«El 'euskal noir' es un boom de grandes dimensiones»
El novelista guipuzcoano Ibon Martín hablará hoydel 'thriller' vasco en el Aula de Cultura de EL CORREO
Hondarribia se estremece cuando una participante en su famoso Alarde resulta acuchillada. La tensión parece haber llegado a su cénit en la fiesta local o, ... tal vez, existan otros motivos para explicar el crimen en la bahía de Txingudi. La intriga de 'La hora de las gaviotas' tiene lugar en esta comarca situada entre dos países, y ya es uno de los libros más vendidos en España.
Ibon Martín, su autor, hablará hoy en un nuevo encuentro 'online' del Aula de EL CORREO sobre la proliferación de títulos y las características de las novelas de género negro ambientadas en nuestro entorno. «Yo creo que ya se puede hablar de 'euskal noir' porque asistimos a un bum de grandes dimensiones», explica. «Los asesinatos se han diseminado por toda Euskadi». El escritor hablará en un encuentro que, en esta ocasión, cuenta con la colaboración de la editorial Plaza&Janés. El acto tendrá lugar 'online' y recibe el apoyo de Obra Social 'la Caixa'.
El senderismo lo condujo hasta la ficción. «Yo estudié Periodismo y, cuando acabé la carrera, me dediqué a lo que más me gustaba, viajar, y escribí guías con rutas para conocer Euskalherria con mi propia editorial», explica. Esa exploración, bien recibida por los lectores, fue el primer paso en su camino hacia la ficción. «Descubrí lugares que te pedían algo más y, como hobby, escribí una novela que se vendió bien», reconoce, aludiendo a 'El valle sin nombre', una introducción al género histórico.
LA CHARLA
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Ponente. Ibon Martín, junto a Mikel Santiago, también autor vasco de novela negra.
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Lugar y hora. Online, a través de elcorreo.com. 20.00 horas.
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Con la colaboración: Obra Social 'la Caixa'.
Influencias nórdicas
Su predilección por el 'nordic noir', fenómeno que explotó a finales de los años noventa, alentó su abordaje del 'thriller' contemporáneo. «Me planteaba que lo que leía podía suceder en el País Vasco por las similitudes en el carácter, el paisaje y el clima», recuerda, y señala que las referencias fueron Asa Larsson, Jo Nesbo, Stieg Larsson y el imprescindible Henning Mankell.
A su juicio, la verosimilitud de sus narraciones proporciona un atractivo irresistible. «Estamos acostumbrados al estilo norteamericano, con predominio de la acción policial y menos investigación psicológica, y esta nueva vertiente apuesta por historias en las que todos podemos vernos reflejados, muy vinculadas a la realidad más cercana».
La tetralogía 'Los crímenes del faro' constituyó su primera aportación y, posteriormente, llegó 'La danza de los tulipanes', que alcanzó el éxito internacional. «El auge literario de la novela de intriga en Euskadi ha producido verdaderas joyas y otras que no tienen mucho nivel», admite y, entre sus favoritos, se decanta por el portugalujo Mikel Santiago, uno de los más traducidos. Será él quien le entreviste en esta sesión del Aula de EL CORREO.
El realismo cotidiano y la denuncia son dos de las claves de su estilo. «Me meto en la piel de los lugares, en el día a día». 'La hora de las gaviotas' surgió a raíz de las experiencias recogidas cada 8 de septiembre, durante el Alarde, «viendo el despropósito en el que se ha convertido una fiesta entrañable» y sientiendo su enamoramiento de la bahía. «Me parece un escenario magnifico para una novela, con entornos muy diferenciados y la tensión coyuntural de los desfiles me proporcionan el contraste para contar algo con intensidad».
La verosimilitud es el caballo de batalla de estas novelas de proximidad. «Es el reto que me hace apetecible escribir porque todos agradecemos leer sobre espacios cercanos, aunque sé que resulta fácil pasarse de la raya», confiesa y renuncia a elegir otros más exóticos y plausibles, como Nueva York, «donde caben todo tipo de licencias», en su opinión. «Intento ser fiel a la realidad, a mis recuerdos, como cuando me sitúo en Hendaya y escucho el ruido de la otra parte; o vuelvo a Hondarribia para sentir el silencio y el aburrimiento de la zona de enfrente».
Las mujeres protagonizan su última narración. «Ya lo era la primera y no me veo escribiendo desde otro punto de vista porque me da juego, favorece la denuncia y me siento cómodo», apunta. El ritmo es otra de las virtudes de su literatura. «En el 'noir' no puedes respirar. Si es así, algo falla», advierte, y explica su proceso de trabajo: «Sitúo un puñado de 'post-its' en una pizarra que se corresponden con capítulos cortos, y cada uno tiene un color en función de su tensión narrativa. Intento que estén repartidos».
El género urbano es el heredero de la tradición más ortodoxa del 'thriller', pero no concita el interés de Martín. «Nunca haré algo de ese tipo. Yo necesito sentir los paisajes, y me decanto por los pueblos. Es lo que me pide el cuerpo», alega, y declara su predilección por la ambientación rural con problemas del siglo XXI. «No me refiero a los posibles conflictos del que va de vacaciones, sino de los cotidianos».
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