Estrictamente profesional
Este es uno de los relatos breves seleccionados para su publicación de entre los presentados al concurso 'En cuarentena', que organizan EL CORREO y la UPV. El plazo de presentación de obras ha concluido
nina
Martes, 19 de mayo 2020, 00:36
A ver. Vamos a estar atrapados en esta casa durante un tiempo. Así que tengo un plan. Te ofrezco una relación estrictamente profesional: tú me inspiras y yo escribo.
Te ofrezco que me hables de tus grupos de música favoritos, y que sean sus canciones las que yo ponga de fondo para ducharme.
Te ofrezco que conviertas tu piel en mi casa, y yo te abriré la puerta de mi minúscula habitación.
Te ofrezco que no me cuentes mentiras edulcoradas, que me hables con franca crudeza. Dame la crudeza, por favor, y yo te daré lo visceral.
Te ofrezco que nos quejemos juntos de la cuarentena, con pizza y chocolate blanco, que así la vida parece menos mala.
Te ofrezco que nunca me sonrías por inercia, y yo nunca esconderé mis lágrimas genuinas.
Te ofrezco «te quieros» con fecha de caducidad, aunque estoy abierta a negociar.
Te propongo una relación estrictamente profesional: tú me inspiras y yo escribo.
Te propongo que tú no soportes a mis amigos, ni yo a los tuyos, pero nunca intentemos apartarnos de ellos.
Te propongo que compartamos televisión, helado en el congelador, y acondicionador en la ducha. Pero nunca libros, que compartir libros sería demasiado vinculante.
Te propongo que truquemos la caja de bombones de Forrest Gump, y que siempre nos toquemos el uno al otro.
Te propongo que seamos solo un negocio.
Te propongo que la primera cláusula sea mi tormenta, porque mi calma aburre. Y la segunda sean tus monstruos, porque no dan tanto miedo como tú piensas.
Te pido una relación estrictamente profesional: tú me inspiras y yo escribo.
Te pido que no llames mariposas a lo que sientes por mí. Nunca. Porque no sería en absoluto profesional. Te pido que no me hagas daño por enseñarme solo una máscara y no abrirte en canal. Yo haré lo mismo.
Te pido que nunca cures balazos con tiritas.
Te pido que me hagas temblar, pero nunca de miedo. Te pido que me regales siemprevivas, y que sigas siendo tu propia definición de increíble. Te pido humedad y que le eches a todo corazón y narices. Te pido vino, café y ginebra. Y te pido alas.
Yo te daré todo eso.
Te pido que te sigas atreviendo a ser la oveja negra. Te pido que no te ignores. Que sigas siendo nómada. Te pido malas intenciones de noche, buenas de día, y sueños jodidamente grandes.
Te pido que el contrato sea revocable en cuanto uno de los dos cambie la magia por la rutina.
Seamos socios.
Ofrezcámonos ser. Firmemos por esto. La duración del contrato será de cuarenta días y cuarenta noches.
Pero recuerda. Nuestra relación es estrictamente profesional: tú me inspiras y yo escribo.