habanero más que cubano; y más que habanero, mantillero. Mantilla se llama el barrio donde nací y donde vivo.
«Las cubanas están muy orgullosas de su cuerpo frente al puritanismo de otras culturas»
Lucha contra el machismo
- «Tendríamos que morirnos aquí porque esto es lo que nos pertenece», dice Conde.
- Tengo un fuerte sentimiento de pertenencia. Quizá porque soy de esa rara especie de personas que vive en la misma casa donde nació mi padre, mi abuelo, mi bisabuelo... para un escritor eso puede ser un encierro, yo he tratado de convertirlo en virtud con una mirada universal.
- Hace tres años decía que un escritor cubano tiene que pensar dos veces cada palabra que usa. ¿Ahora se siente más libre?
- Sí y no. Los espacios de reflexión han crecido, pero no dejan de funcionar unos talibanes que consideran que cualquier crítica es una agresión. Habría que alentar muchísimo más la cultura del diálogo.
- ¿Ha llegado a Cuba la lucha de las mujeres contra el acoso sexual y el machismo?
- Sí, recientemente se ha creado una campaña. Cuba es una sociedad con un carácter histórico bastante machista que tiene mucho que ver con su origen hispano-africano, con la religión católica... después de la Revolución la mujer se independizó con los mismos derechos, pero esa misma cultura machista hacía que muchas ni siquiera tuvieran idea del grado de acoso o maltrato al que estaban sometidas. Se está tratando de tomar conciencia de cuántas cosas que a veces parecen normales son lesivas para la dignidad de la mujer, y me parece muy bien. Lo que no va a pasar es que una mujer bonita pase por la calle, un hombre le diga algo y, aunque no sea ofensivo, ella se ofenda. Las mujeres en Cuba miran a los hombres a los ojos y son muy desprejuiciadas, están muy orgullosas de su cuerpo. No tiene nada que ver con el puritanismo de otras culturas.
«Los espacios de reflexión, han crecido, pero no faltan los talibanes que ven la crítica como una agresión»
Libertad de expresión
- Mario Conde se guía por el olfato, incluso por sus presentimientos. Se agradece ese aire de investigador clásico que no tira de laboratorio.
- (Ríe) ¡No tiene ni siquiera teléfono móvil! Y eso que ahora los cubanos usamos más el móvil que los italianos. Me negué a a estudiar criminalística para que funcionara en la relación humana con el resto de personajes. Trato de hacerlo un poco primitivo porque ahí está parte de su autenticidad.
- ¿Con qué otros detectives literarios compartiría un buen café?
- Sin salir de La Habana, porque sería como si una planta la arrancasen de la tierra, le encantaría sentarse en el malecón con gentes como Pepe Carvalho, el Montalbano de Andrea Camilleri, Philip Marlowe, el Jaritos de Márkaris... Ah! y le diría al Wallander de Mankell que no solamente de pizzas y bollos de canela vive el hombre.
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