«Como feminista también me interesa la felicidad de los hombres»
Autora de 'Más que una mujer', inauguró ayer en la sala BBK el Festival Ja! con la agudeza y retranca de «alguien que se centra en los hechos»
Primera vez que estaba en Bilbao y caían chuzos de punta. Nada que echara para atrás a Caitlin Moran (Brighton, 1975), una mujer que nunca ... se pone a cubierto. Periodista, escritora y feminista, tiene respuesta rápida para casi todo. «Mi obsesión es hacer más llevadera la vida. Con mis libros quiero que mis lectoras se rían mucho y se relajen», confesaba ayer la autora de 'Más que una mujer' (ed. Anagrama) en la terraza del hotel Ercilla, antes de inaugurar el Festival Ja! en la sala BBK.
- Su último libro tiene mucho de autobiográfico, como ya sucedía con 'Cómo ser mujer', 'Cómo ser famosa' y 'Cómo se hace una chica'. Se nota que el pudor no va con usted.
- Mi vida es lo que tengo más a mano. ¿Por qué no hablar de ella? Tengo 47 años, marido, una hija de 21 años y otra más joven. Hay camino recorrido y mucho que contar. No me aferro a dogmas ni ideologías, lo mío es el día a día y los hechos.
- Aborda tanto los trastornos alimenticios como el sexo anal.
- Y la bendita madurez. ¡¡Ya vale de amargarnos!! No paramos de transmitir el mensaje de lo duro que es ser mujer, de lo triste que es la vejez... Que no, que no. ¡Hacerse mayor es fantástico! La vida es corta, hay que disfrutar.
- ¿En su próximo trabajo profundizará en la menopausia?
- Todavía no me ha llegado. Llegué a tener síntomas pero... ¡he vuelto para atrás! De momento sigo tan fértil como antes. Lo que acabo de terminar es un libro que gira en torno a los hombres.
- ¿Con qué enfoque?
- Le cuento. En el último siglo hemos avanzado muchísimo. Hemos accedido a espacios de estudio y trabajo que nos estaban vetados. Y muy importante: ¡hemos forjado redes de ayuda! Cualquiera de nosotras puede hallar respuestas o pistas sobre sus problemas, ya sea en papel o internet, porque alguien ha reflexionado sobre ello en un libro, artículo, blog o foro... Estamos acostumbradas a hablar y debatir entre nosotras sobre lo que nos angustia y enferma. Ellos, en cambio, no tienen ese hábito. Y lo necesitan más que nunca.
- ¿Se les ha complicado la vida a los chicos?
- No lo tienen nada fácil. Les faltan referentes, nuevos modelos. El patriarcado no solo ha hecho daño a las mujeres, también se lo ha hecho a los hombres. La represión de las emociones, el miedo a que les llamaran 'nenazas'...., todo eso también les ha perjudicado. Ante un problema, ya sabe, la consigna para ellos siempre era: «¡Aprieta el culo y sé un hombre!». Tremendo. Me subleva. Hace tiempo que tengo clarísimo que las feministas también debemos interesarnos por los hombres, tanto de su presente como de su futuro. Su felicidad, como la nuestra, es importante.
- ¿No le da la impresión de que el feminismo está cada vez más dividido?
-Hay variedad. Igual que en las teclas de un piano te puedes encontrar con matices. Eso sí, a estas alturas, todas las mujeres son feministas aunque algunas no lo sepan. Basta que estés a favor de la educación de las mujeres y de su acceso al mercado laboral sin cortapisas, y que consideres que la violación es un delito. Si das por buenos esos tres puntos, eres feminista. Sencillo.
Temas con aristas
- Vayamos a los matices. ¿Qué piensa usted de la maternidad subrogada?
- No es un tema sobre el que haya reflexionado mucho. Sí le puedo decir que, si fuera necesario, no me importaría gestar un bebé para mis hermanos. ¿Por qué no? En cuanto a la maternidad subrogada de mujeres de otros países, lo fundamental es comprobar si efectivamente le supone un beneficio económico a la gestante. Que no haya engaño en ese sentido, para mí eso es lo fundamental. Hay mujeres que no pueden permitirse tener hijos propios y ven en la subrogación una forma de salir adelante económicamente.
- ¿Qué opina de las mujeres trans?
- Ah, ah. En las redes sociales nunca me he posicionado pero me han vapuleado de ambos lados. Es una cuestión que despierta muchísima vehemencia. Saca una agresividad insólita. Algo lamentable a lo que deberíamos poner freno. ¿No nos damos cuenta de cómo afecta todo esto a la gente joven que se está planteando un cambio de sexo? Dicho esto, me va a permitir que no le dé una respuesta. He pensado en ello, pero todavía no he publicado mis conclusiones. Es un tema omniabarcante. Solo le puedo recalcar una cosa: a mí no me mueve la ideología. Mis argumentos siempre se apoyan en la ciencia y los hechos.
- Con esos postulados tan objetivos, ¿ha descubierto algo en el análisis de la prostitución como fenómeno sociológico?
- Pues sí. Hace falta estudiarlo también bajo el prisma del hombre. Sabemos lo que supone para las mujeres, la violencia y el peligro que corren, pero queda pendiente reflexionar sobre cómo afecta a los hombres.
- ¿A qué se refiere?
- Piense en esos tiempos cuando la primera relación de un chico era con una prostituta por consejo del propio padre. Que se perdiera la virginidad con alguien que no quería tener sexo contigo, que se le pagara para que aceptara... ¿Qué idea del sexo queda después de eso? Y más de lo mismo sucede con los hombres adultos. Tener sexo con alguien que sin dinero te rechazaría... ¿No le parece duro? La prostitución también les hace daño.
Hoy en el Festival Ja!
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Diálogo-Cómicos de la Legua. Ramón Barea e Itziar Lazkano, con Pedro Barea.
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Dónde. Sala BBK, con invitación.
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Hora. 19.30-20.30 horas.
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