Juan Mayorga pone a prueba la amistad de tres hombres inmaduros
Llega al Arriaga la comedia en la que José Luis García-Pérez, Ginés García Millán y Daniel Albaladejo se atreven con «un juego peligroso»
Tienen muchas tablas José Luis García-Pérez, Ginés García Millán y Daniel Albaladejo, los tres actores que representan 'Amistad' en el Arriaga (tres funciones hasta ... el sábado). Eso incluye haber 'muerto' varias veces, así que el día que llegó a los ensayos el féretro que sacan a escena no les impresionó. García-Pérez, que también dirige la función, cuenta que el equipo técnico dio un respingo, «pero si te digo que calentamos jugando al tenis y lo usamos de red...». El ataúd, «especialmente cómodo», forma parte del juego que plantea esta comedia de Juan Mayorga.
Tres amigos de toda la vida que se siguen llamando por el apellido, como en la escuela, «arriesgan su relación y su futuro» en una de esas pruebas que animan a destapar verdades. Manglano (Ginés García Millán) es «aparentemente un triunfador, tiene una empresa que le va bien y donde Ufarte es su empleado». El personaje de José Luis García-Pérez acumula frustraciones. «No ha cumplido sus sueños y es el más infantil de todos, pero esa noche tiene una oportunidad de que eso cambie». Dumas –«el más barroco, muy inconformista», describe Albaladejo– necesita «ordenar sus relaciones afectivas» y les propone «un juego peligroso».
Así comienza una comedia «que parece ligera pero tiene carga de profundidad», impregnada «de la filosofía de Juan Mayorga». El dramaturgo, que acaba de sumar un nuevo premio, el Talía, por 'El Golem', escribió el texto en 2017 y en giras de otros espectáculos con García-Pérez, como 'El mago' y 'El cartógrafo', iban leyendo fragmentos. Ambos han formado equipo en varias ocasiones, porque «el teatro es muy exigente y eso hace que termines seleccionando. Trabajar desde la amistad te permite ir más allá, decir las cosas sin un respeto excesivo», afirma el director.
Con una única salida
Fue él quien vio «una posibilidad cómica más allá del propio texto», en el que asegura que solo hay un chiste. Y empezaron a armar un espectáculo ambientado en «una especie de nicho con una única salida, una escalera». Allí ventilan los recuerdos de treinta años de amistad y utilizan el humor para ahondar en cuestiones que duelen como el miedo a la muerte, la amistad, la traición, la mujer del otro. Y la hombría. «Hay una reflexión sobre la masculinidad. Ellos tienen que montar toda esta parafernalia para poder hablar de lo que sienten».
El 'triunfador' Ginés García Millán tiene claro que los tres personajes «no han madurado emocionalmente». Quizá porque «son víctimas de una educación en la que no podían expresar sus verdaderos sentimientos». Hasta la noche en la que tienen «la osadía» de intentarlo y se entregan «de verdad, como los niños» a un juego «transformador». Los espectadores de la función, que se estrenó el pasado mes de enero en Madrid, en Las Naves del Español, salen haciéndose preguntas sobre sus amistades verdaderas y las cosas que se han callado a lo largo de su vida. Aunque la incógnita más repetida es «qué pasaría si fueran tres mujeres las que entran en este juego».
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