Rosario Guinea posando en su tienda en los años 70 con un fondo de maquetas y unos carteles de Scalextric y Tente.

Adiós al paraíso de las maquetas

Para el escritor Santiago Lorenzo es el lugar que le ha hecho más feliz. Con el cierre de Hobbies Guinea en Algorta tras 80 años de historia ya solo quedan dos tiendas de modelismo en Bizkaia

Martes, 16 de junio 2020, 10:23

Santiago Lorenzo se recuerda en 1978, con catorce años, cruzando el Puente Colgante desde su Portugalete natal con 200 o 300 pesetas en los bolsillos. ... En Algorta quedaba con su amigo Borja de la Rica y juntos se dirigían a su particular Xanadú: la tienda de maquetas Hobbies Guinea. «Las horas que pasaba babeando ante los anaqueles fueron la mejor escuela para hacer cortometrajes: cómo conseguir lo que quieres con recursos limitados», reflexiona. «¿Que te sobraban cincuenta pesetas? Pues te llegaba para un bote de pinturilla». El autor de 'Los asquerosos', el fenómeno editorial del año pasado con 18 ediciones y 125.000 ejemplares vendidos, todavía conserva piezas de modelismo de aquella época. Recita las marcas de las cajas como si fuera la alineación de su equipo de fútbol favorito: Tamiya, Esci, Italeri, Heller…

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Hobbies Guinea no solo ha sido importante para Lorenzo, que habla de la tienda casi en cada entrevista. Varias generaciones de niños algorteños crecieron deteniéndose ante su escaparate antes de acudir al otro gran escenario de sueños que acogió la avenida Basagoiti: el Gran Cinema. Ochenta años de historia que tocarán a su fin después del próximo Día de Reyes, cuando Juan Carlos Santiago Guinea eche la persiana por jubilación. En la memoria sentimental, una juguetería puede calar de la misma manera que un cine o un museo. En Guinea se compraban los cohetes y petardos de Nochevieja. Y quien escribe estas líneas recibió allí su primera videoconsola, que no era la Atari, sino una clónica más barata. El templo del modelismo fue en los 90 el epicentro de los juegos del rol en el norte de España. Pionero en la venta por internet, su dueño puede datar la clave de su longevidad: «El día en que no solo entraron madres y niños, sino adultos que todavía querían jugar y no tenían juguetes para hacerlo».

Hobbies Guinea se mudó en 2003 desde el inicio de la bajada al Puerto Viejo a su actual emplazamiento frente al parque de María Cristina, «el vórtice del mundo», según Santi Lorenzo, que cumple con el ritual de asomarse a la playa de Ereaga y el Abra antes de sumergirse en las más de 15.000 referencias de este museo del detalle. El galeón San Luis, el atunero Virgen del Mar, las tropas napoleónicas de plomo, el Halcón Milenario, un coche de rallyes, un dron… El escritor todavía puede describir a la perfección dos dioramas elaborados en los 80 por Juan Carlos Santiago, que los firmaba como Karlos en una esquinita: «En uno se las había arreglado para manipular los brazos de un ejército de nazis y convertirlos en una orquesta de campaña en medio de un paisaje nevado. El otro era una prodigiosa estampa del frente vasco en la Guerra Civil, con un retrato enmarcado en una pared derruida. Y hablamos de un tiempo en el que no había impresoras».

Juan Carlos Santiago nació en la trastienda del local que regentaban sus padres desde 1940. Primero fue una peluquería que acabó mutando en droguería, papelería y, finalmente, juguetería. «Yo me crié entre juguetes, tuve una infancia maravillosa y mis mejores recuerdos, tirado en el suelo con soldaditos, son de esa época». En 1974, Juan Carlos convence a su padre para extender el negocio a las maquetas y el éxito es fulgurante. Hoy solo quedan otros dos comercios de modelismo en Bizkaia: Mister Model en las Arenas y Hobbies Moragues en Bilbao. Los chavales accedían a este mundo hasta que llegaron las videoconsolas en los 90. «Hoy tienes que esconder los videojuegos si quieres que hagan una maqueta», lamenta este comerciante al que también le toca hacer de pedagogo. «Hace media hora, una mujer me ha pedido algo para que su hijo deje la videoconsola. Le he dado el coche de Fernando Alonso y le he recomendado que el padre o la madre estén con él y monten la maqueta a cuatro manos. En la quinta que haga les dirá que le dejen solo».

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Juan Carlos Santiago Guinea en la actualidad y en 1979, cuando las cajas de maquetas ya habían tomado la tienda. Portada del catálogo dibujada en 1993 por el director getxotarra Koldo Serra, gran aficionado a los juegos de rol en esa época. P. Urresti

Los tres pilares fundamentales del modelismo, ilustra el dueño de Hobbies Guinea, son los barcos, los aviones y los carros de combate. No es de extrañar que fuera un pasatiempo predominantemente masculino. «Las chicas no conducían coches de Fórmula 1 ni montaban en un tanque, hoy sí. En los concursos internacionales hay mujeres artistas consagradas». En los 90 despacharon sin parar juegos de rol: 'Warhammer', 'El Señor de los Anillos', 'Heroquest'... Un juego de cartas, 'Magic', fue un bombazo con trece años de ventas ininterrumpidas: «No ha habido un juguete que se haya vendido así».

Guinea ofrecía por catálogo todo lo relacionado con este universo hasta que aquellos chavales dejaron de ir al instituto «y las cartas mataron a los juegos de rol». El director Koldo Serra hizo las portadas de algunos de aquellos catálogos. En 1997, su página web ya estaba operativa. Santi Lorenzo jura que la primera vez que compró algo por internet fue a Hobbies Guinea. El escritor se metió tanto en este mundo que durante diez años mantuvo su propio estudio de maquetas y escenografías en Madrid, con encargos para cine, televisión y publicidad. Lo bautizó LANA S.A.

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Las tiendas de modelismo adoptan la personalidad de su propietario, que cuando se jubila no puede encontrar a nadie con su bagaje y paciencia. «Estos días estoy sintiendo muchas emociones», reconoce Juan Carlos Santiago. «Tendré que sobrellevar recuerdos y amistades que son para toda la vida, gente que ha compartido mi ilusión, eso me lo llevo para siempre. Yo estaré cercano a ellos de alguna manera y siempre me van a tener a su disposición». Irónicamente, el confinamiento ha disparado los pedidos por internet y resucitado un sinfín de aficiones que estaban dormidas. «La gente ha sacado las maquetas que tenía guardadas en el armario».

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